Atrapada en ti...

Capítulo 39

—debes calmarte linda… no es nada del otro mundo— ¡bien! Diré que la enfermera es bastante amable al intentar calmarme vendiéndome ese montón de palabrería bonita y barata, pero lástima que no puedo comprársela.

Esto no es como ir al odontólogo, es un pulcro, esterilizado y aterrador quirófano en el que estoy y quiero salir corriendo y huir por que verdaderamente el miedo está pudiendo conmigo; no es solo el pánico a las agujas; es el simple hecho de saber que extraerán de mi cuerpo algo que no debería salir y una cruda y cruel voz en mi cabeza me susurra al oído que tendré problemas más adelante.

— ¿podría anestesiarme? ¡Deseo dormir durante todo el proceso!, por favor no quiero ver todo— ruego a una desconocida, que tal vez este acostumbrada a estas escenas y solo esté pensando que soy una dramática y alarmista niña estúpida.

—corazón, la anestesia es obligatoria, por nada del mundo puedes someterte a la extracción despierta, un movimiento tuyo podría ocasionar serio problemas— no es muy buena tranquilizando la linda y dulce enfermera.

Tengo mucho frio, nadie me aviso que los quirófanos parecían congeladores, aunque me explicaron que era por cuestión de higiene, mucho frio mantiene a posibles gérmenes igual de congelados que yo, quisiera saber que estamos esperando, ¡se supone que Kristen está en estado crítico y necesita mis medulas, glóbulos blancos, rojos, mi sangre y hasta mi corazón!

Están reinventando una nueva Kristen a base de mis órganos.

¡Ok!

Estoy exagerando muchísimo, no donare todos mis órganos a ella, solo soy yo hablando a través de mis nervios, mi mamá esta afuera en alguna parte del hospital esperando por mí, me dijeron que sería una práctica sencilla y que después de esto solo debía esperar un par de horas para poder irme a mi casa y continuar con mi vida.

Para Kristen sería un periodo de prueba en el que se espera que su cuerpo acepte los organismos que introduzcan en él y combatan la enfermedad.

— ¡qué alivio! — le respondo a la enfermera.

Justo en el momento en que las puertas dobles del quirófano se abren de par en par, un camillero entra empujando una camilla igual a la mía, en donde veo el cuerpo tendido de mi hermana, colocan su camilla justo a mi lado, dejando como intervalo de espacio, el suficiente para que quepa un cuerpo humano de tamaño promedio. La enfermera se acerca a ella y acaricia su frente, —todo mejorara pronto bonita— susurra; creo que ella está dormida, mas pálida que de costumbre y en sus brazos se notan hematomas justo donde tiene colocadas las vías intravenosas.

Su piel se ve bastante maltratada por los pinchachos y lucho conmigo misma al sentir la lastima germinar en mí, ninguna persona merece la lastima de nadie, ni si quiera ella, empatía, compasión, comprensión… pero lastima nunca.

—Es muy admirable lo que haces— comenta la enfermera —aun siendo tu hermana, sangre de tu sangre eres muy valiente… ¡debes amarla mucho!

Silencio.

Esa es mi respuesta, durante gran parte de mi vida solo sentí odio por Kristen, rencor, rabia y desprecio, jamás, nada parecido a algo como el amor.

No deseo su muerte, pero como ya lo he dicho, esto lo hago más por mí, que por ella, mi conciencia no me dejaría vivir si llegara a ser tan egoísta y le negara la oportunidad a alguien que tuviera su vida en mis manos. ¡No soy así! No puedo ser tan mezquina como para voltear hacia un lado diferente del sufrimiento de la personas.

Pero sé que fuera de este quirófano todo seguirá siendo igual, ella será para mí esa sombra que me mantuvo a oscuras mucho tiempo, mi perspectiva hacia ella cambio, ¡de eso no hay duda! Pero mis sentimientos siguen latentes dentro de mí y, sé que nunca podría llegar a querer a quien me hizo tanto daño.

>>el doctor llegara en unos minutos, trata de relajarte.

Asiento tratando de concentrarme en algo aparte del frio.

— ¡te odio! — Escucho un susurro a mi lado, volteo y observo a Kristen observándome, su mirada está vacía, carente de sentimientos y yo solo siento un poco de ardor por sus palabras —eres mi castigo, te detesto tanto— su voz suena débil,  raposa y agrietada; de sus ojos empiezan a brotar lágrimas que no me son indiferentes, no soy quien para juzgar a nadie y nadie merece estar enfermo al punto de estar al borde de la muerte, dentro de mí se crea un cumulo de emociones contradictorias ¿ella me odia? Eso no es nuevo, además de ser reciprocó el sentimiento, pero ella debería ser agradecida y al menos tratar de aparentar un poco de felicidad, estoy dando algo de mi cuerpo para salvar el suyo y me molesta y muy en el fondo de mi ser me duele que ni así ella sienta algo de amor por mí.

>> ¿Crees que fuiste desafortunada al ser abandonada? ¿Crees que tu vida fue difícil por pasar hambre de vez en cuando? Tú no sabes lo que es sufrir, no sabes lo que es sentir que tu vida no vale nada, que nada de lo que hagas llenara tu corazón de satisfacción, no tienes la remota idea de lo que es sentir que tu cuerpo y tu alma no te pertenecen.

Ella está haciendo un esfuerzo sobre humano para hablar conmigo, aun en condiciones críticas ella solo sabe lanzar veneno cuando me ve, y yo seguiré siendo la misma estúpida a las que sus palabras me afectan, por más que intente negarlo.




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