La pérdida

Me alimente lo más que pude, cada gota de sangre me hacía sentir con más poder, él solo me miraba, su mirada penetrante me decía que siguiera desgarrado el cuello de cada una de las personas en la habitación, yo me sentía exitada y para mi era raro sentirme así, nunca había salido con chicos, pues me concentraba en mis estudios y verlo mirarme así me hacía desearlo. Le dí en el gusto y desgarre garganta tras garganta, se me aserco y se alimento junto a mi, me sentía diferente sin pudor, sin temor, sin vergüenza, no me importaba en lo más mínimo que no llevara ni dos horas de conocerle la verdad me empezaba a gustar mi nueva yo. 

Comienzas a olvidar a la que eras- me distrajo Spink - lo sé, llevo tiempo observando tu vida, como te mueves, que haces, siempre he estado mirándolo todo. Me sorprendí cuando note que no prestabas atención a los chicos ¿es que eres lesbiana? ¿O solo no has encontrado al chico que te quite lo más preciado? 

¿Que es en lo único que piensan los chicos? ¿Y que si fuera lesbiana te molesta en algo? - este hombre me tenia perpleja y no podía creer como lo detestaba pero me sentía bien a su lado--¿que es lo que comienzo a olvidar? 

Estas olvidado tu vida de humana, tus sentimientos, tus pensamientos, tus tabúes y lo más importante tu alma, lo único que diferencia a las personas humanas de los demonios y vampiros, lo que nos diferencia de ellos  - apuntó a los cadaberes que yacían en el suelo sin una gota de sangre con las marcas en los cuellos y las ropas rasgadas. 

Mire a los cadaberes y luego al vampiro que decía ser quien me había salvado dos veces, él me miraba y luego miraba mi cuerpo, miro la hora en su reloj de muñeca, el que parecía ser bastante caro. 

Ya es hora de que te prepares para ir a dormir comienza a amanecer, vamos te llevare a tu habitación. - comenzó a darme el recorrido por aquella casa tan grande, el salón estaba en el costado derecho, tenía sillones de lujo al parecer Spink vivía aquí hace bastante tiempo, caminamos por un pasillo y llegamos a la cosina, esta estaba un poco abandonada se podía entender el porqué, cruzamos una puerta y luego otra, entramos a lo que parecía ser una oficina pero al prender todas las luces podías ver el centenar de libros, Spink dijo que era mi biblioteca. 

Nos alejamos de ella y en el costado izquierdo estaba el comedor, una sala que parecía ser de juegos y la puerta hacia el invernadero, no entramos en este último comenzaban a salir los rayos del sol y podían ser muy dolorosos para nosotros. Llegamos nuevamente a la entrada principal donde estaba la escalera, subía tras de él mirando cada cosa que veía, esta casa tenía muchos cuadros, llegamos a una habitación, esta era muy amplia, tenía una cama grande con un hermosos velo color lila con pequeñas flores bordadas en blanco, grandes almohadas en el mismo tono, un baúl acolchado a los pies de la cama, un pequeño sofá, tenía también un closet antiguo y una puerta, la mire pensando que habría tras ella. 

Lo arregle todo para que estuvieras cómoda- me dijo y se dirigió a la puerta - este es tu baño. 

Prendió la luz, el baño tenía una ducha bastante amplia y con cristales, una tina también amplia llena de agua y pétalos de flores con closet con muchas toallas, un inodoro de lujo y un laba manos igual de lujo, pequeñas luces alumbraba cada espacio y un ventanal enorme con unas cortinas gruesas. 

No podía creer lo que veían mis ojos era un mini palacio, supuse que tenía que dar las gracias así que lo hice. 

Gracias por esto pero no debiste tomarte tantas molestias - le dije aun sin creer lo que miraban mis ojos. 

Tienes ropa en el closet, te dejaré para que puedas acearte - dijo y se marchó serrano la puerta tras de si. 

Comencé a desnudarme para meterme en aquella agua con pétalos de flores, al sumergir mi cuerpo en está el agua se torno roja, aun seguía manchada en sangre de los días anteriores, apestaba bastante. Me relaje y cerré los ojos un momento, podía escuchar cada movimiento, cada crujir de la casa. Me pregunté si sería la única en la casa, si solo estábamos él y yo. 

Luego de bañarme tome una toalla y camine hacia la habitación, urgue entre los cajones, la ropa era toda tan sexy, no eran para nada mi estilo, quiero decir mi antiguo estilo. Tome una camisa de dormir larga que tenía velo transparente , parecía ser como el de una princesa, tenía un tono verde claro casi como desgastado, unas mangas de tul con pequeños bordados en zigzag en tono blanco, el escote era suntuoso y de seda, quedaba al descubierto mucha piel, pero me gustaba como quedaba en mi. 

Me quise mirar en el espejo pero no encontré uno, salí de la habitación en busca de uno y de un libro, la verdad es que con tanta comida se me había quitado el sueño, mire en una habitación al fondo del pasillo, en esta si había espejo pero no me aserque a él, camine en dirección a la repisa con fotografías antiguas. 

No reconocía a nadie, solo había un niño de ojos tristes, seguí mirando y vi una foto de una mujer de pelo largo, usaba un bestido cenido a la cintura y el niños estaba a su derecha tomado de sus faldas. Había una escondida tras una tela, la tomé en mis manos y la mire más de serca, era él, Spink con unos vaqueros color caqui y una camisa de punto, a su lado la mujer ya más anciana y en sus brazos una pequeña niña de rizos pelirojos. 

No deberías estar aqui- me dijo y yo me sobresalte - esta habitación esta clausurada. 

Yo yo ... - no sabía que decir--no lo sabía, yo solo buscaba un espejo quería ver como me quedaba la pijama. 

¿Un espejo? ¿Para que? Para ver como el pijama flota, que no sabes nada de vampiros. 

La verdad es que siempre pensé que eras un mito, quiero decir que no creía en nosotros - dije un poco avergonzada. 

¿Necesitas que te explique todo? - dijo mirándome con cara curiosa.