Llegando a casa de mi tia, senti un hueco en mi pecho, como si hubiesen pasado años de no estar en aquel lugar, una sensacion muy extraña para mi, es la primera vez que me siento asi, espero no se vuelva a repetir, es como un vacio, no me gusta, es raro.
Mi tia salia de casa con una sonrisa de oreja a oreja, se le notaba feliz, mucho, quizas le hice falta.
-¡Mi querida Briseida!, por fin de regreso - mi tia me abrazo tan fuerte dejandome sin aliento, si no mori en ese choque, morire en los abrazos inocentes de mi tia, luego de eso vi como se fijo detenidamente en Dorothea - Hola, un gusto, soy la tia de Briseida, me llamo Flor
-Un gusto poder conocerla señora, mi nombre es Dorothea, y sera un gusto el poder trabajar con todos ustedes
-¿Trabajar?
-Si tia, yo le dije que trabajara para nosostros, necesitamos de una enfermera, y de todas las que habian en el hospital ella fue la unica que me atendio de buena manera, las otras eran demasiado toscas
-Ya veo, pues es un placer por fin tener mas compañia en casa, que bueno que es lo suficientemente grande para que puedas tener tu propia pieza
-Espera tia no seamos tan arrebatados - Mire a mi compañera, leia en sus ojos la confunsión, esta chica tiene una mirada muy inocente - Dorothea, es tu decision, no te obligamos a nada, que dices, vienes todos los dias como un trabajador normal, o prefieres quedarte aqui con nosotros, te pagaremos, comeras y viviras como una mas de la familia
-Me siento alagada en verdad, siento que me estoy tomando muchos atrevimientos, aparte de que la voy a cuidar, pero eso no quiere decir que siempre vayan a estar enfermas, en algun momento dejaria de serles util
-Sabes hacer algo mas que solo el area de enfermeria
-Pues tambien se sobre jardineria y cocinar, pero no se mas la verdad
-¡JA! profin llego alguien que te pondra abono todos los dias
-Callate imbecil
-Calmese señora raiz
-Ya se me hacia raro que este estuviera tan callado - mire a Dorothea - no les prestes atención, ellos siempre son asi, a Elliot le gusta molestar mucho a mi tia solo porque se llama Flor
-Que curioso, ¿el te gusta?
-¡¿Que?!...pfff n...no - rayos, ¿que pasa con migo?, me siento muy nerviosa ahora
-Son todos ustedes muy peculiares
-¿Lo tomo como un cumplido o como un insulto?
-Como un cumplido, me agradan
-Que bueno, pero mientras ellos se pelean pasemos a la sala por favor, me quiero sentar
-Claro
Las dos entramos a la sala, Dorothea me ayudo a sentarme, aun me dolia un poco la herida, solo dos semanas mas y adios a toda esta cosa que me pusieron en la pierna
-Bien, Ya que sabes lo de jardineria y cocina que te parece esto, cocinaras para nosotros las comidas del dia, mi tia tiene un jardin, asi que tambien puedes ayudarle en eso, y cuando nos encontremos mal, no te preocupes por el jardin, solo cuida de nosotras, trabajar de lunes a viernes, el sabado y el domingo no ya que en esos dias la mayoria de veces compramos comida ya echa, y mi tia entre semana se levanta muy temprano, asi que trabaja comodamente a tu manera, no te pondre horario ni nada, depues de todo estaras aqui, que dices, ¿aceptas?
-Sera un placer trabajar aqui, muchas gracias Bris por esta oportunidad que me das
-No hay de que, y ¿no vas a preguntar nada?
-¿Sobre que?
-Sobre de cuanto sera tu paga y cada cuando se te pagara
-No no no no, no se preocupe por eso, estoy feliz de estar aqui, no es necesario que me diga
-Vale, no te dire cuanto te vamos a pagar, pero si cada cuanto, sera quincenal
-De acuerdo - se veia muy feliz e inocente...extraño esa virtud, fue robada, eso entristece mucho a mi alma
-Vale, ayudame a levantarme si, te mostrare donde dormiras
Y haci lo hizo, fuimos, y la lleve al segundo su cuarto quedaba cerca al jardin trasero de mi tia, y a seis habitaciones lejos del mio
-¿Aqui dormire yo?
-Si, ¿no te gusta?
-Es hermoso me encanta
-Que bueno que te guste
-Disculpa Bris, te puedo pedir algo
-Dime
-Puedes mañana dejarme un tiempo libre, para ir a mi casa y tomar mis cosas y traerlas aqui
-Claro, despues de todo viviras aqui
-Gracias
-De nada, ahora me dispongo a darme un baño, uno de verdad, no de esos que me daba en el hospital
-Vamos yo te ayudo
-Gracias
Fuimos a mi cuarto y Dorothea me ayudo a bañar, que bueno que acepte porque sin ella de seguro que del baño no salgo, me puse la pijama, era muy suave y fresca, me sentia como una persona nueva, luego bajamos al comedor, mi tia tenia puesto mi comida favorita, senti mucha verguenza porque mi estomago rugio apenas vi la comida, fuera algo pequeño que solo Dorothe escuchara, pero ¡NO! todos escucharon, y justo en ese momento todos habian echo silencio
-Creo que hay un animal salvaje en casa
-No me digas asi Elliot
-¿Eras tu?, quien te viera tan pequeña y con esos rugidos
Creo que me voy a volver loca, me sente en la mesa y luego los voltie a mirar a todos
-La comida del hospital es asquerosa, quizas es lo unico que no me gusta de ir al hospital, asi que en estos momentos voy a perder la compostura y voy a comer como un animal, asi que si les parece de mala educacion, no me importa
Ninguno de los presentes dijo nada, mire de nuevo mi plato, se veia tan delicioso, y asi como les dije, asi comi, el hambre invadio todo mi ser, sentia como poco a poco iba recuperando mis fuerzas, era como cuando popeye comia espinacas, asi me sentia yo en estos momento.