El autor del blog Paranormal era un hombre llamado Esteban Parker.
Cuando Theo consiguió, después de muchos intentos y de haber pedido la ayuda de una ex compañera experta en informática, descubrir los datos del creador del blog, se dio cuenta que el apellido le era familiar, ya lo había escuchado antes, pero, ¿de dónde?
¿Dónde? ¿Dónde?
Pasó tal vez una hora intentando recordarlo. ¿Algún caso anterior, tal vez?
Estaba por llamar a Yolanda -aquella mujer que recibía a todos los que iban a hacer alguna denuncia o declaración, aquella mujer que había recibido a Michael cuando fue a la Central a entregarse-, cuando descubrió de dónde le sonaba.
Y no fue por su gran memoria. Tenía que confesar que era pésimo poniendo atención a los detalles, solía olvidar no sólo los apellidos sino también los nombres. Y si el de Yolanda no lo olvidaba era porque era de ese tipo de personas insignificantes, casi invisibles, que deberían pasar desapercibidos, pero el de ella lo recordaba porque siempre estaba molestándolo con detalles sin importancia -razón por la que Theo le había respondido de ese modo cuando ella reconoció a Michael-, apareciendo en momentos y lugares inesperados.
"Soy muy despistada" se excusaba ella y Theo le creía. Despistada y molesta, pero era buena en su trabajo.
Y si Theo dio con la infiltrada fue por mera casualidad. Iba a llamar a Yolanda -sin importar la hora- para pedirle el registro de los casos de los últimos años, pero en su agenda la letra Y aparecía vacía. Theo había hecho una mueca, no podía estar vacía, ¡él tenía el número de Yolanda y de todos sus empleados!
Y fue así, pasando nombre por nombre, creyendo que lo había tal vez anotado en la letra equivocada, que lo descubrió, en la letra P: Parker, Yolanda.
Theo se había quedado literalmente boquiabierto. ¿Yolanda era quien había dado las fotos y datos de los padres de Alejandro e iba a hacer lo mismo con el caso de los Anderson?
¡Yolanda parecía tan desinteresada de todo!
Pero eso era lo de menos, al menos de momento. Theo había conseguido los datos del tal Esteban y había ido a su dirección en plena madrugada, usando su placa para ser recibido y el dato de Yolanda para que le facilitara la información.
Al final resultó que la familia Parker, desde hacía más de un siglo, estaba obsesionada con el tema paranormal, desde que una de las mujeres de esta familia muriera de forma misteriosa. Un matrimonio Parker había sido de los casos anteriores a los Rogers -por el que habían acusado a Robert- y eso hizo a esta familia creyente de cosas tales como vampiros y brujos.
Esteban había mirado directamente a los ojos de Theo y le había dicho sin dudar: —El asesino es un brujo. No hemos podido encontrarlo, por más que mi familia lo ha intentado desde hace décadas. Fue por eso que decidí hacer pública esta información cuando Yola me dijo del nuevo caso. No la despida, por favor. Ella no es mala, sólo quiere ayudar, como todos, a atrapar al asesino.
—¿Cómo sabes que el asesino es un brujo? -Theo se sentía como en un sueño, todo era tan absurdo, durante un momento creyó que tal vez se había quedado dormido mientras investigaba y esto no estaba pasando, porque, ¿en serio?, ¿un brujo?
Esteban tendría, tal vez, treinta años. Él sonrió, sus ojos brillaron con un poco de locura. —Yo tenía 13 -le dijo-, una noche venía de regreso a mi casa, era ya muy tarde, yo trabajaba en un Centro comercial, en las bodegas. Y lo reconocí, supe que no era humano desde que lo vi. Sus ojos parecían brillar en la oscuridad y él iba sonriendo, caminando lento, tarareando, mientras aquella pareja corría, creo que iban de la mano. Ellos no tenían posibilidad. Nunca la tuvieron. Era una noche oscura, y después empezó a llover, apenas se veía por dónde ibas. Yo sentí mi propio corazón acelerarse, quería huir porque mi familia ya me había hablado de esto, de estas criaturas. Ellos parecen humanos, pero no lo son, y la principal diferencia son sus ojos. Ningún brujo tiene ojos normales, éste los tenía como de plata, parecía ser el que mi familia llevaba generaciones intentando atrapar. Este monstruo estaba tan cerca de mí y yo debería haber huido, porque no había nada que pudiera hacer, pero la curiosidad me ganó. El brujo estaba de cacería, tuve suerte, él no me notó. Él siguió con calma a la pareja, mientras ellos corrían como si todavía tuvieran esperanza. Cuando llegaron al callejón sin salida, él se rió. Yo me detuve en la boca del callejón, llovía y era una noche cerrada, no veía mucho, pero lo escuché... El hombre le ofreció dinero, preguntó qué quería y el brujo se rió. La mujer, ella pareció saber que estaban perdidos porque, mientras que el hombre sonaba desesperado, ella habló con calma al preguntar "¿Por qué?" -Estaban se rió, un sonido que envió escalofríos a través de la columna de Theo-, nunca voy a olvidar su respuesta. Él dijo "Porque ustedes se aman de verdad, tan fuerte, y porque mi magia se está debilitando y ustedes dos tienen lo que necesito para alimentarla lo suficiente para seguir viviendo. Almas y corazones puros..."