Atte. El fantasma

CAPÍTULO 32 ¿DEBO CONFIAR EN ELLA?

" Tiene siete años en ese sueño. Sujetando la mano de su madre, en una noche oscura alumbrada por truenos. Vio a su abuelo lanzar a su padre desde una terraza. Ni siquiera se movió, no sintió ni habló, sus ojos permanecieron centrados en su abuelo hasta que su madre soltó el agarre y camino al abuelo."

"A pesar de la diferencia de altura, pudo ver la sonrisa de su abuelo. — tu padre, no tenía el potencial de ser nuestra familia.”

“ Esa vez, Alison se acercó a su abuelo. Lo abrazó y con una fuerza inhumana, lo lanzó al abismo. — Tu abuelo, ya no tenía el potencial”.

***

“ — Oh, ya entiendo. Vas a culparla — fue lo que dijo su abuelo en el interior de la oficina, esa vez que a escondidas, escuchó la conversación”.

***

“Debes ser el primer puesto! — gritó su madre”

***

Aidan se despertó abruptamente. Se arrullo entre las sábanas y el brillo de la mañana. Se acomodo en un sillón en la habitación de la clínica, donde su madre, ya despierta, revisaba documentos.

Observó a su madre con ojos inquisitivos, notando cada detalle de las heridas. El esparadrapo en su cuello apenas ocultaba las marcas rojas y moradas que se extendían hacia abajo, revelando la violencia del ataque.

« Una pesadilla » pensó Aidan. Sin embargo, aquella escena le dolia, tanto como esa cicatriz que tenía en el brazo. La idea de que su madre o peor, su abuelo tuvieran un lado oscuro le resultaba insoportable, pero no imposible. Después de todo, conocía a su familia.

“Su familia debía hacer todo para siempre ganar”.

— Aidan.

Su nombre resonó y volvió a su madre. En una voz ronca después de la operación.

— Estoy bien. Si quieres puedes ir a tu clase.

Aidan se sintió atrapado. La confusión le nublaba el juicio, y un sentimiento de desconfianza lo atormento. Hasta esas travesuras que hizo en contra del colegio lo afligieron.

***

“ — Oh, ya entiendo. Vas a culparla — fue lo que dijo su abuelo en el interior de la oficina, esa vez que a escondidas, escuchó la conversación”.

***

« Mamá, ¿harías algo tan extremo? » pensó Aidan.

La mirada de su madre se encontró con la de Aidan, y por un instante, el tiempo pareció detenerse. En sus ojos, Aidan buscaba la certeza de que ella no estaba involucrada en planes oscuros. Pero la mirada de su madre también escondía secretos y cicatrices que no estaba dispuesta a revelar por completo.

— Estudia. ¿Bien?.

«¿Cómo puedes cambiar tan bruscamente de tema? ¡Estas mal! ¿No? » Sus pensamientos quedaron suspendidos en el aire mientras su madre continuaba revisando los documentos.

— Si — logro decir él, antes de levantarse— entonces, ¿Estarás bien?

— Si, no te preocupes por mí —prosiguió la mujer.

A punto de irse, la puerta se abrió. Su abuelo llegó, su tupico semblante llenó la habitación con un aura de autoridad y antigüedad.

Se dio cuenta rapido, la expresión fulminante de su abuelo se enfocaron en su madre. El silencio se hizo palpable mientras él cerraba la puerta de la habitación bañada por el silencio abrumador de esas dos serias auras.

— Alison —comenzó Alejandro con voz firme — vine a hablar contigo como el fundador del colegio.

La mujer asintió con gesto serio.

— Las noticias siguen hablando del desastre del colegio y de la pobre directora que fue atacada por la hermana superiora — anunció él, viendo la sorpresa de su hija — ¿como es que creíste que hacer esto era una buena idea? ni siquiera tienes el apoyo de antes. Hable con Susan, definitivamente dejó de ser inversionista y todos los demás, no responden a mis llamadas.

— ¿Qué? — susurro alison.

— Como el primer director de esta institución, debo decirte que no serás la directora.

Las palabras resonaron en la habitación como un golpe inesperado. La conmoción se reflejó en el rostro de Alison, quien se enderezó con una mirada de incredulidad y furia. Estaba a punto de levantarse y protestar, cuando Alejandro levantó una mano en gesto de calma.

— Descansa, hija —dijo con seriedad— Debo ir al colegio.

Alison se mordió el labio y conteniendo la frustración dentro de ella.

Su padre cerró con suavidad la puerta. Dio un fuerte suspiro, su espalda se inclinó hacia adelante, como cualquier anciano cansado. Su caminar fue lento, hasta que vio a Aidan, escondido en la penumbra del pasillo.

Sus ojos llenos de determinacion, sus puños apretados y su cabeza dando vueltas.

“— Ser un estudiante modelo es difícil, ¿quieres un consejo?. Debes dormir bien para dar los exámenes. No dejes que nada o nadie te quite el sueño. Entiendes lo que dijo, ¿no? Je Je.”

En la mente de Aidan, se formó una resolución firme.

“¿Ya no puedo confiar en ti?”

« Mamá, hizo lo más loco para proteger el colegio …nadie sabrá lo que pasó en verdad … »

— Pero yo sí sé.

Respiró con fuerza, su pecho se hinchó y su cuerpo se enderezó. Mientras una delgada sonrisa burlona se dibujó en él, se sentia con poder.

« Será tu karma, Mamá»

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Era de noche, en la zona comercial de la ciudad, Oscar salió de una tienda de pinturas con una bolsa en mano y su celular en la otra, en una llamada escuchando una voz.

— No se va a traumar, solo quiero asustarlo — dijo esa voz joven y divertida desde el otro lado de la llamada— recuerda, ¿Qué es lo que más quiere un padre?

Oscar no respondió. Alzó las cejas con sorpresa y suspiro.

— De acuerdo, eres un completo imbécil. Adiós —exclamó Oscar y terminó la llamada. Sin embargo, un zumbido lo hizo mirar su celular.




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