Spink me miraba como si me estuviera volviendo loca, yo solo recordaba aquella pesadilla, mis ojos negros brillaban en la oscuridad en aquel puente, y podía oír al demonio queriendo salir. Mire de nuevo a Spink trataba de decirle con mis ojos que todo estaba bien, cuando note que estaba sin polera y en el costado izquierdo tenia una sicatris en forma de "X", sin darme cuenta me aserque más y comencé a seguir con la llema de mis dedos las líneas de ésta.
Él se alejo por un momento, pero yo no podía parar de tocarla, le mire a los ojos, podía notar el dolor en ellos, volví a mirar la cicatriz, ya no parecía tan profunda. Le mire de nuevo sin entender nada, fue ahí cuando él comenzó a contarme su historia.
Cuando tenía nueve años mi madre y yo nos mudamos aquí, en ese tiempo todo era diferente, conocimos a un hombre, parecía ser un buen hombre, pero estábamos completamente equivocados, andaba en busca de un hogar en donde hacer sus estafas, mi madre se dio cuenta muy tarde, ya se había casado con él. Viví muchos años escondido de él por miedo, un día un hombre y su mujer vinieron por él, pero no estaba, estaba solo yo. La mujer se apilado de mi y combencio al sujeto de irse y volver otro día, luego de eso precencie como el esposo de mi madre le golpeaba tan duro que ella no lo pudo doportar y murió.
Yo con diesiocho años no había podido hacer nada, mi miedo había sido más grande. Resultó que ese día la mujer y el hombre volvieron por él, la mujer sólo me miro, le susurro algo al hombre y este se me aserco. Me dijo que el podía darme un arma con la que yo podría vengar a mi madre, solo tenía que dejar que el me mordiera. Yo con mi dolor solo pensaba en matarle, acepte ser vampiro por la venganza, entonces el me mordió y luego con una daga me corto una X muy profunda con la que me desangre muy lentamente.
Cuando abrí los ojos no recordaba nada, pero ellos estaban para recordarme lo que tenía que hacer, le mate muy lentamente, no me alimente de él solo le hice sufrir hasta que no resistió más.
Luego de contarme su historia se me aserco y me dijo al oído ~ tu puedes sanarme o matarme solo con tocar mi piel~ se levanto camino hacia el umbral de la puerta y se marchó.
Ya con tanta información no era capas de cerrar ojo, me entretuve en mis pensamiento, me acorde de la biblioteca si iba y leía podía encontrar alguna información de los demonios, en específico del que yacía en mi. Tenía la cabeza llena de preguntas ¿que paso con mis padres verdaderos? ¿Como iba a superar esto? ¿Que tan peligrosa puedo ser? ¿Que tramara Spink? ¿Será confiable? Pero es lo único que tengo ahora, espero que confiar en él sea una buena idea.
La biblioteca era genial no entraba la luz del sol y podía leer cada uno de los miles de libros que habían en las repisas. Busqué la sección de mitología, brujería, demonologia y creencia de los pueblos antiguos. Encontré muchos hechizos sobre como llamar demonios, pero yo no quería llamarlo solo quería mantenerlo dormido asta poder dominarlo, habían muchos demonios diferentes, ¿como podía saber que tipo de demonio era yo?. La mitología hablaba de los demonios de la noche que se alimentaban de sus víctimas y les quitaban la sangre, estos eran los vampiros. En los libros de brujería sólo hablaba de como eliminar a las brujas, y que las brujas no hacen tratos con otros demonios. Se acabaron las esperanzas de buscar una para que me ayude, al final no encontré mucho que fuera de ayuda.
Me fui a mi habitación a tomar un baño, me dirigí al closet en busca de ropa, toda la ropa era de cuero. Decidí ponerme un pantalón de cuero que me quedaba muy ajustado, un corset rojo con mangas de encaje y una chaqueta de cuero negra, empezaba a parecerme a Spink con tanto cuero en el cuerpo.
Me encantaría verme en el espejo para saber como me queda, la Mía de antes no ubiese ni imaginado en vestirse así pero ahora ya no me molesta tanto, incluso creo que me empieza a gustar.
Al bajar las escaleras Spink me esperaba, creo que le había impresionado con mi atuendo, me miraba extraño y no despegaba los ojos de mi.
Caminamos por la sala hacia la puerta, ya había oscurecido, caminamos bajo la noche en busca de alguien, pero Spink no me dijo a quien, solo me dijo que necesitaba de mi poder.
Supuse que querría sacar al demonio que había dentro de mi, ya que la fuerza y rapidez de los vampiros ya la tenía él.
Llegamos al lugar acordado, un callejón con una puerta y en esta una pequeña ventana. Spink tocó tres veces , la puerta se ha río por si sola. Entramos lentamente como si temieramos a lo que se encontraba allí adentro, él tomó mi mano y camino delante de mi queriendo proteger mi cuerpo con el suyo. Desde el fondo de aquel lugar se escuchaba una bocesita que susurraba a Spink que no se preocupara, que aunque lo intentará nadie podía siquiera tocarme. Yo no entendía nada pero me mantube en silencio mientras nos asercabamos a aquella persona, estábamos a unos pasos de ella cuando note que era una anciana, no entendía por que Spink temía por nosotros. Ella como si leyera mi mente comenzó a explicarme.
Él teme por vosotros porque yo no necesito moverme para quebrar el cuello del vampiro que logró darte la vida nuevamente, pero contigo si que seria difícil, puedo sentir a la vestía que se esconde dentro de ti. Quien diría que al combertirte en vampiro pudieras bloquear al demonio lo suficiente como para lograr controlar cada uno de sus movimientos, nunca había visto nada igual en mis docientos setenta y cinco años de bruja ~ dijo la mujer mientras me miraba.
Creí que ustedes no hacían tratos con gente como nosotros ~ dije sin siquiera darme cuenta de que estaba hablando hasta que ya lo había hecho. Ella me miraba y Spink tenía su cara de asustado, comprendí que temía por mí, le apreté la mano queriendo que entendiera que yo estaría bien.