Caminaron guiados por el niño de siete años, no mucho, sólo dos calles en el mayor en los silencios posibles.
Cuando el niño paró, Georg sabía que habían llegado al lugar donde ejecutarían su misión.
Con una señal de la mano, los Niños Perdidos también se detuvieron y se agacharon en la esquina de la calle.
Georg hizo un movimiento con su ánima y se volvió invisible, al cabo de un momento volvió y se hizo visible de nuevo para hablarles a sus pupilos e informarles sobre la situación.
Pero al hablar, Georg no movía la boca, Deyna y todos los demás podían escucharlo en sus mentes.
— Hay un par de enamorados en la plaza que está en frente. —- dijo. —- Es un sueño grupal, la iniciativa la está tomando él, así que él es el portador del sueño de los dos.
Para los que no los sepan, un sueño grupal, o sueño compartido, es un sueño que (como su nombre dice) es compartido por dos o más personas.
El que parece ser el líder, o el que parece tomar la iniciativa del sueño, es el portador. Todo ésto se lo explicó Georg a Deyna en ese mismo momento.
Ella al principio se asustaba de oírlo en su mente, pero luego se iría acostumbrando.
— ¡A sus posiciones. Formación original! —- ordenó Georg para todos en sus mentes, y los Niños Perdidos obedecieron. —- Deyna tu quédate conmigo te explicaré el procedimiento.
La Formación Original era la estrategia que usualmente utilizaban para robar sueños. además de esa tenían otras dos o tres formaciones que casi no usaban.
— Observa. —- le dijo Georg a Deyna aún escondidos.
Los soñadores ideaban algo en un grupo a parte, mientras que los atrapa pesadillas, unos se escondían, otros se volvían invisibles seguramente para acercarse al objetivo, mientras que otros, con un movimiento de su ánima, se dieron impulso para volar. Así es, como dando un salto en el aire, se elevaron para ocultarse en los techos de las casas, todos ellos dirigidos por Ignacio.
Los mensajeros se dividieron también volando o simplemente caminando como personas normales para informar sobre cualquier irregularidad utilizando su telepatía, cosa que también hacía Georg además de supervisar.
Mientras, los guardianes esperaban en ambos extremos a que les entreguen el sueño .
— Usualmente, los que extraen el orbe son los guardianes o los soñadores obviamente con sus guantes, no les es nada sencillo, aunque para ellos es más fácil que para otros tipos de Sapnas—- explicó Georg. —- pero tú nos ahorrarás todos éstos problemas y así todos se limitaran a cumplir sus funciones.
— ¿porqué les es difícil? —- contestó Deyna a la mente de Georg, que se quedó sorprendido pues muy pocos contestan a la mente de un mensajero la primera vez que les hablan.
— Si alguien que NO es un atrapasueños los toma, el orbe les quema la mano aún estando con guantes (un dolor indescriptible). Sólo los guardianes los pueden agarrar sin problema una vez que están fuera de los portadores, pero los demás, ni dentro ni fuera.
Una vez que los tres soñadores, Alejandra, Rocío e Ivan, se pusieron de acuerdo, la acción comenzó.
Uno arrancó unas flores que habían en el arbusto contiguo y se las entregó a Alejandra, quien se puso la capucha de la capa que llevaba puesta. Los otros dos se volvieron invisibles.
Con su ánima, Georg tocó la sien de Deyna para que ella pudiera ver a los invisibles posicionarse detrás de la pareja. Se sentían nervios en el aire.
Alejandra se acercó. Con su ánima hizo agrandar las flores y volver más vivos sus colores, ya eran casi las 8 p.m. y había frío.
— ¿flores para la dama? —- preguntó Alejandra a los enamorados. El chico la vio extrañado.
Georg dijo en las mentes de todos pero dirigiéndose a Rocío e Ivan: "Desmáyenlos ésta vez, para que Deyna pueda hacer su trabajo sin mayor problema."
Entonces ambos, les pusieron en las sienes sus ánimas, y los dos enamorados cayeron desmayados. Los sostuvieron como pudieron y los arrinconaron. Todos se acercaron, salvo los atrapa pesadillas, quienes tenían órdenes de permanecer en sus puestos. No había nadie alrededor, pues era un barrio casi vacío.
— José Miguel vuélvenos invisibles a todos. —- ordenó Georg ya hablando.
El muchacho mayor obedeció, de su ánima emanó una arenilla color verde que los in visibilizó a todos.
— Acércate al pecho del chico y con la izquierda, que es donde tienes tu ánima, arráncale su sueño.
Fue en ese momento en que ella notó que las ánimas de todos traspasaban sus guantes especiales.
Deyna agitó su dedo, como le enseñó Georg, y su ánima de varios colores reapareció. Se inclinó hacia el chico que se hallaba postrado, indefenso, incrustó su izquierda en su pecho, parecía atravesarlo, Deyna no sabía cómo lo estaba haciendo, sintió miedo. Y Georg habló:
Editado: 27.11.2019