Atrapada en la T.A.R.D.I.S.

Capítulo 1: El silencio

Si me lo preguntaran, diría que el “había una vez” estaba obsoleto para mí, incluso para mi pequeña existencia en este lugar.

—Bitácora Minion: 54, los días aquí solo los mido por las luces de este lugar, a ciertas horas las luces le dan un acogedor (por no decir tétrico) efecto al lugar, esta ya es la habitación número 100, y al igual que el resto, son habitaciones con campos de golf, los primeros días fueron entretenidos, pero ya es aburrido, no sé por qué planta voy y creo que a veces oigo voces resonando por las paredes.


Y así sigo mí día a día, abriendo puertas, que me llevan a otras salas y esas salas a otras salas, a veces me vuelven loca y a veces siento que este lugar está vivo y quiere volverme loca, en algunas encuentro cosas que parecen pertenecerle a alguien, a una sola persona en realidad, y tiene gustos más extraños que los míos.

Llevo un pequeño conteo en una pequeña agenda en la cual anoto los días, las salas y otra para pegarlos en las paredes, así recordar por donde ya estuve.


—esto es un avance…
Me digo para mí misma mientras una de las puertas que no es de madera se encuentra frente a mí, no tiene cerradura y parece sacada de alguna película estadounidense, es de metal gris, no tiene ningún interruptor para presionar.

—hmm ¿alguna palabra mágica?
Observo detenidamente el lugar  como buscando alguna pista.
—Ábrete sésamo! … ¿Shazam?.... BA-NA-NA!!
Grito como loca en la puerta y pego mi frente al frio metal, dejándome caer de rodillas frente a esta sin nada mejor que hacer, no sé qué hago aquí. Mucho menos que hacía antes de eso, tampoco mi nombre, solo se que alguien solía llamarme “pequeña minion”  escucho como un eco su voz en mi cabeza, se preguntaran como es que sigo viva, en algunas habitaciones hay cocina y comida, pensé que estaba rodeada de personas pero pronto me di cuenta que las personas o quien sea que viviera aquí ya se fueron, pero la pregunta mas importante es ¿Cómo la comida está fresca? ¿Cómo es que todo siempre esta ordenado y limpio? He intentado quedarme despierta cuando las luces se vuelven tenues, pero nadie está aquí.


Entonces escucho ese hecho en las paredes, uno que me pone nerviosa y hace que las luces titilen, cierro con fuerza los ojos y entonces algo nuevo pasa.

 


Japon, 2015


La noche era fría, y mis ganas de llegar a casa eran mucho mayores que las veces anteriores, era una kenkyusei (aprendiz) del nuevo Team 8 de AKB48 patrocinado por la empresa Toyota, mi sueño hecho realidad, yo una chica simple de Chiba triunfando en Tokio, el sueño de toda chica de mi edad en Japón, ser Idol y Dios! Claro que me esfuerzo todos los días para que mas y mas personas griten mi nombre.
Pero este día no podía ser más largo. Un sonido extraño proveniente de la siguiente esquina y luego un par de gatos huyendo de allí atrajo mi atención, corrí como las bolsas que tenía en mano me dejaban entonces lo vi. Había una cabina azul de madera con unas letras en ingles que en un pestañeo cambiaron a japonesas y decía “Caja de Policía. Llamadas publicas” y entonces la puerta se abrió y un hombre que no era japonés con una gran gabardina salió corriendo de dentro de la caja hasta donde estaba, le mire perpleja.

 

—esta.. todo está bien, solo necesita enfriarse.
Dijo tan rápido en un japonés fluido y luego cayo desmayado en mis pies, mi primera impresión fue intentar llamar a una ambulancia, pero que iba a decir, no le conocía y no podía dejarlo allí, así que junto a un transeúnte logramos meterlo en mi departamento y recostarlo sobre el futon y colocarle algunas toallas de agua para limpiarle.

 

—es…estará muerto?
Dije en voz alta apenas le toque la mejilla, parecía sacado de algún anime, el cabello alborotado y oliendo a humo, unas largas patillas y un traje con converse ¿Quién usa converse con traje? Y un gran  abrigo que tenía hasta una banana, ¿Quién lleva una banana en su abrigo? demás de extraños aparatos que no entendía, e incluso un papel en blanco, y un lápiz que ni punta tenia, deje todo ordenado a un lado y prepare un té verde  tal vez eso le ayude o a mí, ya que mis nervios de tener a un extraño en mi apartamento, mi padre tal vez me mataría si se entera de esto o incluso la empresa.

rogaba porque no estuviera muerto.



Al pasar solo un par de horas en las cuales miraba al extraño desde el otro lado de la habitación como si fuera la cosa más horrible del lugar. Hasta que comenzó a moverse y de la nada se levanto mirando a todos lados y luego a mí.

—¿Qué me hiciste? ¿en dónde estoy?¿qué año es?
Me apuntaba con ese lápiz de metal y con la punta de color azul que comenzó a brillar

—es…estabas inconsciente, estas en el distrito de Akihabara, ¿Cómo que año es? es 2015! Si que te golpeaste fuerte

Le conteste apenas desde el otro lado de la habitación mientras lo apuntaba con una barita de sailor moon, el me miro extrañado unos segundos y luego como si se hubiera dado cuenta de algo muy obvio dejo de señalarme con el lápiz y luego comenzó a detallar la habitación.

—me desmaye en el callejón cuando mi tar—MI TARDIS! ¿Dónde está?
Grito como loco buscando por toda la habitación.
—No sé que sea eso pero solo te traje a ti.
Me defendí apenas saliendo de mi escondite tomando un poco de confianza

—Mi nave, una cabina azul que dice policía.
Hablaba rápido, jamás había visto a un extranjero hablar tan bien en japonés y expresarse de esa manera tampoco, era inusual. Aunque yo también podría decirse que no soy la japonesa habitual, ningún japonés se lleva de buenas a primeras a un extranjero a su casa.

—oh eso. Debe seguir en el callejón
Exhale el aire que ni sabía que tenía contenido.
—dime hacia qué dirección y me iré.
Le señale la puerta y desde cuando la abrió casi corriendo miro hacia afuera.
—bien, adiós.
Lo mire azotar la puerta haciendo que el lugar quedara en absoluto silencio, mire al lado de la cama y la gabardina seguía allí, así que la tome y corrí fuera sin pensar.




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