Atrapa Sueños

25. Simbad

Simbad, nació bajo el nombre de Mateo, sus padres eran humanos comunes y corrientes, pero los sueños lo eligieron porque él nació con un poder especial, él puede Navegar en los sueños de los demás esté dormido o despierto, y por ello, Es que los sueños lo bautizaron con el nombre de Simbad, el marino de los sueños. Cuando uno se presenta, ante otras personas, es el nombre que le pusieron los sueños (si es que estos le pusieron alguno) el que se usa en Rem, pues éste es el protocolo, así como el nombre de Deyna, ahora es Nima, que como ya se dijo quiere decir "bendición o bendita" ella está bendita por los sueños.

Cuando Simbad tenía 2 años sus padres murieron y fue criado por una familia adoptiva en Rem desde entonces, él era excesivamente delgado y de estatura baja, Deyna lo veía como a un compañero que solía tener en el colegio. 

En una pelea causada por él lo llevaron a la dirección y lo designaron a parar en la Sala Especial como Deyna e Igna.  

Él era un muchacho gentil, y muy astuto, aunque algo serio, casi nunca sonreía. Su piel era muy morena, tenía el cabello y los ojos cafés obsucuro, y siempre tenía puestos unos lentes considerablemente grandes, pero de medida baja, practicante los usaba como adorno y  nada más.

 

— ¿ustedes son los que se van a casar? — les preguntó Simbad nuestros protagonistas.

— Si — respondieron al unismo.

— Pues, todo Rem comenta de eso

— Pareciera, — dijo Deyna. — que en general todo Rem comenta de nosotros ya sea de nuestra boda o de nuestras personas.

— Eso es verdad — dijo Simbad — la invitación llegó esta mañana a mi casa, iré con mucho gusto — guardó silencio un momento — soy Simbad, ustes son Ignacio y... ¿cuál es tu nombre?

— Nima — respondió Deyna. 

  Fue la primera vez que Deyna decía su nuevo nombre, se acostumbraría en algún momento pero le era un tanto doloroso, de algún modo, sentía que no eran los sueños los que la bautizaron, sino Georg.  

— Es un placer — respondió Simbad.

— Y... — comenzó Igna — ¿qué es lo que tanto dicen de nosotros?

— Muchas cosas — la sonrisa de Simbad era un tanto irónica, pero muy bonita, adornaba su piel morena. — dicen que el novio es agresivo y celoso, que le rompió la nariz a un inocente, que la novia es muy bonita, que está bendita por los sueños, pero que es una inútil dicen que ambos son ladrones de sueños. Pero yo no lo creo, dicen cosas peores de mi, después de todo, siempre inventan cosas

— Pueblo chico... — dijo Igna

— Infierno grande. — concluyó con el refrán Nima asintiendo con la cabeza.

  Al menos ahora sabían todo lo que se rumoraba sobre ellos. Entonces algo estaba claro para ellos,el pueblo de Rem, era de gente chismosa, Por lo cual, nadie del pueblo podría faltar a la boda mas hablada, la boda de los ladrones. Su ceremonia estaría repleta.  

 

  Deyna e Igna se Vieron con la misma frase en la cabeza: "qué vergüenza"  

*  *  *

  Al llegar por la noche a casa, después de haber ido al tribunal, se reunió Igna con su hermano Sebastián,  

 

— esta noche, es tu última noche de soltería, podemos ir a tomar unos cuantos tragos con unos amigos míos, y al volver podemos jugar unos juegos de cartas ¿que dices?

— Me encantaría Sebastián Pero, aún soy menor de edad — respondió Igna

— si, eso es verdad, al menos deja que traiga unos amigos para poder festejar, puedes invitar a tu novia si deseas

— ¿no se supone que las despedidas de soltero las hacen por separado?

— tienes razón, Pero según Tengo entendido, la familia de tu novia es bastante... especial

— puedo invitarla, pero no se si va a acceder, ella va a querer darme mi espacio 

  Mientras tanto, Los señores Zceler trabajarían hasta tarde esa noche, y Sarah, al oír ésto por la boca de su novio, Stephan sintió algo de pena por Deyna, solita en su última noche de soltera. 

Por ello, convenció a su prometido de ir a acompañarla juntos.

 

— Hola Nima — le dijo Sarah al entrar al comedor donde se encontraba Deyna — Stephan y yo vinimos a hacerte compañía

— Hola, tu eres Sarah ¿no? — respondió

— Así es

— Es un placer

— El placer es todo mío

— Bueno señoritas — se entrometió Stephan — yo me retiro, la verdad prefiero dejarlas ya que son mujeres y pues... así se deben hacer las despedidas de solteros. 

Sarah le insistió una vez más a Stephan para que se quedara, pero al tener una segunda negativa de él sólo asintió con la cabeza y lo dejó retirarse.

 

— Muchas gracias por... hacer esto — dijo Deyna



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En el texto hay: suenos, romance, magia

Editado: 27.11.2019

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