Atrapa Sueños

32. Esmeralda, la Gitana

Ignacio se hallaba sentado en las gradas de afuera del hospital, ya lo habían atendido, pero debía esperar a ver qué pasó con su hermana, aún su vida estaba en duda.

Habían pasado muchas horas, pues ya eran las 8 a.m. Él ni siquiera había ido a su casa a cambiarse, simplemente no quería nada, ni siquiera llorar. Su hermano Sebastián estaba a su lado haciéndole compañía sin decir palabra alguna.

Él sólo podía pensar en lo que le dijo Georg, que el cuerpo de Deyna estaría en "un lugar en el que ella amaría ser enterrada", ¿qué  lugar podría ser ese?

Un enfermero se le acercó y le preguntó si su nombre era Ignacio Ripoll, y al tener una positiva, le informó que su hermana estaba viva, reaccionó, pero aún estaba muy débil, a penas podía hablar.

Eso le tranquilizó un poco, pero aún debía encargarse de muchas cosas.

Fue a ver a Gema hasta la habitación que le habían designado. Ella  abrió los ojos levemente e hizo el intento de sonreír, pero no pudo.

— Siento mucho todo esto Gema, es absolutamente mi culpa — le dijo Igna,Gema no tuvo reacción sólo lo miró con semblante exhausto. — Sebastián, ¿te quedarías con ella por favor?, tengo algunos asuntos que resolver. 

Su hermano asintió y se quedó a cuidar de su... hermana de sangre, mientras que nuestro héroe fue a buscar a Aurora.

 

— ¿y tienes alguna idea de en dónde puede ser ese lugar en el que ella amaría se enterrada? — le preguntó ella.

— No estoy seguro, hay muchos lugares que a ella le gustaban nunca me dijo uno en específico

— Yo creo que es una trampa de Georg, quiere que la encuentres por alguna razón.

— No lo creo, si hubiera querido hacerme algo lo hubiera hecho ayer.

— Buen punto...pero insisto es arriesgado, si lo descubres debes decirme para que armemos un grupo de rescate.

Igna asintió y se fue, no sabía donde podría estar el cuerpo de Deyna, pero si sabía quienes si podrían saber: sus amigos, pero no sabía como hallarlos, aunque si sabía dónde vivía uno: Andrés,  porque una vez fueron por un orbe de sueño a ese barrio cuando aún vivían con Georg, y Deyna le mostró su casa y la de su amigo, incluso le señaló su ventana.

Es aquí donde yo meto mi cuchara en el asunto. Pues el famoso Ignacio vino hasta mi casa, trepó por quién sabe donde y se apareció en mi habitación.

 

— ¿tú eres Andrés? — me preguntó

— No — respondí aterrado pensando que era un ladrón.

— No me tengas miedo, soy un... amigo de Deyna, ¿tienes idea de cuál es su lugar favorito en el mundo?, a mi me dijo sobre muchos, yo no sabría cual es exactamente

— ¿porqué quieres saber?

— Eso... no importa, quiero darle algo así como una sorpresa, pero no le digas nada, es sorpresa.

— Bueno, si yo tuviera que apostar, diría que su lugar favorito es el teatro del colegio, pero el teatro donde las obras se presentan, no el teatro con escenario.

Igna me miró confundido por lo que acababa de decir.

 

— Ve mañana al colegio — le indiqué — y pregunta dónde se presentan las obras, ve a la salida de los niños de primaria, dile a la portera que viniste a recoger la hija de una amiga y que ella te esperaría ahí.

— ¿Y si me pregunta el nombre de la niña, que evidentemente no existe?

— Eso es fácil engáñala, dile un nombre común y no sabes el apellido de su padre ya que tu amiga es su mamá. Y cuando te vea salir no le digas nada, y si te pregunta le dices que su mamá te acaba de llamar y ya la recogió.

Él se retiró de mi habitación luego de unas preguntas más.

Al día siguiente, debo admitir que me picaba la lengua por contarle a la "otra Deyna" lo que había pasado, pero decidí que lo mejor era callar para no arruinar la sorpresa.

Suerte que no lo hice a decir verdad. Igna fue e hizo lo que le indiqué, fue hasta el teatro cuadrado y al aire libre del colegio, que era donde se presentaban las obras. Se asomó y no vio nada, sólo un montón de niños corriendo al rededor. El suelo del teatro se pintaba cada año con el logotipo de la obra en turno, ese año la obra era Moulin Rouge.

Al ver que al parecer no había nada, entró al baño, se puso invisible con su arenilla para poder salir así del recinto. Cuando de pronto oyó una voz muy familiar: era Deyna.

Si un sapna se divide en dos, como lo hicieron casi todos los niños perdidos, Nuca se supo que pasa con la otra parte si es que una de estas muere, y al parecer, aunque muchos estaban seguros de que moría también, esto es falso.

Deyna estaba con sus amigos justo en frente del baño de hombres tratándose de esconder porque no habían entrado a clases.

La vio viva y feliz, pero ella no tenía idea de su existencia. Sería bastante desagradable, que ella se presentara en ese teatro en una semana, sin saber que una parte de ella misma estaba enterrada abajo.



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En el texto hay: suenos, romance, magia

Editado: 27.11.2019

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