Capítulo 49

Alejandro había intentado explicarle a Owl durante el trayecto a su casa, de forma resumida y sin mencionar a sus padres, de qué trataba su nuevo caso y a qué blog se había referido a Theo cuando dijo que podía trabajar desde casa.

—Hay un nuevo caso, como ya lo sabes. Otro asesinato, aunque este no es tan simple como el ocurrido con los Madison. Sabemos que ese hombre, con el que el testigo te confundió, usó violencia, armas, hubo sangre, fue algo sucio. En cambio, éste, el matrimonio de los Anderson, ella tenía veinticinco años, según estoy leyendo en el expediente provisional que Theo me mandó, y él veintiséis. Ellos... Ah... No se sabe la causa de muerte. Es extraño, los cuerpos fueron encontrados... No sé cómo explicar esto sin que sea redundante, sin vida. Obviamente, como cualquier cadáver, seguro estás pensando. Pero no, esto es...diferente. La piel se ve seca como si hubiera tomado todo de los cuerpos incluso antes de matarlos, se ven drenados...

Alex parpadeó varias veces, negándose a llorar de nuevo, no frente a Owl. No. Ellos no son tus padres, se repitió en silencio, no lo son, este es otro caso. Sé objetivo, mantente fuerte, Alejandro. Tú puedes, tienes que hacerlo por ellos.

—...si fuera sólo la sangre -continuó, después de aclararse la garganta-, y yo fuera un supersticioso, te diría sin dudar que los vampiros existen y esa es la explicación. Pero es más que eso, Owl, tendrías que verlos. Incluso sin un examen médico, puedes notarlo. El asesino, no sé de qué modo, parece drenarlos. Sólo de imaginar cuánto sufrieron las víctimas, es horrible. Este hombre o mujer, quién sea, parece tomar de ellos más que la vida. ¡Y los médicos no encuentran una razón científica para esto! No hay respuesta a la causa de muerte o al método, estamos en un callejón sin salida, te juro que no exagero, si la magia existiera, yo te diría que...

Eso último hizo a Owl frenar de golpe. Alejandro sintió el tirón y el rebote detenido por el cinturón de seguridad. Miró al frente, asustado, después a los lados, buscó por el espejo tras ellos, esperando ver la causa del frenazo repentino, cuando no encontró nada, aquellos ojos azules, furiosos, buscaron a Owl. 

—¿Qué te pasa? ¿Por qué frenas así? ¿Estás loco? Ten más cuidado. Me pediste dejarte manejar para estar tranquilo y mírate, esto no me tranquiliza para nada.

—Lo siento, lo siento, perdón, creí ver algo, no volverá a pasar, lo juro, de verdad lo siento -Michael tuvo que mentir, no podía decirle que la mención a la posible existencia de la magia lo había puesto así. Aunque Alejandro tal vez lo había dicho como broma o medida desesperada.

Alex lo miró mal unos minutos más, hasta que Owl estiró su mano y tomó la suya. —De verdad, lo siento. Continúa, por favor.

Después de gruñir un "Está bien", Alejandro siguió: —Entonces, este caso es importante para mí porque... -porque mis padres murieron igual y no hubo ningún sospechoso ni detenido- ...porque es extraño, ¿no? Y no podemos permitir que pase de nuevo.

Michael asintió, todavía pensando en la mención a la magia como culpable. Los brujos tenían prohibido atentar contra la vida humana sin una buena razón. Obviamente esa ley se ha quebrantado innumerables veces, pero ningún brujo sería capaz de hacer algo así. Sólo un monstruo sería capaz y esto atraía atención no deseada sobre ellos.

Y la razón personal de Alejandro, la verdadera razón, tenían que ser sus padres. ¿Habían muerto así? ¡¿Cómo pudo pasar por alto eso?! Él había intentado ayudar a los humanos encargados del caso -sin que lo supieran, por supuesto- a encontrar al asesino, había ido al lugar donde fueron encontrados sin vida, había buscado pistas, pero nunca se preocupó por el expediente médico... 

—Claro -intentó volver a la realidad, culparse ya no ayudaba ahora-. Pero dices que los médicos no han encontrado nada, ¿hay algún sospechoso o pista ahora?

Alejandro negó, con una mueca. —Nada. Este sería el segundo caso y nada absolutamente. Bueno, podría haber algo, de eso se trata el blog Paranormal que encontró Theo. Obviamente no es muy profesional que digamos, pero si la información es cierta, podemos investigar más a partir de eso. Según este blog que él leyó, ha habido más casos en el último siglo. Así que estaría descartada la opción de un asesino serial, porque nadie vive un siglo, ¿verdad?

Alejandro se rió, esperando también una risa de Owl, pero no sucedió. Michael sabía que sí había quienes, como él, vivían más de un siglo. Mucho más, incluso. 

Se estacionó frente a su casa, amando y agradeciendo la distracción, y bajó sin decir nada más.