Atrevidos

Trece

La música suena algo baja en el amplio salón, mis golpetean el suelo al ritmo de la popular canción latina y mi cuerpo pide a gritos que me mueva junto con ella. 
Philippe termina de ubicar a los alumnos, tenemos mucha concurrencia para ser la primera clase pero me agrada la idea, es todo un desafío.

—¡Qué guapo es el profesor!— cuchichean algunas adolescentes al final de la fila, sonrío divertida.

—Bien, la bachata es un género musical bailable originario de la República Dominicana, dentro de lo que se denomina folclore urbano. — el rubio camina confiado y sonriente—  Está considerado como un derivado del bolero rítmico, influenciado por otros estilos como el son cubano y el merengue.

Extiende su mano hacia mí y me guiña un ojo coqueto, ¡Qué chico!

—Ella es Ariadna, será mi bailarina y la que los ayudará con las dudas que vayan surgiendo en su pareja, por lo que les recomiendo vayan formándolas— hace un ademán con la mano y todos los presentes se observan y cuchichean.

—Bien, es la primera vez que voy a enseñar — río y todos me imitan— Por lo general soy yo la que está en sus lugares, espero poder hacerlo bien y sobre todo que ustedes disfruten.

—El movimiento básico del baile es una serie de pasos simples que produce un movimiento de adelante para atrás, o de costado a costado. — Philippe muestra de manera algo monótona el movimiento.

—Contando que el paso básico son cuatro tiempos, con el pie derecho se hace un chassé hacia la derecha — muevo mi pie enseñándoles a qué me refiero— El pie izquierdo se junta con el derecho otra vez. Los siguientes dos pasos son repetir y juntar los  pies, excepto para la mujer que junta el pie izquierdo en punta dando un golpe de cadera hacia arriba al lado de donde venimos— doy un golpecito con la cadera a Philippe.

—Y se repite la misma secuencia hacia el otro lado, pero como ahora vamos hacia el lado izquierdo, abrimos con pie izquierdo. Podemos imaginar que nos movemos todo el rato en la misma línea pero no hacia delante y hacia atrás, sino de lado a lado — sonríe tomando mi cadera y preparándose para bailar.

Pronto estamos bailando, los alumnos siguen el ritmo e intentan aprender  los pasos que hacemos, el paso básico es simple, la dificultad se encuentra en mantener el paso de piernas, mientras se mueven los brazos –este movimiento de brazos tiene un amplio repertorio pues el hombre indicará a la mujer giros, pases de brazos por delante, por detrás, enroscamientos, lanzamiento de brazos, etc. – al mismo tiempo que bailas con una persona, pues es un baile de dos. La mujer deberá aprender a hacer determinadas figuras con los brazos. En bachata la figura de las manos es la misma que en salsa, pues en este sentido vienen muy de la mano. El hombre dirige a la mujer con movimientos de brazos y manos y no es tarea fácil, pues debe saber guiarla. Un hombre que no guíe bien no será bueno en bachata, así como ocurre en salsa o en tango. La mujer debe saber seguir al hombre e interpretar lo que le ordena con cada movimiento de brazos. La bachata es un baile sensual y de seducción al igual que el tango, la kizomba.

—Escuchen, voy a decirles algo que les facilitará la tarea— me detengo — Para las muchachas de la clase, deben relajarse y ser sensuales, deben querer seducir a su compañero sin tomar el control de la situación — ríen a coro y algunas bromas se escuchan desde el fondo — Los hombres guían, hagan lucir a su chica, como si fuera una competencia en la que el que tenga la compañera más bella gana.

—Y para ello deben mostrarla, deben pavonearse de tener la compañera que tienen, hagan sentir  envidia a los demás — asiente Philippe — Haremos el paso básico por el momento hasta que lo sepan de memoria, sólo le agregaremos movimiento de caderas y brazos, ¡Ahora a divertirse!

—Lo hacen bien— digo observando a la gente reír.

—Sí, y tú no eres tan mala profesora — se burla.

—¡Oye!— lo golpeo —Sólo les dije lo que me han enseñado, es una explicación básica que puedes encontrar incluso en Google.

—Lo que realmente ocurre es que estás inspirada por mi presencia — arregla su cabello de manera egocéntrica.

—No, estaba pensando en un hombre guapo y sexy— le guiño un ojo.

—Ajá— asiente divertido —Ven, bailemos.

En realidad no mentía, mis pensamientos están siempre girando alrededor de cierto moreno que me pone las hormonas a flotar, Sant...

¡No! ¡No pienses! ¡Ni siquiera te atrevas a terminar la oración Ariadna Castillo!

Melania, la encargada de la música, sonríe divertida y da comienzo a la clase colocando una canción que los jóvenes adoramos bailar en un club bailable.
Philippe me guía al centro del salón y comenzamos a danzar, lentamente nuestros cuerpos se sincronizan y es que al ser ambos estudiantes – o profesionales – en el baile es muy fácil compenetrarse, o tal vez, es que tenemos mucha química.
Sus manos se centran en mis caderas, sin siquiera tener que tocarme demasiado sabe guiarme y hacerme saber lo que quiere que haga, el juego de manos es simple pero sensual, sus ojos no se apartan de los míos y no es necesario ver mis pies para saber que no vamos a chocar o pisar, tengo plena confianza en él. Debo admitir que es un bailarín increíble, sumamente confiando pero que transmite seguridad, sensualidad, picardía.




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