Audrey

Capítulo I

Narra Audrey

— Buenos días hija —  me volteó y me encuentro con mi mama arrimado al umbral de la cocina.

— Buenos días mami — le digo y me acerco a ella para darle un fuerte abrazo de oso.

— ay hija perdóname por no levantarme a prepararte el desayuno — nos separamos — es que me siento muy cansada y me quede dormida — dice apenada. 

— tranquila mamá no tienes porque disculparte — le sonrio — tu lo que tienes que hacer es descansar porque es lo que te recomendo el doctor — le tomo sus manos —  además ya prepare el desayuno y es tu favorito — le digo y en su rostro se le forma una gran sonrisa. 

— ohh hija no debiste — me dice y pareciera que esta apunto de llorar.

— solo quiero consentirte — nuevamente la abrazo.

— que buena hija me has salido — me mira.

— bueno… mami ya te dejo servido el desayuno y espero que lo disfrutes — le digo y deposito un beso en su frente.

— ¿no vas a comer? — niego — al menos déjame servirte para que vayas bien comida — me dice preocupada. 

— ya no alcanzo mami, sabes que los buses de aquí a la ciudad se llenan y eso es estresante  — ella asiente comprendiendolo — nos vemos más tarde — cojo mi maleta.

Salgo de la casa hacia la parada de los buses y  me subo a uno.

Espero tener suerte y que me den más propina en el trabajo  — digo en mi mente.

Donde trabajo está como a dos horas de dónde vivo. Es demasiado agotar viajar y trabajar, siempre llego muerta a mi casa pero no me importa todo lo hago para que mi mama se recupere.

El bus llega a la parada, me bajo y cojo otro bus que me deja cerca del Supermercado.

 — hola Lucia — saludo a unas de mis compañeras de trabajo.

 — llegas tarde, te he estado cubriendo del jefe  — me dice Lucía. 

 — gracias  — le sonrió  — lo que pasa es que  había mucho tráfico — asiente — me iré a cambiar  — le aviso.

Voy hacia los casilleros, meto mi maleta y me cambio la camiseta que tiene el logo del supermercado. Salgo y voy hacia mi caja que está al lado de la de Lucía.

 — espero que el jefe no me baje mi sueldo por llegar unos minutitos atrasada porque necesito tanto ese dinero  — le digo preocupada.

 —  no lo creo, ya te dije que te estaba cubriendo  — me dice tratando de calmarme.

 — de nuevo  muchas gracias — le digo.

 — sabes que te ayudo en lo que pueda  — me dice.

 —no se que haria sin tia Lucia  — me pongo sentimental y ella suelta una risita.

 — basta de sentimentalismo y pongamosle ganas a la chamba  — me dice y yo asiento.

 — hola — me saludo Noah.

 — hola  — le devuelvo el saludo.

 — me tenías preocupado pensé que te había pasado algo porque tú siempre eres muy puntual  — dice muy rápidamente que me causa gracia.

 —  es que había mucho tráfico  — le digo y él asiente.

 — sabes… te ves muy linda  hoy — me dice y mi organismo se congela.

 — gracias,  tú igual — digo algo nerviosa.

 — nos vemos luego chicas  — se despide y se va hacer su trabajo.

 — desde lejos se ve traes loco a Noah  — me dice Lucía y mis ojos se agrandan — deberían salir algun dia  — niego — ¿no se te hace guapo? —me pregunta.

 — si está guapo pero por ahora no estoy para tener una relación porque  lo más importante para mí es mi madre — le digo.

 — de todas maneras deberias pensarlo  — me aconseja y simplemente asiento.

Lucía tiene razón Noah no está para nada mal. Tiene 22 años, es alto con cabello castaño, ojos color miel y  piel bronceada casi dorada. Lo más importante es amable, sincero y se preocupa mucho por mi.

Una señora se acerca a mi caja para pagar sus compras.

— Buenos días —digo.

— buenos días — responde a mi saludo.




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