Atrapadas

VI

Dos días pasaron y Mariana no mejoraba, ya no deliraba como antes, pero la fiebre la seguía atormentando, Félix que se había unido a la tarea de cuidarla, decía que lo mejor era llevarla a un hospital, pero la situación no lo permitía, ellas no podían salir por ningún motivo, tenían que encontrar la manera de ayudar a la joven estando ahí dentro. Frank recordó el número de la chica de la farmacia en la factura, era probable que ella supiese que hacer en esa situación, pensó en llamarle para consultar una posible cura para la fiebre de Mariana. Después de meditar sin decirle a nadie, salió y desde un teléfono público se comunicó con la joven, ella lo reconoció, pero Frank pudo escuchar la decepción en su voz al saber que era él y no John quien le hablaba, el chico le explico la situación, ella quien al parecer era enfermera quedo consternada por lo que estaba escuchando, y se ofreció a ir hasta donde estaba la enferma, para poder brindarle una mejor atención, al principio Frank se negó rotundamente, pero fue tal el temor que ella infundo en él al decirle que mariana podría estar al borde de la muerte que el chico termino aceptando la petición, no tenía ni idea de cómo entraría al bar. Solo había dos entradas y ambas permanecían con vigilancia constante, no era común que mujeres entraran y salieran. Se reunieron en un punto específico, donde a él no le quedó más remedio que explicarle lo que realmente pasaba, su primera reacción fue el de querer denunciar lo que estaba sucediendo en ese bar, pero luego de que Frank le explicara los riegos que se corrían, el lugar estaba respaldado por las autoridades de la ciudad no había salida, ni sitio donde se pudiera poner fin. Ambos decidieron burlarse de los guardias, la chica aprovechando su delgadez, escondió sus senos, y amarro su pelo escondiéndolo con una cachucha que Frank le proporciono, para así entrar por la puerta trasera, donde estaba Félix y otros guardias, al verlo se extrañaron que fuera acompañado, pero él dio la excusa de que era un viejo amigo que quería divertirse y dijo que llevaba dinero, enseñando un puño de billetes, que él llevaba para las medicinas, lo había obtenido atreves de Karla, hacia un día cuando fueron advertidos por Ely que los medicamentos que tenían no durarían mucho, Karla aprovecho la borrachera de algunos de sus clientes de esa noche para sacarles dinero, lo que fue un riesgo para ella, pero con John fuera de la ciudad era la única manera de obtener dinero rápido. Ambos lograron ingresar al bar y tomando precauciones llegaron al cuarto donde estaba Mariana, al verla la joven quedo impactada que no hubiese muerto, le dijo a Frank que tenía una infección que impedía que se recuperara, estaba pálida por la falta de vitaminas probablemente tenía anemia, y aunque los chicos habían hecho lo posible por ayudarla a recuperarse ese sitio y ese ambiente no era propicio para la convaleciente.

- ¿puedes ayudarla?

-sí, pero le llevara tiempo recuperarse, sobre todo por la situación en la que se encuentra – el nombre de la joven era Cristina, ofreció quedarse unos días encerrada vigilando la salud de Mariana, lo que parecía muy descabellado para todos porque nadie quería realmente estar ahí, pero al final lo comprendieron cuando ella les dijo que era casi una doctora, solo le hacía falta cursar el último año, pero por falta de dinero no lo había podido hacer

-solo son unas prácticas – dijo a la mañana siguiente, Lucia; Karla; Félix y Frank estaban con ella – pero yo ya me siento como toda una doctora, por eso no puedo dejar a Mariana en el estado que se encuentra sin supervisión.

Era complicado esconderla, ya que todo pasaba vigilado, prácticamente no había privacidad, algunos cuartos tenían puertas viejas otros solo unas cortinas, Frank y Félix, instalaron una puerta en el cuarto de Mariana, con la excusa que la chica estaba muy enferma y necesitaba un lugar cálido para descansar, por esos días Oscar no pasaba en el bar su hermano Martin estaba a punto de llegar y debía tener todo en orden. Martin era sorprendentemente el menor, siempre fue el despreciado de don Miller, pero con los años le demostró a su padre la capacidad que tenía para los negocios al punto que Martin era dos veces más rico que su papa, esto provocaba los celos de Miller, quien había iniciado una guerra fría con su hijo, para demostrar quién era el mejor, por otra parte, Oscar era su favorito, nadie supo nunca él porque, ya que siempre fue un chico desorientado y era muy dependiente de su padre, hasta algo trastornado, talvez la locura de Oscar hacia que Miller lo protegiera tanto. La noche que Martin llego al bar fue recibido por Oscar en una actitud que muchos sabían era hipócrita, no se soportaban, pero muy a su pesar Miller había depositado en Martin la confianza para que este manejara sus negocios, nadie lo sabía hasta que Martin llego al bar, y ni siquiera resulto extraño para ellos ni para los allegados a la familia, ya que Miller dejo estipulado que Martin debía mantener a su hermano, no era una herencia lo que le había dejado era una responsabilidad ya que en manos del hermano mayor seguramente en cuestión de meses los negocios quebrarían. En su entrada al bar Martin lo miraba con repudio, le recordaba a su infancia, hace unos 15 años cuando Miller, estaba pensando en incursionar en el negocio, empezó con un bar común y corriente, y termino montando un prostíbulo de clase mayor, su fascinación era rosarse con altos funcionarios y ricos pervertidos, que le dieran una noción de poder “pero… bueno – piensa Martin - ¿Quién no anhela poder?” Martin era frio y calculador. Se reencontró con Frank, ellos habían compartido algunos años de compañerismo cuando Frank era un niño y Martin le regalaba cosas, este mantuvo una relación amorosa con la madre de Frank por un tiempo antes de embarcarse en el mundo de los negocios, pero ninguno de los dos nunca se lo confirmo, fue él quien simplemente lo descifro. El joven se paseó por el bar cuestionaba todo lo que veía, le parecía poca cosa “esto era lo que mi papa llamaba un bar de lujo” decía, en su recorrido se encontró con Lucia, la observo de pies a cabeza y le dijo a Frank que la llevara a su habitación, por instinto o quizás preocupación el joven le advirtió que alguien había pagado mucho dinero porque ella solo mantuviera relaciones con un cliente.



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En el texto hay: la vida cambia en un segundo

Editado: 28.07.2019

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