Atte. El fantasma

CAPÍTULO 47: ¿Verdadero lo tuyo y falso lo mío?

Las horas pasaron aquel día en el colegio, con menos estudiantes y menos profesores. En el ala norte de la torre secundaria, Kayle terminó de ajustarse las medias de su uniforme, cuando vio a Tom llegar.

Él mostró una gran sonrisa confiada, inclinó su rostro lo suficiente en su pose confiada cuando se posó frente a ella.

— Al fin puedo hablar contigo, Theo debe ser celoso — bromeó él, mientras terminaba por apoyarse en la pared, viendo a la chica con un par de ojos románticos.

— Claro que no — bromeó ella.

— ¿Y tú? — preguntó Tom — ¿No te molesta si es que te engaña?

— Si me engaña o no, ¿A mi que? — ella alzó sus hombros con tanto entusiasmo como indiferencia. Evito la mirada del mayor.

Tal vez fue el orgullo que hizo sonreír al chico.

— Eso es lo que más me gusta de ti — Tom dio un paso a ella, tratando de captar su atención — ni siquiera lo que dicen de ti te molesta.

— Prefiero no escucharlos — murmuró, desvio su mirada a cualquier lugar que no fuera los ojos penetrantes de Tom.

Tom persistio en su intento de acercarse, a pesar de que Kayle ocultaba su incomodidad y furia, fue atenta con su movimiento. Iba evitar cualquier contacto no deseado.

Sin embargo, el chirrido de unas zapatillas la alarmaron. Sus ojos se desviaron a la izquierda. Con el suficiente espacio y tiempo para que las manos de Tom terminen a cada lado de su cabeza.

Junto sus piernas, por primera vez sorprendida mientras a escondidas, Theo grababa con un celular.

— ¿Te soy sincero? — preguntó Tom, sin darle espacio para escapar, manteniendo su mirada fija en la de ella — Me dio pena que algún cobarde te nombrara como... ya sabes.

— ¿psycho? ¿perra? — sugirió Kayle, con una sonrisa sarcástica que apenas ocultaba su ira — si, son lindos. Nicolas tiene uno.

— ¿Te gusta un animal en especial? queria buscar un lindo apodo para ti

Un quejido encantado salió de los labios del chico. Acercó su mano, trato de acariciar los cabellos oscuros de Kayle, cuando ella apartó su mano con brusquedad, en un gesto desafiante.

— Como amigo, creo que deberías evitar más contactos como Theo. No ganarás nada con él — advirtió Tom, acercándose más a ella.

— ¿Debería hacerlo? — respondió Kayle con un dejo de desdén en su voz.

— ¿Con él? perderás todo — susurró, tan suave que alarmó a la joven.

Erizo su piel, asqueada lo empujo pero Tom, tomó sus manos y jalo sobre su cabeza. Hizo presion en un increible acercamiento.

— Dime la verdad. ¿Has entrado a la escuela solo para buscar quien te mantenga?

Ni siquiera pudo pronunciar una sola palabra. Su quijada apenas se abrio cuando su serenidad cambió, quiso empujar al chico pero hizo la presion en sus muñecas se volviera más fuerte.

— ¿Qué? — susurró ella.

— Eres linda e inteligente, no sabes a cuántos chicos tuve que alejar de ti. Pero nada de eso te sirve sin algún contacto que te ayude — pauso, resplandeciente por el rostro atento de la chica — Ese puedo ser yo, sólo debes hacer algunas cosas por mi.

— ¡Ha! ajaja — exclamó ella, intentando zafarse de las manos de Tom sin éxito — Siempre supe que tu creaste ese estupido rumor. ¿Pero decirme que busco ser una mantenida? Enserio, ¿te crees tan importante? ¡Tarado! ¿Crees que tienes derecho a decidir por otros?

— Tengo dinero y poder — respondió enseguida. Tan natural como serio — Claro que puedo, mi abuelo lo hizo, mi padre lo hace … theo también lo hace … solo quiero una chica linda, te daré el dinero que quieras, solo …

Cada palabra de Tom resonaba en la mente de Kayle. Aturdida por las peticiones cada vez más grotescas y que alimentaba el ego del chico. Él agarró su antebrazo con fuerza, hizo girar su cuerpo. Con su antebrazo en la espalda y la mejilla contra el muro.

— ¡Oye! — protestó Kayle, sintiendo el dolor agudo en su brazo.

Tom volvió a sonreír, divertido por la situación, hizo de su agarre más firme. Mientras, Kayle pudo ver al pelirrojo escondido.

— No eres tan sadica como el año pasado, ¿Theo te suavizo?

— Pudrete, sueltamente mierda —se quejó ella.

— Que boquita — llamó él, ante el rostro estoico y amargo de la chica — No estarás grabando la conversación como siempre, ¿no?

En ese momento, sus manos viajaron por los bolsillos de la gran casaca de la chica. Luchando por alejarlo, Kayle se removió en su sitio, hasta que sus ojos se posaron sobre el cabello rojizo de Theo. Preparado para meterse en escena.

— ¡PARA! — gritó ella.

Una orden dirigida tanto para Tom como Theo.

— Tengo unas fotos tuyas — susurró Tom. Volviendo a asustar a la chica — con diferentes hombres. Algunos aparecen con anillos.

— ¿Mis profesores? — preguntó ella. Buscando la calma en una sonrisa inquieta — Según tu me conoces, pero ¿no sabes que estudie en casa por años?

— ¿Y eso qué importa? — refuto inmediato — Di lo que quieras, ¿crees que le van a creer a una becada, o a un graduado con honor? Porque, ¿lo sabías? Soy el tercer puesto de mi promoción.

Kayle incrispo un gruñido. Intentando librarse de las manos en busca de algo en su ropa. Mientras Tom, mantenía libido en su sonrisa y guardaba una hoja en el bolsillo de ella.

— Haremos esto —detuvo el chico, su mano libre bajo la capucha de kayle— No enviaré las fotos al fundador, pero vendrás a esta dirección.

Los ojos de la chica se apretaron con fuerza, sus manos se apoyaban en la pared y su respiración era temblorosa. De vez en cuando abría sus ojos, Theo ya no asomaba su cabeza, en ese corto pasadizo alejado de todos, donde solo se escuchaba la risa de Tom.

Kayle sacudía su cabeza, asqueada. Luchando en contra del chico.

— mierda, si seguimos no habrá mucho que hacer en la noche — fue lo último que susurro antes de alejarse de ella — Te espero ahí.

Justo después. Kayle se dejó acostar en la pared, cubriendo con su mano su cuello atacado, mientras tanto, los pasos de Theo llamaron su atencion.




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