La plaza central estaba totalmente vacía cuando llegamos, no había ningún alma bagando por las calles, yo esperaba con ancias el poder asesinar a aquella mujer, solo había una cosa que me preocupaba bastante, el que lograrán herir a Spink, resultaba ser que lo amaba, aunque no se lo demostré nunca, tenía una conexion con él, aparte del enlace de sangre que habíamos realizado la noche anterior.
Becca se notaba algo extraña como más nerviosa de lo normal en ella, supuse que era por Vladimir, este estaba solo en casa y a ella no le gustaba dejarle solo habiendo tanto vampiro y demonio suelto por el mundo.
No había rastro de Lilith, ni de su equipo, Becca me hizo una seña con los ojos para que me asercara a ella, camine hacia su ubicación y la mire con cara de pregunta.
Mia necesito que prometas cuidar de Vladimir, y solo si el quiere, que lo combiertan ~ dijo Becca con cara de preocupación.
Si, yo te prometo cuidar de él, pero dime ¿porque? ¿Que sucede? ~ le respondí
Yo tengo que contarte algo~ dijo, con aquellas palabras imagine lo peor, pero no quise aventurarme a decirle nada antes de que ella me contará ¿que era lo que estaba pasándole?
Solo logré decir ~dime ~ y ya no hable más.
Lilith tiene poder sobre mi, cuando ella está serca, sólo debe hablar y mi cuerpo le obedece. Yo no tengo control sobre lo que hago o dejo de hacer por que entro en una especie de trance, no veo no escucho, solo Vladimir me logro sacar de aquel trance pero no duro mucho, tubimos que alejarnos y escondernos, por eso llegamos a casa de Spink~ dijo sin tomar tiempo siquiera para respirar.
Entonces debes irte y quedarte con Vladimir ~ le observe mientras decía aquello pero ella no se movía, fue cuando comprendí que Lilith estaba cerca. Becca me miraba con ojos de auxilio, le corría una lagrima por el rabillo del ojo, yo podía ver que estaba luchando con aquel trance.
De un momento a otro Becca me lanzó un golpe que yo logre esquivar, al igual que todo nuestro grupo yo estaba confundida, los demás quicieron atacarla para defenderme pero yo me interpuse, no dejaría morir a Becca por algo que ella no quería hacer en realidad.
Trate de meterme en su cuerpo o en su mente para que mi malvada madre no la controlará pero era inútil, no sólo no podía apoderarme de su cuerpo, si no también ella comenzaba a atar nuevamente.
Comencé a notar que ya se divisaba el ejército de demonios hacercarse. Muchos ya corrían a atacarnos, yo luchaba para que Becca no me lastimara. Me di cuenta que la única forma de liberar a Becca sería matando a Lilith.
Ya los vampiros luchaban contra los demonios, incluyendo a Spink y a mi hermano. Comencé a levitar por los aires para devisar a la demonio de mi madre, se veía relajada, no sabía lo que le esperaba, lucifer aún no aparecía, pero me tenía sin cuidado.
Fuí donde ella estaba, y la golpee antes de que se diera cuenta, ella salió volando pero a medio camino se detubo y logró mantener el equilibrio, me lanzó un golpe y caí al suelo, mientras este se desquebrajaba y se habría bajo mío. Me volví a elevar y mientras la miraba movía con mi mente uno de los faroles que alumbraban la plaza.
No podía creer lo que mis ojos veían, ya varios demonios yacían en el piso muertos y casi la mitad de los vampiros también. Mire hacia mi hermano, golpeaba a un demonio de ojos rojos, Spink se encontraba mucho más lejos, pero lograba ver como peliaba con una demonio muy guapa. Becca seguía atacandome, mientras yo atacaba a Lilith y trataba de esquivarla. Algo en la mirada de Lilith me hacía desconfiar de lo que estaba haciendo, de pronto Becca dejó de atacarme, no le di importancia, pensando que había recuperado su cordura y Lilith ya no la manipulaba. Estaba equivocada, Lilith me dio un golpe, el cual logré esquivar, entonces Lilith fijo su mirada en Becca, mire en aquella dirección, justo en el momento en que Becca tomaba por el cuello a Spink y lo levantaba, para luego tomar un pedazo de madera y enterrarlo a dos sentimetros de su corazón.
Este quedó inmóvil, aquella estaca improvisada no le permitía moverse, yo le vite hacia ellos para notar la pena en los ojos de Becca, claramente esto lo había causado mi odiosa madre. Tomé la estaca y la arranque luego dejé a Spink en un lugar seguro, lo bese y me dirigí a donde estaba la maldita de mi madre.
Teni toda la rabia y el odio del mundo para descargar en ella, la golpee una y otra vez, ella me atacaba para defenderse, yo estaba fuera de control no lograba divisar con claridad cada uno de los golpes que les daba a aquellos demonios, mientras cada uno de ellos trataba de proteger a Lilith, le dí un golpe fuerte a un demonio, para luego darme cuenta de que había golpeado a Becca y que está estaba tirada en el suelo sin moverse. Me detube arrepentida por dejar que mi odio nublar a mi vista hacia lo verdaderamente importante, acabar con Lilith.
Me aserque a Becca para asegurarme que seguía con vida, pedí a uno de los vampiros que la llevarán a casa para que Vladimir cuidara de ella. Cuando volví a la batalla note que Lilith estaba hullendo, de su ejército de demonios solo quedaban no más de diez, y ella no podría protegerse sola, pero de mi no se liberaría. Corrí tras ella y la tomé por el cuello, solo quería partirse lo en dos, pero había hecho un trato con Lucifer y ella no momiria en mis manos, sino que sería torturada y asesinada por el mismísimo rey del infierno.
Comencé a gritar su nombre, Lucifer, tres veces y éste abrió un portal y salió a mi encuentro con una gran sonrisa.
~Me pareció muy entretenida vuestra batalla, pensé que nunca llamarías~ dijo lucifer mirándome y luego mirando a Lilith ~ fue un placer hacer negocios contigo, creo que tu hija resultó mucho más inteligente que tu Lilith.
Está lo miraba con odio, podría verle esculpido en la cara si no fuera porque yo la sostenía.