POV BENJAMÍN
El césped estaba algo seco debajo de mis pies descalzos, pero eso no era ningún impedimento para que Violet saltará como loca una y otra vez alrededor de mí, ella estaba emocionada, y ella emocionada era un torbellino que arrasaba y se llevaba todo a su paso sin importar que.
—wao... ya soy una chica grande. Hare cosas de grande... ¿por qué eso lo hacen las chicas grandes cierto?— Asiento sonriendo, ella estaba de cumpleaños número doce, y le acababa de regalar un diario, escuche a unas compañeras del instituto decir que eso era genial tenerlo. Y yo quería hacerle un regalo genial.
— ¿Te gusta?— pregunte lo obvio, pero no sobraba una confirmación por su parte.
— ¡claro!... escribiré tantas cosas. Espero que jamás las leas porque estoy muy segura de que quedaras traumado.
— ¿Piensas planear un asesinato y anotarlo ahí?— pregunto con fingido terror.
— ¿te imaginas? Anotar paso a paso como soy capaz de torturar a alguien hasta llevarlo a la muerte... sería fantástico.
Nos quedamos viéndonos fijamente hasta que rompemos a reír los dos al mismo tiempo —par de locos— asegura mamá, quien estaba junto a nosotros al igual que Emanuel y papá.
—Es hora del pastel— dijo papá cargando a Violet, pero la bajo a los segundos asegurando que ella estaba muy pesada, cosa que... no era cierto, porque papá con mis catorce años podía conmigo, así que más rápido podía con ella, solo estábamos manteniendo su ilusión de que ella ya era grande.
Mientras yo me quede rezagado recogiendo los trozos de envoltura del regalo de Violet, todos fueron dentro de la casa.
Cuando yo entro a casa el panorama es distinto. Violet está sola en el mueble de la sala, su apariencia es el de una niña más grande, ya no tiene doce. Ahora son trece y medio.
En lo que ella me ve entrar, limpia disimuladamente su rostro ¿porque llora? — ¿Qué te pasa?—pregunto sentándome a su lado, pero ella me rehúye, se para dejando en el mueble su diario. Es el tercero que le regalo, no sé si lo dejo a propósito o se le quedo. Me da mucha intriga saber lo que ella tanto escribe, pero no me atrevo a hurgar en sus cosas.
Tal vez debería... solo un vistazo. Vergonzosamente lo intente, intente invadir su privacidad pero no pude, ella busco la manera de ponerle un pequeño candado y las llaves las mantiene en un pequeño collar con un dije de media luna en su cuello que nunca se quita y aún no sé quién le obsequio.
Quisiera saber qué le pasa, no me gusta verla llorar. Decido que tal vez debo ser un poco más insistente e intentar hablar con ella. Por eso me paro y subo las escaleras, camino unos cuantos pasos hasta llegar a su habitación.
Toco una, tres, cinco veces pero ella ni si quiera contesta.
La llamo más veces de las que toque, pero no responde.
La puerta de su cuarto está asegurada y me siento nervioso no sé porque.
Intento una y otra vez abrir la puerta, y de una patada logro tumbarla.
Jadeo y grito impresionado al mismo tiempo. Todo es una locura. La Violet de aquí adentro tiene quince años, pero lo que me hace gritar hasta desgarrarme la garganta es verla guindando de un mecate en el techo. Intento bajarla, intento pedir ayuda. Pero no puedo. Mi voz no sale. Mi cuerpo no se mueve y yo solo puedo ver como su cuerpo se sacude una y otra vez hasta que deja de hacerlo y sé que ella ya no está.
Despierto agitado. Lágrimas mojando mi rostro y la misma furia que siento siempre que tengo esos sueños.
¡Quiero tanto sacar eso de mi cabeza!
No soporto sentir tanto odio, porque sé que Violet no era así. Ella era una chica dulce, mi caramelo... como yo le decía.
Pero sé que... esto es un recordatorio. Un recordatorio a una promesa que aún no he cumplido, una promesa que pienso cumplir sin importar a quien me llevo por delante.
Violet merece que vengue su muerte. Que haga pagar todo lo que le hicieron. Y la primera en mi lista es Kristen, ella con sus malditas amigas llevaron a mi pequeña al suicidio.
No les importo jugar con la vida de una pequeña inocente. De llevarla al límite de odiarse a sí misma y jamás pensaron que ella escribiría todas esas cosas en los diarios que aún están en mi poder y que aun leo cuando siento que mis fuerzas fallan.
Kristen no sabe que yo sé.
Y eso será lo mejor, la humillare, la hare sufrir y ella se va a acordar de todo lo que le hizo a mi caramelo. No importa lo que pase conmigo, Kristen pagara así me arrastre hasta el infierno con ella. Ya después vendrán las otras. Ninguna se salvará.