Atrápame

4

Maldición- exclamé sin poder volver a dormir.

Al llegar a casa no tuve tiempo de cenar, me encontraba tan cansado que me dirigí a mi habitación para descansar.

-Que noche- reí con diversión cerrando mis parpados.

Pero tan rápido como me dormí, volví a despertar luego de algunas horas.

Observe mi muñeca izquierda en donde se encontraba mi reloj marcando las cinco de la mañana.

Bufé por enésima vez con frustración.

¿Por qué no volvía a dormir?

-Quizás podría salir a caminar, no creo que haya tantas personas despiertas- pensé levantándome para hacer desayunar.

▪︎°▪︎°▪︎°▪︎°▪︎°▪︎

Mis pasos avanzaban con lentitud, las calles se encontraban totalmente desiertas.

La suave brilla del calor acarició mi rostro con suavidad, sonreí absorto en mis pensamientos.

¿Que diría mi madre al saber lo que sucedió hace tan solo unas horas?

Lo más probable es que reiría antes de observar mi rostro orgullosa.

Michael..

¿Quien era aquella mujer tan extraña?

Lo que menos quería era llamar la atención pero aquella noche no logre lo que deseaba.

Repudiaba la falta de respeto de los hombres hacía las mujeres.

¿Por qué no disculparse y respetarlas?

Suspire nuevamente con irritación.

Mi mente recreaba lo que había sucedido una y otra vez obligándome a pensar en la susodicha.

-¡Una araña!- gritaron con desesperación sobre mi oído.

Un fuerte grito se escapó de mi garganta observando a todas partes para encontrar a la susodicha.

Gire mi cuerpo encontrando el rostro de Michael completamente sonrojado.

-¡Oh por dios!- rió posando sus manos sobre su abdomen- Tenías que haber visto tu reacción.

-¡¿Estas loca?!- grité aún con la respiración acelerada- Tienes suerte que no te he golpeado como reflejo.

-No puedo creer que le temas a las arañas- respondió ignorando mis palabras riendo.

-¿De donde has salido?- musite frunciendo el ceño- ¿Me estabas siguiendo?

-Estaba caminando por aquí hasta que te vi, estabas tan sumergido en tus pensamientos que ni siquiera notaste mi presencia- respondió- ¿En que tanto pensabas?

-Yo..- mordí mi labio inferior con nerviosismo- estaba pensando en que quizás tendría que comenzar salir a menudo, es maravilloso observar el amanecer- sonreímos.

-¿Quieres ir a caminar?- invitó, trague saliva observando su rostro con sorpresa- ¡¿Puedes dejar de observar mi rostro como si fuera un monstruo?!

-No estas muy lejos de eso- murmuré logrando que me mirase enfadada- Pero me gustaría caminar, así que acepto tu invitación- sonreí.

-Eres imposible- negó.

••••••••••••

-¿Por qué evades mis preguntas?- comentó luego de un tiempo caminando en silencio.

-¿Qué..? No evado tus preguntas- me defendí.

-¡Claro que si! Lamento si te incomodo queriendo saber de ti, pero es que eres tan extraño.

-Supongo que eso fue un cumplido- murmure.

-Si quieres creer que si, hazlo- rió- no es malo ser diferente.

-¿Tu lo crees?

Asintió en silencio observando sus pasos- Trabajo como barman, me encuentro con diferentes personas todo el tiempo y todas son tan iguales- bufo como si aquello le molestara.

-Las mismas acciones, palabras e incluso la irritante superficialidad. Quisiera que nadie fuera igual que el otro pero pareciera que es imposible- comentó.

La observe en silencio, sin darnos cuenta nos habíamos detenido para conversar.

-Encontrar a alguien completamente diferente al resto es sorprendente. Nos acostumbramos tanto a ser iguales que olvidamos que existen personas diferentes.




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