Escucho el motor rugir del carro negro, miro a la chica a mi lado
“Aquí estamos de nuevo” le digo y ella me mira extraña, nunca le había hablado.
“Si. Soy Peonía ¿y tú?” me dice siendo amable.
“Soy Lif”. Dije mirando el semáforo.
“¿vida en inglés?”. Me pregunto curiosa.
¿Vida en inglés?...
“No. Soy Lif: se escribe como se escucha”. Mi teléfono suena, el semáforo se pone en rojo, yo miro el teléfono y ella camina… y recuerdo que no debemos cruzar. Miro el bulevar, en dirección de donde avanza el carro que nos arrolla y lo veo, ahí viene, a toda velocidad, la miro a ella, también trae sus auriculares así que corro, corro tras de ella, la tomo del brazo y la jalo para cruzar la calle, pero con el rugido del motor, ella se paraliza. Veo el rostro de la persona que maneja, es un joven, parece enojado mientras el carro gira de lado. Peonia se pone regida, lo puedo sentir, yo cierro mis ojos y todo es oscuridad de nuevo.
“Ya está despierta” Dice una voz desconocida. Parece ser un doctor.
“Lif”. Esta vez es mamá “Estamos en un hospital. Queremos que te hagan más estudios: la chica que estaba contigo en el accidente está aquí también”.
“¿Peonia?”. Pregunto como si me escuchara. En mis sueños se llama Peonía, debe ser porque esas son mis flores favoritas: todas las mañanas miraba mis fotos de Peonías y ese nombre al pintarme, debe ser eso.
“Hoy platique con su mamá. Ella está en el mismo estado que tu cariño. Pero aquí nos dieron esperanza. Vas a ver que todo estará bien muy pronto”.