—¡¡Doctor!!— grite sin poder creerlo mientras llevaba una mano a mi pecho, este comenzaba a latir muy rápido y por un momento pude sentirlo, solo un corazón.
—¡¡Sayu!!— grito él de vuelta muy alegre, como si de verdad me hubiera extrañado.
—¡¡SENSEI!! —se me salieron las lágrimas mientras corría hasta él y este hacia mi atrapándome y dándome un gran abrazo girando conmigo mientras me colgaba como koala de su cintura con mis piernas y mis manos alrededor de su cuello.
—pen…pensé que… ya no querías volver a verme. —murmure luego de un rato de silencio, mirando sus ojos y luego sus labios los cuales no dejaban de sonreír.
—¿estas loca? Como podría dejar a mi pequeña minion— habia extrañado tanto que me llamara de esa manera, tanto-tanto que no me contuve y deje que mis labios chocaran con los suyos siendo correspondida casi de inmediato.
Si, este hombre. Este hombre loco es MI doctor.
MI doctor. MI Tardis.
A pesar de lo que habíamos pasado y de todo lo que le conté el no parecía contrariado simplemente se movía de un lugar a otro tocando botones y jalando palancas.
—¿acaso me estas escuchando?
Pregunte enojada cruzándome de brazos mientras estaba sentada en la silla alta frente a los controles.
Él se detuvo en seco cuando le lance mi almohada, mi habitación estaba todo tal cual como lo recordaba como si no hubiera pasado absolutamente nada.
—Hama… esas cosas… ¿Qué quieres que te diga?
Su tono de voz parecía arrepentido, me levante de mi lugar y toque algunos botones y la Tardis suspiro de alivio, él solo me miro un poco asombrado.
—¿pasaran? ¿Volveremos a separarnos?
Levante mucho mi vista solo para verlo a esos ojos café.
Lo vi soltar el martillo agarrando mis mejillas con sus manos pasando sus grandes pulgares.
—eso ya paso, tu tomaste tu decisión, eso es un universo aparte, donde esa versión de ti existe y esta versión de ti también. —Murmuro con cariño, deje mi mano sobre su muñeca cerrado los ojos en el proceso —¿vendrás conmigo? —Susurro bajito y podía sentir el calor de su rostro sobre el mío, entre abrí los labios y podía sentir los de él demasiado cerca de los míos.
—s-si…
Mi voz fallo y sonó casi como un gemido. Mis piernas estaban fallando, no sabía porque todo esto tenía menos sentido, sé que debía preguntar más, no solo dejarme llevar por sus manos y sus caricias.
Sayu…
Sayuna…
Recuerda…
Esa voz… esa voz es demasiado familiar.
Intente abrir los ojos pero no había nada… absolutamente nada.
¡¿QUE ESTA PASANDO?!
No podía gritar, mi voz no salía y poco a poco sentí mi cuerpo quemarse, y explotar como si todo se expandiera y luego se volviera a unir.
Es tanto el dolor que simplemente no se podía explicar con palabras.
Pero poco a poco pude escucharme, pude escuchar mi voz o eso parecía.
Vi de nuevo el interior de la Tardis, vi de nuevo la cara asustada del doctor.
Por algún motivo parecía que había contenido el aire demasiado tiempo y estaba jadeando, la ropa me quedaba un poco ajustada, el doctor me tomo entre sus brazos y me consoló acariciando mis cabellos largos.
¡LARGOS!
Todo se sentía extraño, mire mis manos e incluso estas se veían diferentes, mis piernas más delgadas y mi pecho… bueno, ese seguía igual.
La mirada culpable del doctor me descoloco un poco.
—que es lo que— Me quede con las palabras atoradas en mi garganta por un momento. —esa es mi voz… ¡¡mi voz!!! —grité corriendo hacia las escaleras que daban a un sector de la Tardis escuchando los gritos del doctor detrás de mí, me detuve en seco cuando estaba frente a un espejo.
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Editado: 29.05.2023