44. De Vuelta

La segunda Deyna estaba entrando en pánico, tenía una ánima también, pero era mas como un adorno dado que ella era un simple reflejo. Pudo atravesar el espejo cuando la Deyna original le lanzó arenilla, pero aún así luego de que ella pasó, el portal-espejo se destruyó como los demás, no había como pedir ayuda, y lo peor es que ella es muda.

Sip, muda, puede emitir sonido pero no hablar, esa es la ironía de este tipo de "reflejos verdaderos", que son creados por la reina de la verdad, varias de sus creaciones son mudas, como el reflejo de Deyna o incluso, el reflejo de la reina de las palabras lo es, así como el reflejo de un famoso pintor es ciego. Y no todos tienen forma humana, a veces el reflejo es animal o un objeto. Toda persona viva, tiene un reflejo verdadero creado por esta reina.

En fin, la Deyna No.2 lloraba desconsolada frente al cadáver de su original, viendo como el orbe de arenilla se elevaba lentamente, abandonando su cuerpo. 

Un espejo intacto apareció de la nada frente a ella, se secó las lágrimas, el espejo no reflejaba nada, estaba su interior oscuro y siniestro, era de nuevo la Pesadilla Mayor.

— ¡Qué grupo de inútiles! — le dijo a la otra Deyna con su voz ronca. — te ayudaré sólo porque tu creadora me lo acaban de pedir, si ése orbe que sale del pecho de tu original, llega a la biblioteca de los sueños, tu desaparecerás, y ella no quiere eso. Recuerda que esto lo hago porque les debo un favor a ellos.

Ella asintió con la cabeza y una sonrisa triste. Entonces el espejo enseñó algo, era un búho en una rama. La "Deyna 2" respiró hondo y lo atravesó. Se encontraba en un bosque, estaba anocheciendo, sacudió  el árbol levemente despertando al señor búho.

Ellos ya se conocían por una aventura anterior que habían tenido juntos en otro universo, donde los reflejos verdaderos habitan y gobiernan bajo sus propias leyes. Le hizo una seña para que la siguiera y volver a atravesar el espejo de vuelta, así se hizo.

— Ay no... — masculló el búho — ¡pero que desastre! Ten cuidado con los espejos rotos te puedes cortar.

Ella respiraba ahogando suspiros, se sentó en el suelo lleno de vidrios, a pesar de que el señor búho le dio que no lo hiciera, a ella ya no le importaba. El señor búho se colocó sobre el cuerpo inerte de la pesadilla-cabra, observó de lejos la herida del cuello de Deyna y vio como el orbe de arenilla traspasaba el techo ascendiendo. 

             — Tal vez si tú le soplas en la herida del cuello y en las demás, eres su reflejo, tienes algo                 de su esencia, tal vez lo último que le quede de ella... — le aclaró a la otra Deyna.

Ella le hizo unas señas preguntando  "¿eso sería todo?" a lo que el señor búho asintió.

— Aún así, deberás ir corriendo a tomar el orbe de arenilla, es muy delicado así que ten cuidado. Solo así podrás salvarla, aún hay tiempo.

Ella respiró y empezó a soplar sobre todo el cuerpo lleno de heridas de la Deyna original. Estas heridas empezaron a cerrarse de manera rápida, la sangre dejó de brotar, poco a poco empezó a tener un aspecto mas sano, aunque aún no tenía color en el rostro y sus labios permanecían resecos y azulados. 

A continuación, el señor búho le dijo que soplara un poco mas en la herida grande del cuello y el pecho. Deyna 2 obedeció, y se pudo ver como la sangre de su interior empezó a circular de nuevo, ella se acercó para oír su corazón y notó que volvió a latir y sus pulmones de nuevo recibían aire, pero aún faltaba el orbe de arenilla, pues contenía ese aliento de vida que nos permite no simplemente "estar vivos", sino vivir, sentir, disfrutar, aquello que nosotros los humanos llamamos "alma".

— ¡Corre por el orbe de arenilla!, cuanto mas lejos del cuerpo-envase estén, más rápido se alejan ¡corre! — le ordenó el búho.

Deyna 2 estaba apunto de salir de la habitación, volteó preocupada por su original.

— ¡corre, yo la cuidaré por ti!

Ella salió recién, sin mirar atrás, sin frenos, subió al segundo piso de la casa, y nada, luego al tercer piso y al cuarto, fue ahí cuando recién encontró lo que buscaba, los espejos aquí aún no habían estallado. Debo recordarle al lector que estos eran espejos normales, no portales, así que o bien reflejaban una pared blanca, o cumplían su función común reflejando lo que tenían en frente.

Entonces, cuando Deyna 2  se aproximó al centro del pasillo donde se encontraba, se vio rodeada de orbes de arenilla, sí reflejos del orbe verdadero. Desesperada, tocaba los espejos buscando y no hallaba el objeto tan preciado que cada vez se elevaba con mayor rapidez, hasta que sintió que algo suave le tocaba la cabeza, volteó y era el orbe. Lo cogió y este se resistió un poco pero la fuerza de Deyna 2 era mayor.