Félix y mariana conversaron acerca de cómo entrarían a la habitación donde estaba confinado Oscar, esa noche el chico pido vigilar aquella entrada, con otros dos guardias, nadie se opuso considerando que muchos habían decidido irse sin decirle nada a Oscar, habían alrededor de 10 guardias, bastante armados, 4 en cada una de las entradas y 2 junto con Félix cuidando a Oscar, quienes estaban a favor del plan del chico, de matar a su jefe para poder irse sin temor a ser buscados por este o sus enemigos, era la única manera de irse tranquilos, se les había pegado la paranoia de Oscar, que junto a la insistencia de Félix los obligaron a participar en aquel descabellado plan. Mariana llego a la medianoche frente a la habitación de Oscar.
- ¿Qué hace ella aquí? – le pregunta uno de los dos guardias a Félix
-ella lo va a matar –
- ¿estás loco?, ¿una mujer? –
-ella puede entrar y engañarlo hasta que lo amarre para evitar que grite –
Mariana no dijo nada ante la insistencia de aquel hombre que la veía en poco para cumplir tal misión, habían sido tantos años se espera que nada podía arruinar el momento de por fin acabar con el hombre que desgracio su vida en todos los sentidos, agarro un arma y con gran cuidado de deslizo sin hacer ningún ruido parecía un pacto entre ella y el silencio, sin que ella o el hombre acostado en aquella cama en donde tantas veces él abuso de ella, Mariana le puso una mordaza en la boca, mientras Félix y otro chico lo sostenían, y lo ataban de manos y pies, Mariana lo amenazaba con una pistola, como años atrás ya lo había hecho, pero esta vez tenía la ventaja
-ahora me las vas a pagar –
-hazlo rápido – le dijo el chico
-la pistola tiene silenciador, mátalo de un tiro – dijo Félix
-déjame un minuto a solas con él –
A regaña dientes los dos chicos salieron de la habitación
-se llegó la hora – exclamo Mariana mientras sostenía la pistola y la acariciaba – voy a matarte, voy a vengarme de que me hayas traído aquí, de que hayas matado a mis amigos, de mi encierro de todo – Mariana pausa y se acerca a las piernas que están atadas a la cama una en cada extremo – en esa posición que estas ahora mismo estaba yo años atrás cuando me violaste hasta desangrarme – la chica le pasa la pistola por la pierna izquierda hasta llegar a su pene donde ella sostiene la pistola – yo podría hacerte desangrar hasta morir ahora mismo, me encantaría darte un disparo en el pene y dejarte inútil de por vida, pero tengo que matarte, y voy a hacerlo, esto – le dice antes de darle un disparo en el pene – es por haberme violado – dispara y Oscar se retuerce del dolor recuerdo muy bien donde penetro la bala de Frank – la chica se toca su pecho con el arma – fue en el pecho – dispara pero apenas le rosa el hombro – el de Karla será hasta el final, quiero que sientas el dolor de Candice al morir quemada – mariana saca un encendedor de sus pechos y se lo pasa al chico por sus piernas, este estaba siendo quemado en vida, mientas el dolor por el disparo era insoportable, Marina le quemo las piernas totalmente
-apúrate, esto no es un juego – le gritaban
La joven le quito la mordaza a Oscar quien dio un grito ahogado de dolor, Mariana puso su mano en la boca del chico – esto es por mi papa y por Karla – dijo antes de dispararle en la frente y así matarlo y la vida se detiene en un segundo, todo el peso de los años anteriores recae sobre sus hombros, está en el cuarto donde se ve a ella misma derrumbarse de repente todo se vuelve más real, siente el dolor, ya no está más sedada por drogas u odio, siente en carne viva la culpa, la decepción, el miedo, la derrota, todos esos sentimientos que fueron apartados de su mente desde la muerte de sus amigos, la atacan de manera que no encuentra la satisfacción que esperaba en la muerte de Oscar la que tanto deseo, es más desearía que siguiera vivo para seguir odiándolo, concentrar sus fuerzas en odiarlo, y así no pensar en el dolor que siente al ver que su encierro no solo es físico si no también mental.
-tenemos que irnos – dice Félix, entrando a la habitación – lo has conseguido, acabaste con él –
-no, esto era un caso perdido, había acabado conmigo hace mucho tiempo –
- ¿de que estas hablando? –
-de que esta no soy yo… me perdí en este lugar y no hay manera de salir –
- ¿estas drogada?, Oscar está muerto, ya no hay nada que te impida salir –
-tu no entiendes – la mano de mariana sigue sosteniendo la pistola, esta le tiembla – me perdí… no soy yo… ya no puedo más… ya no quiero más – Mariana eleva la pistola hacia su sien – mi cárcel solo terminara en la muerte
-pero que te pasa… - le dice Félix tratando de arrebatarle la pistola, ambos la sostienen en sus manos, sienten el afán de arrebatársela al otro… Mariana se queda con ella, esta le quita el silenciador, dos disparos se escucharon, pero nunca se supo que fue lo que paso con ellos, con sus cuerpos, con sus almas.
Lucia mientras tanto estaba en un cuarto con la pequeña Ruth y Mónica, las tres estaban asustadas por lo que los chicos estaban haciendo al oír los disparos, su primer pensamiento es salir, pero invadidas por el miedo, no lo hacen