Capítulo 7: "Poniendo en marcha el plan: Tercer intento"

Un par de jóvenes miraban con unos binoculares hacia la calle, al tiempo que el celular de uno de ellos empezó a sonar.

—Es Charlie — pronunció Hunter, tras ver el nombre de la persona que la llamaba, al tiempo que contestaba la llamada — Bien, gracias por avisar, y que bueno que no le paso nada — pronunciaba el joven dando por culminada la llamada.

—Emily tampoco pudo concluir la misión — dijo Masie.

—Si la concluyo, pero al igual que Bonnie, no logro identificar a la persona que la venía siguiendo — respondió Hunter.

—Sienten su presencia, más no pueden llegar a verle el rostro — acotaba Masie.

—Así es — dijo Hunter con calma.

—¿O es una persona dotada de una habilidad sorprendente para esconderse en un tiempo record o el causante de estas muertes es un espíritu maligno? — agregaba Masie, mientras su pareja de trabajo la observaba — Bueno, ya despejare esa duda — acoto la joven.

—¿Qué? — dijo Hunter.

—Ya es mi turno — añadía Masie.

—¿En verdad piensas ir? — agrego Hunter.

—Por supuesto que si, por algo fui la primera de nuestra promoción, nunca le temí a las misiones por muy difíciles que ellas parezcan — dijo Masie con seriedad.

—Lo sé pero,…

—No me salgas con que te preocupas por mí— agregó Masie con seriedad, mientras se cruzaba de brazos, y miraba directamente a los ojos al joven.

—Siempre me he preocupado por ti — respondió Hunter.

—Claro, claro, como si no supiera que lo haces porque papá te paga por estar vigilándome —agrego Masie, mientras se dirigía hacia la puerta de salida de la habitación.

—Eso no es así, si yo te cuido es porque…..¡te amo! — dijo Hunter, en voz baja, mientras la joven se alejó sin escuchar lo que dijo. «¿Y ahora qué hago?, aunque era un hecho que no desistiría aún no está satisfecha» — pensó el joven, mientras caminaba hacia la pequeña ventana que había en la habitación y que era la única que los conectaba hacia el exterior, mientras el joven caminaba algunas imágenes vinieron a su mente en ellas él y Masie eran unos niños, y él tomaba sus manos, mientras parecía decirle algo. Yo la protegeré, yo la protegeré siempre, siempre — pronunció el joven, mientras miraba hacia el exterior.

Mientras tanto Masie caminaba por la calle que daba a la habitación donde estaba alojada, conforme caminaba sus ojos perdieron el brillo normal que tenían, su rostro se tornó pálido y un aura extraña empezó a rodear su cuerpo, al tiempo que en sentido contrario a ella venia una mujer de no más de 20 años.

—Ve por ella, pero esta vez no envíes a tu reflejo— le decía una voz a Masie, una voz que se repetía una y otra, y otra vez.

—Sí — pronunció Masie, en tono un tanto profundo, luego de ello acelero sus pasos hasta su nueva víctima, todo ello era seguido por un joven desde la pequeña ventana de su habitación, que al ver la escena decidió bajar inmediatamente para evitar el nuevo crimen.

—Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, fue el grito desgarrador que se escuchó, grito que hizo que las pocas personas que habitaban la calle salieran a sus puertas, entre ellos los jóvenes investigadores, a los pocos segundos, los sonidos de los patrulleros inundaron la zona.

—Una nueva víctima — decía Charlie, que había bajado del edificio donde se estaba alojando junto a su novia y compañera de trabajo, y habían caminado hacia el lugar de donde provino el desgarrador grito.

—Masie — pronunció preocupada Emily.

—No, no es ella — escucharon.

—¡Boris! — dijeron a la vez Charlie y Emily, mirando al nombrado, que venía en dirección hacia ellos.

 —No fue Masie, acabo de ver el rostro de la nueva víctima — agrego Boris.

—¿Y dónde están Hunter y Masie? — decía preocupada Bonnie.

—Sí, es cierto, ¿dónde están?, se supone que ellos estaban vigilando esta zona — agrego Charlie, sin notar que los jóvenes estaban ocultos en un pequeño callejón que daba justo al lugar del suceso.

—Sí, es cierto — dijeron Bonnie y Emily.

—No lo sé, no los he visto cerca de la víctima, a lo mejor siguen en el edificio — respondió Boris.

—¿Y qué modalidad fue ahora? — decía Charlie.

—La misma — acoto Boris.

En tanto, en el estrecho callejón un joven abrazaba a una jovencita, mientras acariciaba sus cabellos, al tiempo que pronunciaba unas palabras que parecían relajarla.

—Tranquila, si, tranquila, ya todo acabo, ya todo paso — pronunciaba con calidez Hunter.

Una vez se levantó el cuerpo de la nueva víctima, el sonido de los patrulleros ceso y todos se retiraron del lugar, Hunter salió del lugar llevando en sus brazos a Masie, quien estaba profundamente dormida.