Atrapada en ti...

Capítulo 34

Mi teléfono suena, eso fue lo que me despertó, es una llamada entrante a las 4:00 de la mañana y me preocupo, una llamada a esta hora solo significa emergencias, algo sucedió y no dudo en contestarle a la Señora Grace, porque imagino que se trata de Ben.

— ¿está contigo? — es lo que su voz temblorosa pronuncia.

— ¿Quién? — pregunto solo para confirmar, lo que mi corazón y mi sentido común me dictan.

—Ben…— responde en un lamento —no lo veo desde anoche, no me respondes las llamadas y no sé dónde puede estar, ni si quiera sé dónde durmió o si lo hizo— habla en medio de sollozos difíciles de comprender.

Me siento a la orilla de la cama, mientras froto mis ojos —no está conmigo Señora Grace, intente calmarse… ¿ya hablo con Kristen? Después de todo está con ella siempre.

Tal vez estén juntos, durmiendo, abrazados, ella siendo el falso apoyo que el necesita y yo soy una tonta por pensar en cosas que solo me lastiman.

—Kristen está aquí en casa con nosotros; se sintió mal y está dormida.

¿En serio ella puede dormir muy tranquila en la misma casa donde vivió Violet?

¡Qué descaro!

Definitivamente hay cosas que no puedo justificar.

—lo siento señora Grace, pero no sé nada de él— y es la verdad, no hemos hablado en días y por mucho que extrañe oír su voz no me arrastrare a recibir las sobras de nadie.

Ella continua llorando al teléfono —llámalo por favor, tal vez a ti te conteste... he visto como es cuando está contigo, Ky mi niño siempre se aleja de nosotros este día, pero yo necesito tenerlo a mi lado; quiero cuidarlo… no quiero que siga sintiendo que él tiene la culpa de lo que paso.

Trago grueso, recordando que ya hoy es el aniversario de muerte de la pequeña Hamilton, hoy se cumple un año más de su muerte, un año más en el que Ben siente que fallo hacia su hermana, él debe estar sufriendo mucho, tal vez hasta se sienta solo.

—está bien, voy a colgar y lo llamare, le devolveré la llamada en unos minutos.

Colgué y en seguida marque el número de Christian, en el primer intento no respondió, pero insistí varias veces hasta que me contesto.

No hablo, no dijo nada, solo escuchaba su respiración, su errática respiración — ¿Cómo estás? — pregunte segundos después, no sabía cómo iniciar un tema de conversación y solo se me ocurrió hacerle la pregunta más estúpida en todo el universo.

El seguía sin responder, hasta que escuche un profundo sollozo que rompió mi corazón en pequeños trozos, fue inevitable que mis ojos se llenaran de lágrimas ante su dolor, él hablaba, lloraba, se lamentaba todo al mismo tiempo; no comprendía lo que decía, solo era capaz de reconocer cuan roto se encontraba y yo necesitaba unir esas piezas que poco a poco se han ido independizando la una de la otra; es imposible no sufrir ante las desgracias de quienes amas — ¡te necesito! — fueron sus últimas palabras, palabras asesinas y esperanzadoras al mismo tiempo.

Yo no estaba razonando, yo solo quería ayudarlo — ¿Dónde estás?

Por un momento pensé que no me lo diría, su silencio así me lo decía pero habló, en susurros como si temiera ser escuchado —bien, no te muevas de ahí… ¡en un momento estoy contigo!

Colgué la llamada mientras de forma rápida me levantaba de la cama, le hable a la señora Grace, asegurándole que Ben estaba bien y que haría lo posible por hacerlo llegar a su casa, también le hice entender que esa era la manera en que él vivía su duelo y debía respetarlo, sus palabras solo fueron de agradecimiento y la afirmación de saber que Ben si me respondería, es incómodo porque Kristen estaba dormida en su casa, pero ella jamás ha hecho insinuaciones erróneas de lo que somos nosotros.

¡Porque no somos nada!

Me cambie la ropa de dormir y me puse algo más abrigado, afuera hacía mucho frio, salí de la habitación y cuando baje las escaleras en planta baja estaban mamá y Bob sentados en el sofá donde estuvimos él y yo la noche anterior. Ella está soplando de algún liquido vertido en una inmensa tasa de porcelana, con sus pies montados en el sofá y siendo abrazada por el — ¿sabes dónde está? — fue su pregunta, hablo sin alejar su rostro del vapor que desprende el líquido caliente.

Asentí, confirmando su pregunta—sí, voy a verlo.

— ¿no te parece que es muy tarde, bueno muy temprano para salir?

Retuerzo mis manos, ¿Cómo decirle que necesito verlo y ayudarlo? ¿Qué necesito apoyarlo? —es un amigo mamá, está pasando un mal momento.

— ¿Cómo sabes que eres lo que él necesita?

Me encojo de hombros —no lo sé, pero de momento puedo ayudarlo y quiero hacerlo.

Ella asiente con su mirada perdida —Grace tiene derecho a saberlo— sus ojos son dos inmensas gotas de agua cuando me mira —sufrió mucho con todos esos intentos suicidas de Violet, se culpa al pensar que fue por ella, que no supo ser una buena madre… ella tiene que saber todo lo que le hicieron a su hija.

—pero no soy yo quien debe contarlo, no me corresponde a mí, ni a ti mamá.

—es mi amiga.

—y Ben es su hijo, deja que sea él quien le cuente a su madre como pasaron las cosas.




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