“Esto es un sueño” Me digo a mi misma. Camino al espejo, e intento mirarme, pero el espejo está oscuro “No puedo ver mi rostro. No volveré a ver mi rostro. No puedo” De pronto, todo se oscurece a mi alrededor y siento que mi pecho se desvanece. Entonces escucho el sonido del aparato que lee mi corazón y de pronto me veo atada en una camilla. Estoy atada, no me puedo mover.
“Hermanita, tranquila. Tienes que tranquilizarte” Escuchó la voz de mi hermana mayor Susy.
Estaba en otro sueño, pero ahora con la voz de mi hermana, me estoy despertando.
“Si me escuchas... por favor respira hondo e intenta calmar tu corazón” Ella siempre me ha aconsejado, es como mi segunda madre, ocho años mayor.
Respiro profundo... intento tranquilizarme. Escucho silencio.
“Lo está haciendo” Escucho decir a de mi cuñado. Entonces escucho pasos que se apresuran hacia afuera, detrás de estos a otros, y mi puerta se cierra.
“Si escucha” alcanzo a oír que dice Susy. Apenas la puedo oír “Esta consiente” dice ella con voz quebrada, después escuchó su llanto.
“No Susy, no llores” Le digo desde mi interior “Lo siento, No debí vivir. Perdón... Perdónenme todos: No quiero que entristezcan por mí, no quiero” Escucho la voz de mi padre a lo lejos, llegó con ellos.
“Calma hija” Le dice a Susy y entra conmigo, mi corazón está agitado “Lif, tranquila. Necesito que te tranquilices. Le hace daño a tu corazón”
“Dejame morir” le suplico a mi padre “¡Solo deseo morir! ¡Quiero morir! ¡QUIERO MORIR!” mi corazón se acelera más.
“Lif, por favor, tranquila. Ya viene el médico” Dice papá intentando tranquilizarme.
“¡No me sirve papá! ¡No lo quiero! ¡POR PIEDAD, DÉJAME MORIR! ¡DEJAME MORIR! ¡TE LO SUPLICO! ¡NO ESTOY VIVA PAPÁ! ¡NO ESTOY VIVA! ¡DEJAME MORIR!” sigo gritando sin ser escuchada y puedo sentir lágrimas rodar por mis mejillas, luego, escucho la puerta abrirse.
“Vamos a sedarla” Dice una voz de hombre desconocida. Escucho pasos, pasos apresurados hacia a mí y tras unos segundos, vuelvo al semáforo.