<<—Lo siento, Mica -le había dicho Robert apenas unos días antes de que todo aquello ocurriera, de que su mundo se viniera abajo y los humanos se lo arrebataran sin remordimientos-. Lo siento. Va a suceder pronto. Por fin va a suceder.
Michael era sólo unos años mayor que Robert. Y aunque su don se había presentado mucho antes que el de su hermano, sabía que el de él sería mucho más poderoso. Estaba seguro de ello porque Robert, a pesar de ser el menor, era mucho más fuerte que él. Cada día más.
Michael había sonreído, guardándose la mueca que estaba empezando a nacer por el apodo que su hermano menor solía darle en ocasiones sólo para molestarlo porque sabía que no le gustaba. —¿De verdad? ¡Eso es genial! ¡Sé cuánto has esperado! Debe ser mucho mejor de lo que imaginamos si ha tardado tanto en aparecer. Siempre te dije que debías ser paciente. ¿Recuerdas el famoso caso del Gran Mervin? Fueron más de siete siglos de espera, él y muchos otros creían que sería de los brujos vacíos. Esos pocos que no tienen más que la magia común. Pero entonces resultó tener aquel gran don maldito.
Robert resopló. Michael sabía que él no lo veía como un don maldito.
Necromancia.
Mervin tenía el don, el peligroso don, de resucitar a los muertos.
—Ya sé lo que piensas -Michael sintió su alegría por su hermano desaparecer lentamente al haber tocado este tema.
—¡Fue tan injusto lo que le hicieron! -explotó Robert, como siempre que hablaban sobre esto-. Mervin era un milagro, era la salvación para todos nosotros. Mervin pudo revivir a cada uno de nosotros y los brujos nunca habríamos dejado de existir como está comenzando a ocurrir. Pero, en lugar de eso, de mirar por los de nuestra especie y pensar en el futuro, el Consejo de magia no fue más que un grupo de cobardes que, temerosos por un poder tan increíble, temiendo a lo escapaba de su comprensión, unieron sus fuerzas para matarlo. Ojalá hubiera podido volver a la vida el mismo, él solo.
—¡Robert, por dios!
-—Es más que justo, Michael! Lo sabes. Mervin sólo necesitaba una guía. Si alguien hubiera guiado su camino y su poder, si lo hubiera usado para el bien y no para el mal...
—Pero no lo hizo -lo cortó Michael-. Decidió usar su don para el mal. Un don que, de por sí, ya iba en contra de la naturaleza. Hay cosas que no deberían ser posibles, como revivir a los muertos, la vida y la muerte existen por una razón, igual que el tiempo, hay leyes que no deben romperse porque lo alteran todo y eso cambiaría el mundo, no sólo de los involucrados, lo cambiaría todo y no para bien. Es triste, pero lo mejor que pudo suceder es que Mervin muriera.
Robert negó y susurró algo como "Asesinado" y después su rostro se iluminó. —¿Y si yo fuera el siguiente Mervin? ¿Si pudiera revivir a los muertos?
—Robert, no empieces. Tú poder será increíble, ambos lo sabemos, pero no de este tipo.
De repente, el ánimo de su hermano menor se ensombreció un poco. —¿Y si mi don no fuera bueno, Michael? ¿Y si realmente fuera el Mervin de nuestra generación? ¿Y si esa es la razón por la que está tardando tanto en hacerse presente?
Cualquier molestia se evaporó de Michael al ver la angustia en el rostro de su pequeño hermano, se acercó a abrazarlo fuertemente. —Tú nunca serías como él. Incluso si tuvieras un don de ese tipo, tú le darías un buen uso.
—¿Cómo lo sabes? -había verdadero pánico en la voz de Robert-. ¿Cómo puedes saberlo? Tal vez estoy condenado.
—Porque soy tu hermano -Michael no lo escuchó y no dudó-, te conozco, por eso lo sé. Nunca harías nada malo.
—¿Y si lo hiciera? ¿Me querrías incluso si lo hiciera, tú me seguirías queriendo?
Las manos de Robert habían presionado con fuerza los brazos de su hermano mayor.
Michael dudó sólo un momento. Era su hermanito, no había otra respuesta posible, nunca la habría: —Siempre. Yo siempre te querré. No importa lo que pase o lo que hagas. Te amo, hermano.
Robert se había relajado un poco después de eso. Su emoción inicial renaciendo lentamente. Pronto conocería su don.
Pero entonces sucedió aquel asesinato. La muerte de los Rogers. La falsa acusación contra él. Y Robert Owl murió sin saber cuál era aquel increíble don que él poseía...>>
Michael despertó temblando, su cuerpo empapado en un sudor frío, su corazón acelerado, tardó en enfocar el mundo a su alrededor, su realidad, en volver al presente.
Las palabras de Robert, sus súplicas, todavía presentes: "Fue alguien como nosotros. No, no alguien como nosotros, era alguien más poderoso, Michael. Por favor, hermano, sácame de aquí, no quiero morir, estoy listo para morir, hermano. Por favor."
Michael se llevó las manos a la cabeza, presionando con fuerza y con magia, tratando de quitar estos recuerdos, de olvidar su pasado y su sueño, esa maldita pesadilla que nunca lo dejaba.