Dormí como un bebé.
Hable con Emanuel hasta tardísimo, por un momento olvide donde estaba y porque, él tiene esa cualidad, sus ocurrencias pueden hacerte reír hasta sentir que tu vejiga va a explotar. Y me quede con él, de verdad me aterró la idea de volver a la habitación donde inicialmente me encontré, tenía un aire tan misterioso y aterrador que mi piel se erizaba de solo pensar en dormí ahí, por eso no volví.
Lo que no imagine fue, que al despertar Emanuel y yo, estuviésemos abrazados.
¿Entiende lo que digo?
Abrazados, nosotros estamos en una estúpida cucharita de esas que hacen en películas románticas, su mano está en mi vientre y una de sus piernas encima de la mía.
¡Esto sí es raro!
¡Extraño!
¡Fuera de serie!
Su respiración es de forma regular y no quiero moverme por temor a despertarle, pero tampoco quiero quedarme en esta posición.
¿Qué hago?
Cuando me dormí no estábamos ni cerca, cada uno en un extremo de la cama... y ahora parece como si hubiéramos dormido así toda la noche, doy un respingo cuando siento su nariz acariciar mi cuello, su estúpida nariz me está olisqueando ¡que mierda!
Me levanto de inmediato y al mismo tiempo se abre la puerta de la habitación, es mamá, su rostro es un mezcla entre miedo y molestia.
Me observa fijamente como si no entendiera que hago aquí — ¿dormiste aquí Kylie?— pregunta muy detenidamente.
—Puedo explicarlo— es lo único que respondo y me siento estúpida porque no hay nada que explicar, yo no hice nada.
—te hice una pregunta.
—pues sí... Veras, me sentía muy aburrida y salí, me encontré con Emanuel fuera y vinimos aquí y hablamos hasta tarde y nos quedamos dormidos.
— ¿entonces según tu dormiste con él?
—exacto mamá.
Ella sonríe, en serio, mi mamá me sonríe; pensé que no volvería a ver eso nunca.
—Pues déjame decirte que ese de ahí— dice señalando la cama detrás de mí —no es Emanuel.
Volteo en el acto y no puedo evitar jadear — ¡mierda!— es Benjamín ¿dormí en cucharita con Ben?
—Respeta mi presencia Ky— me reprende mamá, pero yo solo puedo observar a Ben sentado en la cama frente a mí, sus ojos fijos en los míos ¿Cómo es que no me di cuenta? ¿En qué momento Emanuel se fue y me dejo con él?
Desconecto nuestras miradas y volteo nuevamente hacia mamá, me disculpo por la grosería dicha —fallas técnicas, Emanuel, Ben... ¿Cuál es la diferencia? Ambos son Hamilton, hijos de tu gran amiga, lo que hace de ellos chicos responsables y confiables ¿cierto?
Ella asiente, para luego acercarse y abrazarme —me asusté mucho cuando entre al cuarto y no te vi ¡lo siento! Pensé lo peor y no medí mis actos, yo solo quería encontrarte y asegurarme de que estuvieras bien.
Devuelvo el abrazo —estoy bien mamita.
—Ahora lo sé— besa mi frente por tiempo prolongado —disculpa mi comportamiento de ayer, estaba aterrada y no supe afrontarlo... pero no te sientas culpable, pudo haber pasado antes. No vivimos en el mejor lugar y soy consciente de que corriste peligro muchas veces, pero eso ya paso... prometo darte una vida mejor. Ahora me voy.
—yo voy contigo.
—no es necesario... Disculpa que haya entrado así Ben debí tocar.
—no se preocupe Señora Zara, entiendo perfectamente lo que siente, cuando supe lo que paso yo también quise comprobar que estuviera bien, por eso me encontró aquí.
Bueno Ben, no es buen momento para sacar tu artillería pesada en frases dulces que te hagan amarte, porque mi mamá sonríe con mucha suspicacia y picardía y eso no es bueno —que bueno que mi Ky tenga gente que se preocupe por ella realmente, bueno me retiro.
—recuerda que me voy contigo mamá muero de hambre— no quiero quedarme sola con él.
Intento caminar pero él me lo impide —en realidad me gustaría hablar contigo.
—quédate Kylie, yo preparare el desayuno.
Ella sale del cuarto y cierra la puerta, me volteo y quedo de frente a chico de ojos conquistadores, quien no duda ni en segundo en abrazarme, muy fuerte, mucho tiempo; y yo disfruto de esto.
Mi nariz quedo enterrada en su pecho y no puedo negar que aquí entre sus brazos me siento a salvo, su aroma me droga a niveles intensos que dejan mi mente fuera de problemas, tal vez por eso dormí tan bien, inconscientemente su cercanía me transportó a un mundo feliz —pase por tu casa, ayer... quería verte y no espere encontrarme con lo que lo vi. En mi mente se crearon un montón de escenarios, cada uno peor que el anterior y yo solo... solo, deseaba que estuvieras bien— habla sin soltarme, sus manos se aferran muy fuerte a mi cuerpo y mi cuerpo se aferra muy fuerte a las sensaciones que la despierta en mí.
—Estoy bien— es lo único que atino a decir, el me suelta y ni si quiera es consciente de la molestia que eso causa en mí, aun cuando no quiero ser dependiente de él, no puedo negarme a mí misma que me gusta él y me gusta tenerlo cerca.