Atrapada en ti...

Extra

Grace Hamilton.

Puedo asegurar con total franqueza que mi vida es perfecta.

¡Soy total y plenamente feliz!

Me case con mi mejor amigo, él es el chico perfecto.

Charles es... ese tipo de hombre que escucha, intenta comprenderte y ayudarte, que no te da la espalda y que no se avergüenza de admitir que está enamorado, que busca siempre halagarte, hacerte sentir especial, única en el mundo y que no hay nadie mejor; como el mismo se describe ¡edición limitada! De esos que ya no quedan, los de la vieja escuela.

A mis dulces treinta y cinco años yo no tengo nada más que pedirle a la vida, tengo tres hijos, mi hijo mayor Emanuel de 12 años, mi hijo del medio Benjamín de 11 años y mi pequeño caramelo de azúcar Violet de 8 años; todos niños sanos fuertes y felices que hacen de mis días, momentos inolvidables.

Agradezco tanto que ellos estén tan sanos; Soy pediatra y diariamente atiendo en mi consulta a niños que no gozan de la misma suerte.

Ver el dolor y el sufrimiento en sus padres es algo a lo que nunca llegare a acostumbrarme; no soporto ver sufrir a alguien, ahí, en frente de mí y yo sin los medios, ni el poder para ayudarlos... como médico pediátrico cumplo con mi labor, pero hay cosas que escapan de la ciencia y que yo no puedo resolver.

Sin embargo siempre doy lo mejor de mí.

— ¿En dónde está la mujer más preciosa de esta casa?— ese es mi esposo llegando a casa después de un largo día de trabajo, yo me encontraba en la cocina preparando una rica tarta de limón para consentir a mi familia, con una sonrisa camine hasta la sala para recibirlo.

— ¡se supone esa soy yo papá!... me mentiste— ese es mi dulce caramelo reclamando lo que gracias a su padre le corresponde, ser la más bella aquí... en nuestro hogar.

Llego hasta ellos y le doy un pequeño beso a mi esposo en los labios, gracias a los cielos; la pasión entre nosotros no ha mermado ni si quiera un poco con el pasar de los años, pero frente a los niños nos gusta ser más mesurados no te mentí mi caramelo... pero mamá te gana por tamaño ¿entiendes?

Beso la mejilla de Violet y me siento con ella en el sofá, sonriendo al ver su gesto de inconformidad en su redonda carita.

—lo que significa que sigues siendo un pequeño escarabajo aun Violet Moon.

yo no soy ningún escarabajo Emanuel para tu información... al menos yo soy algo lindo de ver en esta familia. No como tu... porque Ben también es hermosisisisimo.

Observo a Charles que me guiña un ojo, sonriendo de esa manera que me enamora cada día más si es posible.

— ¡ay sí! Ben es hermosisisisimo... si lo vieras como se babea cuando duerme no dijeras lo mismo.

— ¡como si no lo hicieras tú también! Copia barata...— comenta Charles riendo.

Yo no puedo evitar reírme también y Emanuel resopla —es increíble mamá ni tú me apoyas.

— ¿eres adoptado no lo sabías?— y ese es Ben —por eso es que no te quieren... además ya llevan muchos años soportándote, deberías de ser agradecido.

—cierto, cierto... deberías ser feliz de que aun te alimenten— dice Violet emocionada de ver a Ben, esos dos son inseparables.

—Hablando de alimentar...— habla Emanuel como si olfateara en el aire.

Solo de esa manera fue que percibí el olor a quemado ¡rayos la tarta! Inmediatamente me pare y camine hasta la cocina, me puse unos guantes y abrí el horno.

— ¿Alguien quiere tarta de Limón carbonizado?— pregunte en viva voz.

—Tengo tarea que hacer mamá— respondió Emanuel.

—Yo me voy con Ben a ver una peli— respondió Violet.

Coloque la tarta en el mesón y la vi fijamente, todo estaba negro y el intenso olor a quemado se impregnaba en toda mi cocina bueno... lo intente.

—me lo comería amor, en serio que sí. Pero justo ahora tengo una mejor idea— dice Charles abrazándome por detrás —tú, yo, mas ducha ¿te parece?

No me lo pensé dos veces ¿quién podría rechazar una oferta así?

Grace Hamilton.

Puedo asegurar con total franqueza que mi vida es perfecta.

¡Soy total y plenamente feliz!

Me case con mi mejor amigo, él es el chico perfecto.

Charles es... ese tipo de hombre que escucha, intenta comprenderte y ayudarte, que no te da la espalda y que no se avergüenza de admitir que está enamorado, que busca siempre halagarte, hacerte sentir especial, única en el mundo y que no hay nadie mejor; como el mismo se describe ¡edición limitada! De esos que ya no quedan, los de la vieja escuela.

A mis dulces treinta y cinco años yo no tengo nada más que pedirle a la vida, tengo tres hijos, mi hijo mayor Emanuel de 12 años, mi hijo del medio Benjamín de 11 años y mi pequeño caramelo de azúcar Violet de 8 años; todos niños sanos fuertes y felices que hacen de mis días, momentos inolvidables.




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