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Desde el umbral de la puerta, Seth vio a la pequeña cachorra humana dormir plácidamente en su cama, desde que se había encontrado con ella en el Centro comunitario el día anterior, su lobo había reaccionado de forma protectora casi de inmediato, Laila no tenía la culpa en todo lo que estaba pasando, y gracias a su edad ahora contaba con la entera protección del clan, no importaba que fuera humana, los cachorros se protegían con la vida, estaba dentro del código del alfa, del reglamento de conducta Moon Fighter y dentro de las obligaciones de cada lobo.
Nadie contradijo su decisión de darle alojamiento, pero todos se quedaron con la duda sobre cómo había aparecido vagando por el territorio. Seth no tenía que ir muy lejos para conseguir la respuesta: Reed. La mujer era astuta, y solo por una vez había acertado una buena decisión, enviar a Laila sola a las tierras del clan para que le ofrecieran protección era la mejor idea si su vida estaba en riesgo.
Pensar en todo lo que la niña tuvo que pasar en manos de esos lobos le hacía hervir la sangre. Seth detuvo sus pensamientos, Dash no había encontrado signos de abuso físico o psicológico en la niña, pero las huellas en esos casos tardaban en mostrarse. Por eso debía vigilarla.
Una cosa le llamó la atención cuando fue a verla por la tarde apenas Jessie le informó de su repentina aparición, Laila olía extraño, ella no tenía un único aroma distinguible como los demás seres humanos, su huella olfativa era distinta, tres esencias mezcladas tan profundamente que se escapaba a su refinado sentido del olfato, le frustraba no poder desarmar ese aroma para comprenderlo.
La entrada de su cabaña resonó con una serie de golpes en código, Seth dejó la habitación cuidando de no hacer ruido y fue a abrir la puerta.
—Ella duerme —le dijo a Arif, este asintió e ingresó en silencio.
Seth miró a su amigo moverse con sigilo, y cierto cuidado. Ya sabía por qué y realmente se sentía como un idiota, aunque no pudiera evitarlo, parecía que cualquier lobo que lo venía a visitar terminaba siendo sometido por el suyo, en reiteradas ocasiones Arif se llevó la peor parte cuando lo quiso hacer recapacitar sobre la idea de romper el vínculo, todavía tenía la piel del rostro enrojecida por el encontronazo que tuvieron en la mañana.
Seth estaba inestable y agresivo, si Derek venía a presionarlo estaba seguro de que no podría seguir resistiendo la fuerza de su animal rebelde.
— ¿Qué es lo que pasa Arif?
Seth trató de sonar amable, como el amigo que era y no como el Beta que exigía la sumisión del lobo inferior, Arif era un Gamma de temperamento noble, someterlo era sencillo porque no tendía a ser violento, para él ese era el último recurso, pero además de eso, Arif era un buen amigo que lo estaba soportando de la mejor manera.
No merecía esto.
—Hay un problema.
Arif sacó su celular del bolsillo y al encenderlo apareció una noticia en la pantalla que no se esperaba, la imagen quedó grabada en sus retinas y un espasmo le recorrió la espalda, el lobo se asomó nervioso y preocupado.
— ¿Cómo...? —Gruñó—. ¿Derek ordenó hacer eso?
Arif negó de inmediato.
—No sería capaz de algo así.
— ¿Entonces quién?
—Es lo que tratamos de averiguar.
Seth le quitó el celular y deslizó sus dedos hasta detenerse en esa imagen, dolía ver el fuego consumir el edificio por completo, sabía que debía detenerse pero no podía, siguió bajando, imagen tras imagen, los laboratorios carbonizados, el jardín de rosas reducido a cenizas, el habitáculo destruido...
Y luego la lista oficial de víctimas...
Ahí se alejó, sentía en lo profundo de su corazón que Reed seguía viva, de haber muerto hubiera sentido la agonía del vínculo al romperse, sin embargo, a veces los bloqueos quedaban presentes conteniendo el dolor si uno de la pareja fallecía, Seth estuvo tentado en deshacerlo, pero cambió de opinión a último momento, Reed estaba viva, el lobo lo sabía y le creía... Un nudo se ajustó en su garganta, ¿por qué rayos le importaba que estuviera viva? Ella era una traidora, el enemigo..., podía prescindir de ella..., ¿podía?
Seth echó un vistazo a la lista, se lamentó al leer el nombre de una de las asistentes de Reed, y luego Yuri... No debería dolerle tanto, apenas lo conocía...
«Protegió a Reed»
—Santo cielo —murmuró, todavía incrédulo—. Qué desastre.
—Sin duda —respondió Arif—. Derek acaba de enviar una cuadrilla de rastreadores para ayudar en el rescate de cuerpos.
— ¿Por qué...? Un momento, ¡ni siquiera me avisó!
—Quizá sea porque el líder de rastreadores tiene un humor de perros.
Seth fue a abrir la boca, pero se detuvo, Arif tenía razón.
—Por eso es que quiero romper el vínculo.
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Editado: 10.07.2019