Esto es una reverenda mierda.
No tiene un punto medio.
No tiene un lado positivo.
No tiene un consuelo por ningún maldito lado en el que yo pueda verlo.
Y lo odio.
Odio odiar mi vida justo ahora.
Odio a todo ser viviente que respire el mismo aire que yo.
Odio llevar el miserable apellido Willis y todo aquel que lo lleve también.
Pero por sobre todo siento que odio a mi madre.
Un infinito y profundo odio que me tiene triste porque nunca espere sentir algo así por mi mamá.
Sé que sólo es el calor del momento. Pero juro que justo ahora la odio.
La humillación que ella nos está haciendo pasar sobrepasa los límites establecidos para mi paciencia.
Me siento la burla de todo el colectivo estudiantil del Excellence pero sobre todo del... Freedom.
Casi todos los alumnos de ambos institutos están en la fiesta. Casi todos están bailando, compartiendo con amigos y disfrutando.
¿Y saben que estoy haciendo yo entre esta gran masa de estudiantes alcoholizados?
¡Soy mesera!
Una estúpida y muy mal vestida mesera.
¿Y saben dónde está mi mamá?
¡Ha! Eso es lo mejor de todo.
Ella está ilusamente en la cocina preparando aperitivos para dicha fiesta. Esa es la gran oportunidad que Gideon le dio para demostrarle su amor ¿en qué parte del culo tiene mamá metida su cabeza? ¿Cuánto más debe pasar para que ella entienda que ese un miserable no la quiere?
Necesito que reaccione rápido. Porque está dañando mi vida y no sé qué hacer.
Sólo sé que siento mucho odio.
Odio a Kristen por hacer que me colocará este estúpido vestido, porque fue su idea. Fue su condición para mi madre y ella mansamente acepto, no hay problema, todo por complacer a mi sobrina en su cumpleaños, había dicho ella.
Odio a Katherine por fingir ser una buena mujer, porque nos recibió con su fingida y premeditada sonrisa de soy mejor que ustedes y lo saben, pero en seguida me entrego una bandeja y envió a mamá a la cocina.
Odio a Gideon por ser tan miserable y poco hombre, traer a mi madre con mentiras y engaños, para demostrar que aún tiene poder sobre ella.
Y por sobre todo odio esta asquerosa fiesta.
— ¿quién te eligió ese vestido niña... un sacerdote?— pregunta una despampanante rubia burlándose de mi junto a sus amigas.
Ella me choco por el hombro, haciendo que los tragos que quedaban en la bandeja terminarán en mi pecho y ni si quiera lo noto. Ella estaba tan concentrada en mi vestimenta que no veía hacia otro lado. Me sentí fea, me sentí ridícula, y me sentí fuera de lugar.
—Lo escogió tu madre idiota— fue lo que respondí, no me importo si fui grosera, no me importo si le gusto o no mi respuesta.
Deje la bandeja en el suelo, total... La casa es su totalidad tenia barriles con licor por todos lados. Ya paso la fase elegante en donde todos bebían en copas. Ahora casi se lamen las gotas de alcohol que caen al suelo.
No pienso seguir en esta estúpida fiesta, mucho menos sirviendo como si yo necesitará realmente trabajar aquí para vivir. Camino a paso apresurado a la cocina. Seré lo suficiente breve con mamá para decirle que me largo de este inmundo lugar. La casa es bastante grande, pero dentro de esta solo están adolescentes borrachos y en el jardín trasero están aquellos adultos influyentes de City Arthur.
Un gran acontecimiento que nadie se podía perder.
Cuando estoy caminando por el pasillo que me lleva a la cocina escucho gritos y se dé quien son esas voces.
¡Esto no terminará bien!
Casi corro y cuando entró mi corazón se parte en dos ante la escena.
—Eres una inútil. No haces nada bien— grita Kristen mientras mi mamá esta de rodillas en el suelo delante de ella recogiendo los trozos de algún plato partido.
—Inútil serás tú perra— le digo empujándola lejos de mamá y agachándome a su lado.
Entonces Gideon quien es parte de la escena me señala con un dedo —respeta a mi niña.
Me duele.
Me quema saber que para él, Kristen siempre será su niña.
Su hija. La legítima. Yo solo soy su pequeña bastarda.
Observo a mamá a los ojos y bajo la mirada para que no vea las lágrimas que quieren salir de mí.
— ¿que sabrán estas de respeto papá? ¡Solo son unas arribistas, aprovechadas y regaladas!
El vidrio que estaba recogiendo corta la piel de mis manos; sin darme cuenta apreté los trozos evitando así darle la satisfacción de verme derrotada. Pero vi a mamá derramar una pequeña lágrima y fue motivo suficiente para querer matar a Kristen y a su muy monigote padre.
— ¡por favor no lo hagas! — susurra mamá.