Atrapa mi alma

Capítulo 23

Algún día, definitivamente, tendría que hablarle de Robert, si es que quería recuperar su alma y regresarlo a la vida.

A pesar de haber roto el abrazo, Alejandro se quedó cerca un momento más. Todavía una de sus manos cerca del hombro de Owl. —Cuando estés listo, estaré feliz de escucharte. Pero, de verdad, no te culpes, nada de esto fue culpa tuya, no podías evitarlo. Se nota tu amor por tu hermano, sé que lo quisiste y lo protegiste tanto como pudiste. Pero algunas cosas son inevitables... ¿Hace cuánto... eh... sucedió?

Si él hubiera dicho "¿Hace cuánto fue asesinado?", Michael no habría sido capaz de mentirle a su niño, aunque en realidad él sí lo consideraba un asesinato, pero por el modo en que lo preguntó, pudo ser sincero, al menos en parte: —Hace ya mucho, años, pero es difícil olvidarlo, es como que incluso cuando empiezas a olvidar un poco, el dolor sigue presente, haciéndote recordar.

Alejandro lo entendía perfectamente. Nunca dejaba de recordar lo sucedido con sus padres, incluso si de niño no lo entendía completamente. Sus padres no murieron por un disparo o una herida de arma blanca, no fue un asesinato "sucio",  no hubo sangre salpicando el sucio callejón donde su asesino los acorraló y devoró sus vidas, parecía algo así en realidad -cuando creció y entró a trabajar a la Central pudo ver las fotografías de los cuerpos al solicitar el expediente-, era como si literal hubiera tomado toda su vitalidad. Si él fue supersticioso, o ignorante, pensaría que un vampiro los había drenado, se veían así, secos...

—¿Alex? -Alejandro parpadeó a la realidad de nuevo cuando Owl lo llamó, su mano presionando suavemente su muslo-. ¿Estás bien?

Él asintió, intentando sonreír. Dios, se supone que estaba ayudando al hombre, no podía justo ahora recordar esas imágenes. Eso siempre traía el mismo resultado: querer seguir de nuevo la investigación hasta dar con el culpable, aunque hubiera pasado ya más de una década.
 
—Sí, perdón -su ceño se frunció un poco-. Recuerdos. Y te entiendo completamente.

Aquella profunda y penetrante mirada de plata se fijó en él directamente, sin permitirle escapar. Owl se sintió de repente culpable, había despertado viejos fantasmas de su niño. Entendía, él mejor que nadie, su deseo de justicia. Él, contra su regla de no involucrarse en asuntos mundanos, había investigado el asesinato de sus padres y nunca encontró nada. Parecía que el asesino hubiera aparecido sólo para matarlos, sin dejar huellas, para desaparecer después. Incluso con su magia, no supo encontrarlo.

Justo como el misterioso hombre que había hablado con Robert antes de que él dejará de luchar por su salvación y aceptara su inminente muerte.

Ahora fue Alejandro quien tuvo que regresarlo a la realidad. —¿Owl? -presionó un poco su hombro, sacudiéndolo suavemente-. ¿Qué pasa? Un momento me estabas viendo y después fue como si estuvieras aquí sólo físicamente. ¿Te sientes bien? ¿Quieres que paremos y sigamos después?

—Lo siento -parpadeó confundido, después sonrió, presionando a su vez la mano en el muslo de Alejandro, se inclinó más hacia él, por un momento Alex dejó de respirar, pensando que iba a romper su promesa y besarlo de nuevo incluso si él no lo pedía o iniciaba, su corazón acelerado cuando se dio cuenta que no lo detendría si lo hacía, pero Owl sólo se pegó a él, tratando de ver sobre su hombro-. Nada importante. Podemos seguir. Entonces, ¿puedo ver tu dibujo ahora?

Alejandro soltó una risa temblorosa, golpeando a Michael lejos de él. —No, no puedes. Cuando esté terminado, o al menos decente, entonces te lo mostraré. No antes. Ahora vamos a seguir un poco más, antes de que el sol se vaya. 

—Claro -Owl fingió no notar como la cercanía de ambos afectaba al otro, ni como la comodidad y camaradería iba creciendo tan rápido-. De cualquier forma, continuamos mañana, ¿cierto?

—Sorprendido de lo rápido que los había soltado, su mayor tesoro, sólo por reconfortar a un desconocido-. Y después de eso, hasta el lunes. El fin de semana no puedo, estoy seguro que Sabine va a ir a mi casa si es necesario.

Sabine. 

Owl seguía queriendo saber más de ella. Pero no preguntó, en su lugar dijo: —Me gusta eso que dijiste.

—¿Qué? -Alec tenía toda su atención de nuevo en su retrato-. ¿Que Sabine podría secuestrarme si no respondo a sus llamadas?

Owl ignoró su broma y su pequeña sonrisa. —No. Que pienses en un después de mañana para nosotros.

—Oh -las mejillas de Alejandro ya estaban pasando a un lindo rosado, se encontró con esa mirada de plata-. Lo siento. No debí dar por seguro que...

Owl lo cortó rápidamente. —Te he dicho que me gustó. No tienes que dudar o preguntar, yo quiero muchos mañanas en tu vida, Alejandro Stevens. Y ahora que logré colarme, será difícil que me eches de tu lado.



#21052 en Fantasía
#4432 en Magia
#3772 en Detective
#1158 en Novela policíaca

En el texto hay: un amor imposible rodeado de magia

Editado: 12.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.