—debería ser una broma…
Estaba de nuevo, en la tierra, Inglaterra, época victoriana.
Cerré la puerta de la Tardis y regresé adentro, tenía que colocarme otro tipo de ropa, dure un tiempo relativamente largo buscando un atuendo adecuado y encontré pantalones decentes en colores oscuros.
Mientras navegaba en las calles con ese olor tan extraño en mi nariz, podía sentir que alguien estaba detrás de mí, así que como pude comencé a caminar más rápido entre las calles intentando perderlo, pero es una misión imposible.
—no es fácil disfrazar tu olor de vainilla, querida. Te recomiendo salir.
La voz es algo dulce pero la amenaza es clara así que con el poco valor que tenía, sali de mi escondite y allí esta, una figura alta con capucha oscura acercándose a la luz descubriendo así a una mujer con la piel verde, baje mi propia capucha para asi mirarnos ambas.
—Vaya… eres… eres un…
No podía articular palabras ¿era extraterrestre? ¿un reptil?
—se nota que no eres de por aquí ¿Cuál es tu nombre?
Su mirada despectiva me hacía sentir mucho más pequeña
—yo… yo soy Sayuna y… ¿tu?
—mi nombre es Vastra, ¿Qué hace una pequeña niña humana fuera de su época?
Busque en mis bolsillos la nota fuera de la Tardis que ahora estaba siguiendo. Ella lo observo detenidamente y luego volvió su vista al papel y me lo entrego.
—me temo que se lo que buscas. Sígueme.
Ella comenzó a caminar y yo solo mire hacia atrás y fui tras ella.
Luego de caminar demasiado estábamos en la zona abandonada de una mina, justo bajo la ciudad.
—los excavadores encontraron algo que no comprenden, algo alienígena que aun intentan extraer, estuve investigando pero… tiene un código especial ¿tendra que ver contigo? ¿Dónde lo encontraste?
—oh… bueno… estaba afuera de la Tardis.
Ella se detuvo en seco y me miro con su lámpara de mano.
—¿eres acompañante del doctor? ¿Dónde está él?
Sus ojos estaban buscando respuestas, respuestas que yo no tenia.
—bueno… es … complicado, estamos en diferentes líneas de tiempo, tu doctor y mi doctor no son….
Estaba haciendo muchas paroretas con las manos, hacia frio y se estaba calando por los guantes de cuero.
—oh… entiendo ¿crees que pueda ser él?
Seguimos caminando adentrándonos en ese lugar hasta que sentí algo extraño, como si algo jalara de mi cuerpo
—no tengo ni idea…
Dije casi poco convencida, un momento estábamos allí, y al siguiente una luz purpura nos succiono y estábamos en la biblioteca de la Tardis.
—¿que- que es este lugar?
Pregunto la mujer mientras mirábamos, ella intento tocar las cosas y fue cuando lo notamos, no era la biblioteca, es un holograma.
—es… se ve como la biblioteca de la Tardis.
—¿asi de grande es?
—es inmensa, una vez me perdí en ella cuando…
La imagen cambio y ahora, ahora estaba yo. Mirándome allí en el tablero de control mientras la Tardis explotaba y el tubo de flujo de energía echaba chispas.
—¡¿que-que es esto!?
Ambas gritamos a pesar de todo se estaba moviendo nosotras no, es solo una proyección. Una voz en lo profundo de mi cabeza retumbo.
“¿quién eres?”
Mire a todos lados pero algo me hizo mirar la proyección, yo corrí hasta el piso inferior donde estaba la fuga de energía y sucedió lo que no podía ni imaginar, una luz dorada me envolvió y a su vez fue como si me rompiera a mí misma y volvía a colocar cada célula de mí en una sola pieza, todo paso tan lento, como si quien vio esto nos estuviera dando a entender que de alguna manera, reviví y morí.
Pero de nuevo la voz volvió
“¿Qué eres?”
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Editado: 29.05.2023