Através de sus ojos

Capítulo 2

— ¿Segura que me dejaras ir?— le pregunto a mi madre.

—Claro que si cariño— contesta.

— ¿Me dejaras ir solo a una fiesta?—insisto.

—Si no quieres ir no vaya cariño— contesta—Me da gusto que salgas con más personas y no solo con Lily.

Esto está muy raro, imagine que no me darían permiso y así poder cancelarle a Cameron.

—Está bien, iré— digo —Vendrá un chico a buscarme ¿estás de acuerdo con eso?

—Claro que si, además no creo que sea algún muchacho con malos modales.

—Está bien, me iré a vestirme— le digo mientras salgo de la cocina —¿Qué ropa puedo llevar a una fiesta en la playa?

—Eso es más que obvio, un traje de baño— contesta.

—No lose— respondo dudando.

—El que te regale hace un mes y no te lo pones es una pieza completa— exclama.

—Tal vez me lo ponga, nos vemos — me despido de mi madre con un beso en la mejilla.

Subo hasta mi habitación para poder buscar el traje de baño, me lo pongo y no me queda tal mal, busco unos pantalones cortos y una blusa gris, busco unas sandalias y me las pongo, dejo mi cabello suelto, me pongo enfrente del espejo.

Pues así que digamos que bárbaro que hermosa estoy, no, no lo estoy.

Busco mi teléfono y recibo la hora.

Siete con treinta minutos, aún falta para que Cameron pase a buscarme, mi teléfono sonó indicando un nuevo mensaje.

Lily ❤

 Ya estoy en la playa ¿Dónde estás?

                                                                     Aún en casa, en unos minutos llego.

¡No tardes, esto se está poniendo bueno!

Bloqueo mi celular y lo guardo en el bolsillo trasero.

—Tu cita está en la sala— dice mi mamá entrando a mi cuarto.

Aún es temprano.

—Voy, y no es una cita— respondo.

—Si claro lo que digas.

Camino hasta la sala donde esta Cameron  de espaldas observando las fotos colgadas en la pared, trae puesto unos pantaloncillos de color azul y una camisa blanca dejando al descubierto los músculos de sus brazos.

—Hola— digo para captar su atención.

—Luces muy linda— exclama con una sonrisa en su rostro.

—Gracias— susurro.

— ¿Nos vamos?— pregunta.

—Claro— contesto.

Ambos salimos de la casa de mis padres, me abrió la puerta de su auto el cual lo agradecí, en viaje a la playa estuvo silencioso y corto, ya que mi casa está relativamente cerca de la playa.

Al llegar había algunos de la escuela y los reconocí porque son las animadores y jugadores de deportes, me siento muy a gusto con mi atuendo, me alegra saber que no muestro mucha piel.

— ¿Quieres algo de beber?— me pregunta.

—Por el momento no gracias— respondo.

—Ven te presentare a unos amigos.

Tomo mi mano y me guio hasta donde estaban otros jugadores de su equipo de Futbol, me presento a cada uno y a decir verdad son agradables y no tan cabeza hueca, las miradas de las porritas me están comenzando a dar miedo.

— que bueno que has llegado— dice una de las porristas mientras se cuelga de su brazo.

Me empuja con su cadera.

Entendí la indirecta amiga.

—Hola Tania— responde Cameron soltándose de su agarre —Te presento a una amiga, ella es Alicia.

Sonrió por educación.

—Hola— me dice Tania con una mueca — ¿No has traído traje de baño?—pregunta —O es que no tiene de tu talla.

— ¿A quién le has quitado el traje de baño a tu hermana menor?— contesto sonriendo.

—Uuuuh— hacen eco los demás.

—Cállense idiotas— les grita.

Suelto una pequeña carcajada.

— ¿De qué te ríes?— pregunta enojada.

—Tania ya basta— Dice enojado Cameron.

me pareció tierno que hiciera eso, creo que puede haber una posibilidad de que el sea mi futuro novio.

Ella no dice nada, se da la vuelta y regresa con sus amigas.

—Voleibol dentro del mar — grita alguien con un balón en sus manos.

— ¿Quieres ir?— me pregunta. coloca suavemente su mano en mi espalda.

tan sólo ese pequeño momento en que su mano toco mi espalda, un hormigueo recorrió mi cuerpo. Necesito controlar mis hormonas adolescentes.

—Si está bien— respondo con vos baja.

Me quito las sandalias, desabotono el pantaloncillo me lo quito al igual que la blusa gis, al alzar mi vista, observo que tengo las miradas de los amigos de Cameron sobre mí, y me hizo avergonzarme.

—Vaya sí que esta buena— exclama uno.

¡Qué vergüenza!

¡Trágame tierra!

—Carlos cállate, y dejen de mirarla— dice Cameron enojado —Ya váyanse ahorita los alcanzamos.

—Si, como si fuera fácil dejar de mirar— dice otro antes de irse.

— ¿Dónde puedo poner mi ropa?— le pregunto.

—La pondré encima de mi mochila.

Sigo a Cameron hasta el mar donde ya algunos estaban jugando, otros se encontraban jugando futbol americano sobre la Arena, algunas parejas besándose, pero no encontraba a Lily.

Jugando Voleibol me divertí mucho, mi madre tenía razón el que me iba a divertir, Luego de un buen rato ya había caído la noche y ya habíamos dejado de jugar, encendieron una fogata y nos sentamos alrededor de ella, comenzaron a jugar verdad o reto del cual decidí no jugar.

— ¿Por qué tocas una canción Cameron?— propone una morena.

—Si hazlo— continua otro jugador.

—De acuerdo— dice Cameron.

Le pasaron una guitarra a Cameron. Observe sus movimientos al tomarla, no sabía que podía tocar la guitarra lo cual me parece romántico y así podrá llevarme serenata al balcón de mi casa.

—Que alguien siga el ritmo con una maraca— vuelve a decir.

—Yo lo hago— dice Carlos mientras se levanta.

Cameron comenzó a tocar las cuerdas de la guitarra mientras Carlos sonaba las maracas 


 

 



#6725 en Joven Adulto
#28406 en Novela romántica
#4712 en Chick lit

En el texto hay: romance, amor, jovenadulto

Editado: 24.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.