Atrapada en ti...

Capítulo 1

Doce años después.

 

No entiendo como hay chicos que después de un largo día de tediosas, largas y en extremo fastidiosas clases, pueden salir con tanto ánimo y energías de la secundaria.

En mi caso tengo un terrible dolor de cabeza que me está matando y mucha hambre.

¡Y pensar en todo lo que tengo que caminar para llegar a casa es deprimente!

Mis mejores amigas hace rato que se fueron del School Freedom, algunos más afortunados que yo tienen la suerte de contar con un computador en casa, teléfono o novio con tecnología en casa que yo no tengo.

Ni si quiera puedo presumir de un cacharro fabricado en la época de las cavernas. Sencillamente porque no existen. Así que debo quedarme a hacer mis tareas.

¿Qué por qué no pido ayuda a mis amigas?

Fácil.

Odio pedir, odio depender de alguien. Yo simplemente busco cualquier forma para resolver mis asuntos y esta no será la excepción. Es por eso que me toca usar el computador de la biblioteca, cualquiera pensaría que eso no tiene nada de malo. Pero si vieran que el aparato dura muchísimo solo para encender, es comprensible porque a nadie le gusta usarla.

Pero es lo que hay.

Así que solo dos horas después, voy saliendo del instituto con la información impresa que vine a investigar. Es una tarea de Biología que no debo olvidar.

Cuando cruzó las puertas dobles que dividen la realidad del cruel mundo de las tareas me fijo que en el instituto del frente está el grupo de los populares.

¡Porque si!

Justo en frente de nuestro literal pobre instituto, construyeron unos de los mejores institutos de City Arthur.

Es algo muy humillante, desde mi punto de vista, construir un edificio con la más alta tecnología; para sede de una institución educativa privada frente a instituto público que no cuenta si quiera con la décima parte de lo que School Excellence posee.

Mientras sus alumnos se deciden qué área de deporte practicar ya sea natación, voleibol, atletismo entre otros. Nuestro instituto cuenta con una única cancha para desarrollar todos los deportes que a los profesores se les ocurra dar.

Mientras ellos tienen salas técnicas, con más de treinta computadoras de la mejor marca y modelo en nuestro instituto solo hay un vejestorio que dura más de veinte minutos buscando la dirección de un link.

Como esas hay muchas otras cosas pero la que más me indigna son los profesores.

Mientras ellos tienen modelos de revistas Calvin Klein. Nosotros contamos con ancianos, gordos, sudados, y con problemas hormonales como su pH.

¡Eso sí es deprimente para mí!

—hey Kylie, ¿tu mami la pobre no tiene para comprarte un auto?— esa es Kristen Willis Williams.

La chica popular del Excellence.

Ella es, para los demás lo que se puede decir mi prima, teóricamente para ella y el resto del mundo su padre y el mío fueron hermanos, el mío, Julián Ficticio Willis fue un alcohólico sin futuro que perdió el derecho a la herencia que dejo el abuelo también ficticio al morir.

Herencia también ficticia, porque Gideon Willis el padre de Kristen y mío por desgracia, es un pobre muerto de hambre mantenido por su esposa la sí, multimillonaria Katherine Williams De Willis. De ahí el que ella estudie en un centro privado y yo en uno público deprimente.

¿Qué porque siendo familia ellos no me ayudan?

Simple.

Tanto Kristen como su padre Gideon Willis son una mierda al cuadrado y multiplicado por infinito.

—Kylie ¿sigues en el mundo real?— pregunta Kristen claramente burlándose de mi laguneando en mis recuerdos.

—para ser sincera no, estaba mudándome a mi mundo perfecto en donde tú no existe y fíjate, en ese mundo yo era muy feliz.

Ella estaba recostada frente a un lujoso auto, abrazada a un chico muy guapo. Su novio.

Benjamín Hamilton.

Él era en pocas palabras un misterio. Siempre estaba con ella pero nunca interactuaba con Kristen y sus provocaciones, siempre estaba serio, es observador y muy meticuloso. No hablaba con muchas personas a pesar de siempre estar rodeado de gente.

Por eso para mí es un misterio, sin embargo no es un misterio que quiera develar. No necesito acercarme a más gente toxica como Kristen.

Las miradas de Benjamín y la mía, se encontraron por un pequeño lapso de tiempo, pero yo tenía muchas cosas más importantes que hacer que seguir escuchando a Kristen.

Por eso doy la vuelta, llegar a mi casa caminando me lleva más de una hora y muero de hambre.

Pero no avanzo ni dos pasos cuando siento un jalón en mi mochila que me hace caer de culo.

Jadeo de sorpresa, rabia y dolor de culo. La risa de Kristen y otros chicos me hace saber quién fue. Pero no me encontrarán llorando sin saber defenderme. No soy esa persona masoquista y miedosa que permite que le hagan cuanta maldad quieran.




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