Atrapada en ti...

Capítulo 10

Dormí como si hubiese estado flotando entre las olas de una playa. Suave, con un dulce balanceo, que luego se convirtió en una recia y turbulenta marea alta que me revolcó cuanto quiso y dejo mi cuerpo destrozado.

¡Me duele todo el cuerpo!

Y es que dormir en un suelo frío y duro, no estará nunca en mi lista de cosas favoritas, pero no puedo quejarme. Mi noche no fue del todo mala. Podría decirse que fue hasta ¿Divertida? ¡Sí! ese sería el calificativo con el que describiría mi noche.

Jamás imaginé que me reiría tanto.

Y es que, estos chicos son la perfecta descripción de no todo lo que brilla es oro.

Obviamente con ellos funciona más a la inversa, sería algo como no todo lo oscuro es malo.

Aunque la sociedad, incluyéndome los catalogara como unos delincuentes sin futuro.

¡Sí!

Sabemos que el consumo de drogas te hace un antisocial para los demás ciudadanos que te rodean.

¡Sí!

Sabemos que un chico sin estudios es como una carga. No produce. No ayuda...

¡Nada!

Pero eso no lo es todo. Digo... No justificó ni comparto que ellos consuman drogas. Pero viendo en retrospectiva y poniéndome en su lugar, podría comprenderlos o al menos intentarlo.

No tener un padre que vele por tus intereses cuando eres un niño es muy difícil. Lo sé porque yo lo viví. Yo crecí así. Pero yo tenía a mi mamá, ella nunca me fallo. Nunca me abandonó, a pesar de las circunstancias siempre estuvimos juntas y nos apoyábamos.

¿Pero en quien te apoyas cuando eres un niño sin papá y sin mamá?

¿Cómo hacen cinco niños viviendo solos sin nadie que responda por ellos?

Debió haber sido realmente difícil aceptar que tu papá te abandono, tu mamá no lo soportó eligiendo el suicidio.

Desde mi punto de vista es admirable, la vida de estos cinco chicos debió haber sido muy trágica. Sin embargo, ellos no perdieron su humanidad. Son leales a ellos mismos. Se cuidan unos a los otros y siempre están juntos.

Más que hermanos de sangre, ellos son hermanos de almas. Porque eso de la sangre es más espesa que el agua técnicamente puede ser cierto, pero no siempre tiene un impacto significativo.

Por ejemplo Kristen y yo compartimos la mitad de nuestra sangre. Y creo que eso es lo que realmente nos separa, porque se supone no debería haber una yo. No debería haber una intrusa en la familia, si, sé que Gideon no tenía ni si quiera en donde morir en paz, pero al casarse con Katherine Williams, heredera multimillonaria él obtuvo derecho a todo, y ahora tiene una hija ilegítima pero que también lleva su sangre y pone en peligro toda su perfecta familia, Kristen lo sabe, estoy segura, ella es inteligente y sé que su mal trato hacia mí es porque sabe más de lo que dice, pienso que seguramente de no ser familia, o al menos no serlo a medias ella y yo podríamos llevarnos bien.

Pero fuera de la situación que pasa en el exterior de este pequeño cuarto con los troyanos, tema que me tiene realmente muy intranquila y asustada. Fuera de la segura reprimenda que tendré por parte de mi mamá en lo que llegue a casa. Fuera de mis problemas con Gideon y Kristen... yo pase una noche feliz.

Me di cuenta de que Adrián y Cristóbal son chicos realmente muy divertidos. Christopher y Roger son los pensantes y maduros del grupo y Cristino... bueno ¡el me odia!

Me río porque a pesar de saberlo no me molesta.

En serio, no sé qué tiene su nombre que lo escucho y me entran muchas ganas de reír. Creo que por eso es que no le agrado.

Pero si su mamá quería cumplir una regla de tres con sus nombres. Tres nombres con C para tres chicos idéntico, habían nombre más lindos que Cristino.

Pero no es un mal chico. Por el contrario, estuvo toda la noche pendiente de mantener limpia y desinfectada la herida de Adrián. Mi corazón se arrugó cuando dijeron que habían aprendido a cuidarse ellos mismos porque nunca tuvieron quien los hiciera por ellos.

Sin embargo, en sus corazones no hay rencores. Ellos hablan de su vida como si de una película se tratará y repito eso es admirable.

Salir de la cueva para mí fue una aventura titánicamente caótica, Roger escaló por unos huecos que había en la pared hasta llegar al borde de la puerta donde espero que Christopher me alce para el ayudarme a salir. Los muy estúpidos se reían de mí, porque solo después de lo que a mí me costó salir, Cristino coloco una escalera que yo no sabía que tenían y salieron ellos. Imbéciles.

Adrián, Cristóbal, Christopher y Cristino iban a tomar caminos diferentes a mi casa. Solo Roger me acompaña.

Son alrededor de las siete de la mañana ya es muy tarde para ir al colegio. Llegaría a mitad de clases y de igual forma no me dejarían entrar.

— ¡Estás muy callada!— comenta Roger mientras caminamos.

—el otro día... cuando te conté las cosas que pasaban en mi casa. Debiste haber pensado que era una estupidez.

Él sonríe antes de negar con la cabeza, viéndolo bien Roger es un chico moreno bastante guapo, cuando sonríe en su mejilla se forma un hueco que lo hace ver bastante infantil —no pensé eso ni un solo momento.




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