—Bitácora Minion 67; ya recuerdo quien me trajo a este lugar, un hombre llamado “El Doctor” dijo que sería un viaje al espacio y acabamos en Tokio del 2011 en plena crisis de AKB48 cuando Maeda Atsuko anuncio su graduación (salida) del grupo, incluso pude ver una de sus presentaciones en vivo; cuando tenía 10 años no había podido asistir, pero aun sigo en la pregunta que lleva días en mi cabeza
¿Cómo acabe aquí? ¿Quién es el Doctor?
Quito el dedo de aquella vieja grabadora mientras camino por pasillo que parece no tener fin y por estas puertas que llevan a mas puertas, sin saber cuál es la salida o si encontrare el salón que recordé.
Entonces tropiezo de nuevo con una puerta sin cerradura y cuando estoy por darme por vencida de nuevo, o darme la vuelta y regresar, recuerdo las palabras que había dicho ese Doctor.
“le agradas”
Entonces sonreí
—ho-hola? ¿Tardis? ¿Puedes escucharme? … sabes que quiero salir de aquí, ayúdame ¿si?
Y como si de verdad me escuchara las paredes comenzaron a zumbar y la puerta se abrió frente a mi mostrándome un lugar diferente a los otros que había visitado.
Parecía un cuarto de servicio por las tuberías y todos aquellos cables que llevaban a algún lugar y como si fuera instinto, seguí el breve pestañeo de las luces a mi izquierda, caminando entre el silencio del lugar y la luz blanca que emitía uno de los cables.
Hasta encontrar el primer letrero.
“recuérdame”
¿Qué debía recordar?
Entonces mire más de cerca aquel cartel y detrás de este había un pequeño dibujo de una cabina y unas palmeras.
No sabía cómo expresar el sentimiento de querer matarlo y reírme al mismo tiempo de lo irónico de la situación, estábamos en pleno planeta ayudando a una nave que había mandado una señal de auxilio por sus motores y el Doctor antes de entrar a la atmosfera del planeta tuvo lecturas nada agradables de unas aves que comían metal y eso no era todo, debíamos ayudarles, yo ahora estaba instruida para ser su perfecta ayudante de mecánica espacial y él… bueno, él seguía siendo el mismo idiota que le gustaba el peligro y para mi estaba bien.
Le habíamos ayudado a la nave pero en su afán de cerrar una grieta espacio temporal, dejo la Tardis mal aparcada y ahora corríamos como locos por todo el desierto con una bomba en mano y un micrófono.
—¿algún otro mal chiste?
Pregunte jadeando mientras nos deteníamos en plena grieta y aquellas aves estaban cada vez más cerca.
—¿pero qué dices? ¿tu dijiste que querías otra aventura?
Me regaña mientras usaba su destornillador sónico
—sí pero no cuando estoy en medio de una presentación en un estadio de básquetbol!!
Le regañe de igual manera apuntándolo con mi micrófono
—pues perdona, no lo sabia
Se hizo el ofendido y por Kami-sama tenía más de 900 años y yo solo 15!! ¿Quién era el infantil ahora?
Luego de lanzar aquella bomba entramos a la Tardis cerrando la puerta detrás de nuestras espaldas y mirarnos; Bueno más bien yo mirando hacia arriba, él es demasiado alto, si tenía que exagerar diría que es dos veces yo, aunque no es muy importante, no cuando me usaba de reposabrazos.
Entonces volvimos al mando de la Tardis a tocar botones que aunque parecían al azar, realmente ya me había acostumbrado a su manera de conducir y el leve susurrar de la Tardis en mi cabeza.
—el… el susurrar de tu voz, ¡ES TU VOZ! OOOH!!!
Grite mirando a mi alrededor, ese susurro que a veces escuchaba en mi cabeza, lo que me mantenía aun cuerda, es la Tardis, aunque ahora no la podía escuchar, ella estaba allí, observándome, cuidando que no muera y guiándome a la salida o hacia el doctor.
—te seguiré, a donde me digas… solo llévame donde esta ese Estúpido Doctor.
Entonces la escuche sonar las paredes y abrir por mí una puerta a unos metros, pero antes de cruzar esa puerta, un recuerdo vino a mi.
Estaba saliendo del concierto en Osaka, escuchando el susurrar de la Tardis a través del auricular cuando estaba en el escenario.
—nunca me tomo las molestias de venir a ver esto, pero se ve que te esfuerzas mucho.
Me quede helada al escucharlo hablar y algunas se habían dado cuenta de mi expresión de sorpresa la cual rápidamente disfracé con una sonrisa boba.
—naah, no te preocupes, solo tu puedes escucharme, ya sabes, soy bueno con eso.
Fue el peor comentario, puse lo ojos en blanco mentalmente, tenía que anotar golpearle en la espinilla, iba a hacerme perder el curso de la presentación.
Cuando esta acabo, busque por todas parte donde estuviera pero no habia ni rastro hasta que detrás del escenario, con una linterna que decía “team 8 Hama Sayuna” y una Uchiwa (abanico) con mi cara en ella. Estaba tan feliz y sonriente que olvide pegarle, solo abrió la puerta de la Tardis y aun con mi uniforme nos fuimos lejos, atravesando el tiempo y el espacio.
Una minion. Idol. Una caja azul. Y un Doctor.
¿Qué podía pasar?
Pues de todo dependiendo de la época y el planeta.
Y justo me llevo al futuro de Japon donde las Idol’s virtuales ahora son mucho mas realistas y Hatsune Miku ahora es una Androide casi humana.
—¿es enserio?
—Tokio tuvo sus momentos!
Era todo lo que necesitaba, El Doctor. La Tardis. Y Tokio flotante en el año 4030.
#1690 en Ciencia ficción
#2854 en Fanfic
mayor y menor, misterio amor, misterio amor secretos aventuras
Editado: 29.05.2023