Atrapa Sueños

9. Elixir

Había pasado una semana y  media, Deyna se convirtió en una experta en recolectar sueños, no sólo con la izquierda, ahora podía hacerlo con ambas manos, y se acostumbró rápidamente a las formaciones, también aprendió nuevos trucos con su ánima. 

Una mañana, toda la familia desayunaba en su inmenso comedor. Deyna notó que Georg, quien estaba en la cabeza de la mesa, vaciaba un líquido extraño en su taza de café.

Ya lo había visto hacerlo muchas veces, pero nunca tuvo el valor de preguntarle qué era, y tampoco lo haría esa vez, lo único que hizo fue contemplar detenidamente el líquido que tenía una especie de color platinado, y estaba contenido en un tubo de ensayo. Siempre pensó que era una especie de medicina sapna.

Fabricio, el niño menor, no pudo evitar notar la concentración con la que Deyna veía el líquido. Así que le llamó la atención tocándole el hombro, ella giró la cabeza y  con un gesto con la mano, el niño le dio a entender que quería que se le acercara, comopara contarle un secreto.  

 

— Georg está muerto, pero toma eso para que le dé vida.—dijo. 

Deyna se quedó extrañada al oír éstas palabras. Frunció el entrecejo y se dedicó a terminar  su desayuno. No sabía si eran las palabras, o el tono susurrante  e inocente del niño lo que le había puesto la piel de gallina.

 Fue ahí cuando ella comenzó a dudar de muchas cosas, ¿en qué momento llevaban los sueños a la dichosa biblioteca de los sueños?, ¿qué era ese líquido, y qué tiene que ver éste con la vida o la muerte?, ¿de dónde sacaría Fabricio eso que dijo?, ¿por qué Georg ponía en tantos riesgos a muchachos tan jóvenes?, se supone que los sueños tristes o negativos no son nada poderosos, entonces, ¿Porqué Georg quería el sueño del artillero si éste no servía?, ¿de dónde sacaba Georg dinero para mantenerlos a todos?

Pensaba en éstas cosas cuando Georg, después de tomar su café, se incorporo y dijo:

 

— La biblioteca necesita más sueños, así que hoy vamos a ir a una discoteca, no importa si los sueños son poderosos o no, los necesitamos.

El lector se preguntará ¿porqué a una discoteca?, pues es simple, al estar en una, las personas se transforman, y si ingieren alcohol (cosa que la mayoría hace) pierden la concentración y hasta la conciencia, ¿qué manera más fácil de robarle sueños a alguien hay?

****

La discoteca no estaba tan cerca ni tan lejos, fueron en auto.  En la entrada se veía el nombre del lugar: "ELIXIR". 

Ingresaron invisibles, nadie notó que abrieron la puerta como si nada, el portero estaba hablando por teléfono. La formación sería la de siempre.

Al parecer, no era una discoteca común, sino mas bien un local para caballeros. Había una gran tarima con tres tubos para bailarinas exóticas encima de ella. Aunque todavía  no había ninguna bailando.

Dirigidos por Georg fueron a la parte de atrás de la tarima, habían seis mujeres compartiendo dos tocadores, maquillándose y peinándose, los cubría una cortina roja.

 

— Escuchen, — dijo Georg a las mentes de todos— tomen sus posiciones, Deyna tu vienes conmigo, los soñadores en ésta ocasión tomarán el lugar de los meseros. ¡a sus puestos, ahora!

— Con todo respeto, Georg, — habló Alejandra  susurrando, pues ella no podía contestar de mente a mente como Deyna — no creo que haber traído a Fabricio haya sido la mejor decisión, ¡es muy pequeño!

Georg respiró, se le acercó, la miraba desde arriba desafiante, sus narices chocaban levemente. El pobre niño, impresionado por todo lo que se veía en ese lugar, se prendió del brazo de Ignacio.

 

— A sus puestos... AHORA— contestó Georg modulando excesivamente la última palabra.

— Georg yo estoy de acurdo con Alejandra. — defendió Ignacio protegiendo a Fabricio.

— Pues entonces, quédate con él, estoy seguro de que no estaría en manos mejores. — respondió torciendo los ojos.

Para Deyna también era algo impresionante, hombres ebrios que gritaban, música alta, era algo nuevo para  ella, nunca había ido a un local para caballeros, ¡ni siquiera se imaginaba que tendría que hacerlo!

Los niños perdidos fueron a tomar sus puestos, para ellos también era nuevo todo ese tipo de... misión, pero si tenían una idea de que hacer.

Georg tomó bruscamente a Deyna por los hombros para llevarla a donde estaban las bailarinas arreglándose. 

 

— Hora de cumplir mi promesa, Julieta, — le dijo a Deyna en su mente. — no será una actuación, pero si un... show, como en un teatro.

Al ver la mirada que él tenía en el rostro, Deyna pudo adivinar su pensamiento sin que él se lo dijera.



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En el texto hay: suenos, romance, magia

Editado: 27.11.2019

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