En otra habitación un par de jóvenes platicaban, bajo el umbral de la puerta.
—Por lo visto Bonnie corrió con suerte y no se lo encontró, ahora es tu turno cariño — decía Charlie, mientras tomaba las manos de una rubia.
—Sí — respondió Emily.
—No te olvides la alarma — agrego Charlie.
—Claro que no lo olvidare Charlie, ella puede salvarme la vida — agrego la joven.
—Emily, no digas ello ni en broma, tú tienes que volver sana y salva como lo hizo Bonnie — acoto el joven.
—Eso espero — pronunció Emily, mientras acercaba su rostro al de su novio, para depositar un cálido beso en su mejilla.
Luego de ello la rubia abandono la habitación, camino a paso rápido por el pasillo, bajo lo más rápido que pudo las escaleras y salió hacia la calle, la cual como cada noche desde que se alojó en aquel lugar, lucía muy silenciosa.
—«Es el momento, solo esta cuadra y regreso, a la habitación» — pensó Emily, mientras empezaba a caminar por la calle.
La joven camino a paso lento a diferencia de su otra amiga, ella iba muy concentrada tratando de identificar algún ruido extraño que la alertara de la presencia del asesino al cual su grupo de amigos y ella le siguiendo los pasos. La joven tras algunos minutos llego a la esquina, y giro para regresar al lugar donde se encontraba su pareja de trabajo y novio, al hacerlo sintió una fuerte ventisca, la cual hizo que su piel se le erizara, la joven giro su rostro, pero no vio nada, solo pequeños remolinos de viento a su alrededor.
— «¡Qué extraño! Será mejor volver» — pensó la joven acelerando esta vez sus pasos para llegar al lugar donde se alojaba, durante el trayecto oyó el azote de una puerta, ella giro su rostro, para identificar de dónde provino el ruido, pero todas las puertas de las casas que había en la calle estaban cerradas, incluso las luces estaban apagadas en las casas. La joven respiro profundamente y continuo su camino, tras algunos minutos llego a la puerta de entrada del edificio, pero no pudo continuar su avance pues sintió la presencia de alguien tras de ella, la joven intento presionar la pequeña alarma que tenía en una de sus manos a manera de reloj, pero una fuerza extraña se lo impidió, al igual que le había pasado a Bonnie, solo que en esta ocasión la joven de pura impresión se quedó sin voz y no pudo moverse, de repente sintió unas manos sobre su cuello.
La rubia sintió un inmenso temor en su interior, pero no podía expresarlo, sintió impotencia por ello, pero no podía hacer nada, no podía pronunciar ni una sola palabra, y menos moverse para poder ver al causante de ello.
—Emily — escucho, tras de ello sintió como aquellas manos que no logro ver se quitaron de su cuello, al tiempo que escucho unos pasos, mientras empezó a sentir que recuperaba sus fuerzas y movimiento.
La rubia al sentir que nuevamente podía mover cada parte de su cuerpo, giro su rostro mientras intentaba sonar la alarma que llevaba en su brazo, al hacerlo se percató que no había nadie tras de ella.
—Emily, ¿Qué te pasa?, escucho.
—Charlie, Charlie — dijo la rubia, abrazando a su novio, al tiempo que rompía en llanto — mientras agregaba con voz entrecortada — Nunca he sentido tanto temor en una misión, como lo he sentido hoy.
—Emily — pronunció Charlie, mientras la abrazaba.
—Estuvo aquí, pero no me dio tiempo de presionar la alarma — acotó Emily.
—¿Segura?, yo no he visto a nadie, y para nada me aleje de la ventana — decía un confundido Charlie.
—Lo sentí, sentí sus manos, sentí su presencia, no pude hablar, no pude moverme, pensé que moriría — respondió Emily, con voz entrecortada.
—Cálmate, cálmate, no pasó nada, estás conmigo — decía Charlie, tornándose pensativo.
—Tu voz, tu voz evito mi muerte — añadió la rubia, mientras a lo lejos se escuchaba una especie de murmullo.
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Editado: 26.10.2022