Tras haber ocurrido todo lo relatado en el capítulo pasado, Deyna y Gema fueron trasladadas hasta el palacio de Georg, es decir la casa hexagonal en donde vivían con él. Igna naturalmete ya se encontraba ahí.
— Debemos darnos prisa — les dijo a sus niños perdidos — deducirán que estamos aquí y vendrán buscar a nuestro Romeo.
— ¿sólo a mi? — preguntó Igna
— Si Romeo, sólo tú estarás aquí. Ya verás porque.
Georg se giró para ver a Deyna.
— Ay Deyna Nima— le dijo— ahora, vas a hacerme otro favor.
Sacó de una bolsa que tenía entre las manos uno de sus niños perdidos, una manzana tan roja, jugosa y brillante que podía ver su reflejo en ella.
— Vas a mascar ésta manzana
— ¿cómo te encantan los cuentos de hadas no? — respondió ella sarcástica
— Así es, los disfruto, al igual que los libros clásicos
— En ese caso, Romeo y Julieta terminan muertos, pero en los cuentos, el mal pierde, mientras que el bien triunfa, y en la vida real, las tiranías caen.
Georg borró su sonrisa.
— Bien, caeré, pero tú caerás conmigo. — respondió por fin entregándole la manzana.
— La comeré, pero primero quiero saber ¿por qué yo Georg?, hay muchos atrapa sueños en Rem.
— Eso es simple, yo fui el mensajero que tuvo la visión de tu existencia, de entre todos ¡YO!, es raro tener visiones de atrapa sueños porque no son muy comunes, y no tuve la visión de cualquier atrapa sueños, sino del mas más poderoso, porque sé de los dones que tienes, las cosas raras que te pasan en tus sueños, además tú y yo tenemos una conexión por el sólo hecho de que yo tuviera esa visión. Un rey siempre quiere legarle su reino a su hijo, no a cualquiera, tu ibas a ser mi princesa, pero en vista de las circunstancias, creo que es mejor matarte y ya.
Deyna bajó la mirada resignada, y Georg mandó a que la soltaran, tomó la manzana.
— Igual van a matarnos — le dijo a Igna — y prefiero que me maten primero antes de verte morir. Te amo Igna, fuiste el amor que siempre pedí.
— No, ¡Deyna NOOO! — exclamó Igna
Ella sin quitar la vista de la de él, mordió la manzana, y a los 10 segundos, en paz y sin dolor, la vista se le nubló y cayó su cuerpo inerte en los brazos de Georg.
A penas pudo oír otro "¡NOOOOO!" de parte de Igna, quien logró zafar de los brazos que lo aprisionaban golpeándoles de manera muy rápido, primero al de la derecha un codazo y al de la izquierda con un cabezaso, otro vino corriendo a tratarlo de atrapar pero lo esquivó con agilidad.
Otra vino para intentar darle un puño, pero el fue más rápido y no le importó que fuera mujer, le dio un golpe en el estómago haciéndola doblarse.
Se pueso en posición de boxeo, todo para llegar hasta Georg y arrebatarle de las manos el cuerpo de Deyna.
— ¿Quién sigue malditos? — dijo.
Georg alzó su mano para indicar un alto a todos sus niños perdidos y le entregó voluntariamente el cuerpo de Deyna. Ya con éste en sus brazos se arrodilló en el piso. Los cabellos de su esposa colgaban en el aire.
— Se ve bella aún de muerta — dijo Igna rompiendo en llanto abrazando el cuerpo de sus brazos. — ya no tienes con quién amenazarme Georg, ya puedo...
— Te equivocas, aún tengo a Gema, que mal pero sigue viva, aunque está perdiendo mucha sangre
— ¿¡porqué!? ¿qué te hizo Gema? ¡Si querías su sueño pudiste haberla solo desmayado no tenías que golpearla!
— No la golpeé, la desmayamos y al caer al suelo nadie la sostuvo y... se lastimó — respondió Georg con sarcasmo.
Se escucharon unos ruidos desde afuera, y Georg notó al instante que era Aurora en busca de Deyna e Igna.
— Quítensela — ordenó.
Dos de los niños perdidos arrebataron el cuerpo de Deyna de los brazos de Igna no sin que antes él le diera un pequeño beso en los labios y no ofreciera resistencia, ya no le quedaban fuerzas para pelear, ya no le quedaba alma o un motivo para hacerlo.
Todos los niños perdidos fueron desapareciendo incluyendo los dos que tenían el cuerpo de Deyna.
— ¿qué hacemos con él? — le preguntó uno de los que se quedaron a Georg
— Dejémoslo, dudo que ahora sea una amenaza, a su hermana también.
— Al menos dime ¿A dónde se llevan su cuerpo? — preguntó Romeo.
— Descuida, a un lugar en el que ella amaría ser enterrada.
— La buscaré, la encontraré, y a ti también. — dijo mirando fijo a los ojos de su captor.
Georg sonrió y se transportó a quién sabe donde. Jamás se imaginó que había despertado a la bestia.
En ese instante ingresaron los Reminos que fueron a ayudar. Sebastián y Simbad se acercaron a Gema aún moribunda, mientras que Aurora fue donde Igna que ya estaba mas calmado, pero aún en el suelo.
Editado: 27.11.2019