Alejandro volvió apresurado a la casa de Michael. Sintiendo dificultad para respirar, y su corazón en la garganta, latiendo fuerte y rápido. Estaba emocionado, nervioso, y, sobre todo, asustado, aunque no entendía por qué.
Sólo era un dibujo más, había hecho cientos, si no es que miles de ellos. "Es sólo un simple retrato" se repitió varias veces. Y sabía que si fallaba, si no quedaba perfecto, si no lograba capturar a la perfección la imagen de Owl y el momento exacto como él quería, como había deseado hace unos minutos, sabía que él seguiría dispuesto a posar y esperar hasta que lo lograra...
Entonces, ¿por qué esa angustia irracional mientras subía los escalones y se acercaba de regreso a la habitación?
Owl seguía donde Alex le había dicho que se quedara, en el mismo lugar, sólo que se había vuelto a recostar.
Él era tan perfecto. Se veía simplemente...
—Perfecto -la palabra se le escapó en voz alta mientras su mirada viajaba por su cuerpo, y una imagen de Owl dormido, tal vez en una cama distinta, pero en una escena bastante parecida, llegó hasta su mente.
Owl enredado entre las sábanas, su rostro lleno de la paz que el sueño le daba, sus ojos de plata ocultos tras sus párpados, sus labios en una pequeña sonrisa torcida. Era perfecto.
Y mientras Alejandro cerraba los ojos para memorizar la imagen y no perderla, juró que podía sentir sus dedos hormiguear mientras lo dibujaba. El retrato de un Owl dormido se convirtió en una escena completa, ellos durmiendo juntos, y él despertando justo con el amanecer, se había escabullido fuera de la cama hasta la ventana, sintiendo en su pecho, en su corazón, y en sus manos, en cada dedo, la necesidad de dibujarlo, sabiendo que era el momento indicado.
Entonces Owl despertaba y había una serie de imágenes y palabras no claras, hasta el momento en que él hacía aquella pregunta extraña:
<<¿No te arrepientes? Sabes lo que los demás piensan sobre mí. No les gusto, me tienen miedo, inventan historias sobre esto, sobre mí>>.
Sintió su ceño fruncirse mientras abrazaba su bloc y sus lápices contra su pecho con demasiada fuerza, más de la necesaria, lo sentía clavándose en su piel. ¿Qué eran esas imágenes?, eso nunca había pasado, él nunca antes había dormido con Owl, y definitivamente no en su cama, y, ¿por qué le tendrían miedo sólo por dibujar? ¿por qué habría historias y mentiras sobre eso?
<<Te tienen miedo porque no entienden tu inmenso poder...>>
Las manos de Owl en su rostro, acunándolo justo como en esa visión extraña, interrumpieron sus palabras. —¿Alejandro, cariño, estás bien? -por su tono, Alex supo que no era la primera vez que lo preguntaba.
Alex suspiró con las palabras de Owl regresándolo al mundo real, sacándolo de su sueño despierto -o lo que eso fuera-. Sus ojos se abrieron, encontrando aquellos de plata demasiado cerca de él y llenos de preocupación. —¿Pasa algo? ¿Te sientes mal? -volvió a preguntar Owl, sus manos todavía sobre su rostro, acariciando suavemente.
Alejandro acunó su bloc y sus lápices sólo con un brazo, aflojando un poco su agarre, para llevar su mano libre sobre una de las suyas, sintiéndolo bajo su toque. —No pasa nada. Sólo quiero dibujante y... ¡Tú ya te moviste! ¡Te pedí quedarte ahí! -lo acusó con una sonrisa.
Owl hizo un puchero y un gimoteo antes de sonreír y acercar su sonrisa a los labios torcidos de Alex, se detuvo justo cuando se rozaron. —Espera, ¿puedo besarte a la luz del día o has cambiado de opinión? ¿o somos algo así como amantes furtivos, algo prohibido o secreto? Si no quieres...
Alex golpeó uno de los brazos de Owl antes de llevar su mano a su nuca y atraerlo de nuevo hacia él. "Eres un tonto" susurró con cariño, justo antes de tomar aquel beso que Owl se había atrevido a interrumpir.
Michael sintió aquella misma energía golpearlo, rodearlo, buscar la suya y entrelazarse. No entendía qué estaba pasando entre ambos, pero era bueno, se sentía bien, más que bien, y con cada beso, con cada caricia, con cada acercamiento entre sus cuerpos, esta sensación aumentaba, crecía y se hacía más fuerte, como envolviéndolos a ambos, uniéndolos profundamente...
Alejandro rompió el beso, echando su cabeza para atrás, buscando respirar y sus ojos buscando los de Owl. Las dos palabras, la pregunta, en la punta de su lengua: "¿Lo sentiste?".
Entonces se encontró con aquellos ojos grises y se perdió en ellos, creyó ver ahí algo más que sólo su reflejo, era como ver...
—Uumm...
Había algo en los propios ojos celestes de Alejandro en ese momento. Michael nunca había visto algo parecido. Algo se reflejaba en su mirada. Él no era un brujo, Michael estaba seguro, él sabría si fuera el caso, entonces, ¿por qué esa sensación de algo uniéndose entre ellos y esa mirada tan especial?