Atrapa Sueños

43. Paranoya

Deyna corría, pasillo tras pasillo, abriendo puertas, entrando a las habitaciones era una persecución tensa y hasta silenciosa. 

Ahora los espejos parecían funcionar normal, la reflejaban a ella corriendo, confundiéndola aún mas. Y no solo eso, sino que el fondo no era una pared, eran diferentes escenarios, desde una granja, hasta una oficina. El reflejo-cabra la burlaba y le hacía ir de un lado a otro

La jadeante Deyna a veces se veía no corriendo en los espejos sino desarrollando algún papel dentro de ellos, desde ordeñando una vaca, hasta contestando teléfonos en un cubículo.

Otro hubo en que era una Deyna que se veía frente al espejo probándose un vestido de fiesta, su mamá por detrás le decía que se veía bonita. Ella se detuvo ante esta escena parecía estar escogiendo vestido de graduación, regresó en sí y volvió a correr.

Muchas realidades se posaban ante ella,  cuando de pronto encontró en un espejo a una Deyna corriendo entre espejos, ambas Deynas se acercaron al espejo a su izquierda asustadas, se veía en el fondo de la otra, otros espejos que reflejaban otras realidades.

Intrigadas tocaron el espejo pensando que tal vez sería el indicado, pero... nada.

En ese momento, vieron por detrás de la otra que los escenarios cambiaban, ahora eran otras Deynas viendo a Otras Deynas, si, así de complejo. Nuestra Deyna inicial volteó, y en efecto, el resto de los espejos a su alrededor la reflejaban a ella viendo a otras "ellas" a través de otros espejos.

Ya no sabía si era otro reflejo más o era ella misma, o tal vez todas esas Deynas eran ellas mismas y ninguna un reflejo.

Deyna activó su ánima y sacó su arma volviéndola en una pistola pequeña, reinició su carrera, aún con otras copias suyas a su al rededor. Era algo como para volverse loca.

Ingresó a una habitación, en la que ya no todo eran espejos, en esta también había un angosto ropero de madera pintada de blanco. Desde su interior se oía un sonido, como si alguien estuviera estrellando todo su cuerpo para abrirlo, Deyna se acercó temerosa y tras un suspiro abrió la puerta del ropero, en su interior no había nada pero sí en la parte trasera de la puerta, era otro espejo.

Ahí había otra Deyna, despeinada, sangrando, con moretones en el rostro, estaba atada con una camisa de fuerza y una cinta le tapaba la boca. Soltaba un sonido de grito y se movía con desesperación, como si tratara de decirle algo. Y en efecto, el mensaje era "voltéate". Deyna obedeció cuando lo entendió. Detrás de ella estaba la pesadilla que decía ser su verdadero reflejo, la pesadilla-cabra, pero ya no estaba dentro de un espejo, la podía tocar ahora, asesinar.

Los ojos de la protagonista se abrieron cual platos, la pesadilla corrió hacia ella con sus cuernos en listos para ser clavados en su pecho, ella la esquivó, le lanzó arenilla pero no le llegó, comenzó a dispararle mientras corría por la habitación la cabra le perseguía en cuatro patas hasta que se encontraron. Deyna le agarró los cuernos pero su fuerza no era mayor, ella gritaba, los espejos reflejaban todo eso, el ropero estaba en el extremo contrario. Decidió soltarla y caer a un lado, así la cabra que no redujo su fuerza en oposición fue a estrellarse contra los espejos que estaban frente a ella. 

Este espejo se hizo trizas, y correlativamente los de su lado también empezaron a destruirse como si explotaran. Deyna se cubrió de los pedazos que volaban con su ánima.

La cabra se volteó furiosa, entonces, la Deyna del ropero soltó un grito, pues si los espejos se estaban destruyendo uno a uno, también se destruiría el suyo y la Deyna original no tendría como escapar... nunca más.

La cabra volvió a correr contra ella, Deyna se puso de pié y se dirigió al ropero lo más rápido que pudo, estaba a punto de atravesar el espejo pero  no pudo, solo se chocó con él. Solo puedes atravesar los espejos si estás relajado, y por supuesto que ella no lo estaba.

La cabra la tumbó al suelo, y se puso sobre ella, la Deyna del espejo lloraba gritando impotente ante tan trágica escena. "Es mi muerte" pensó Deyna, se defendía de la cabra con uñas y garras, gritando para que no le mordiera, le lanzaba arenilla, pero era inútil, la pesadilla era mas fuerte y la pistola la dejó caer en algún lado.

Entonces el animal le mordió el cuello. Era un dolor inimaginable, ella dejó de luchar, con su último aliento, justo antes de que explotara el espejo del ropero, lanzó arenilla hacia la otra Deyna, ni siquiera atinaba a gritar o hacer otra cosa mas.

Esa arenilla liberó a la otra Deyna del espejo que la mantenía cautiva, de da cinta que le impedía hablar y de la camisa de fuerza que le imposibilitaba sus movimientos.

Rabiosa salió en contra la bestia, arrojándola al suelo, ella trató de morderla, pero era mas la ira de la otra Deyna que metió su dedo en el ojo de la cabra, tomó su mandíbula con una mano, y con la otra la parte de arriba de su boca tirando de ambas partes en sentidos contrarios. La cabra se resistía haciendo que las manos de la segunda Deyna sangren.



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En el texto hay: suenos, romance, magia

Editado: 27.11.2019

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