3 meses después.
— buenos días Henry.
— buenos dias Audrey — me saluda con una gran sonrisa — ¿cómo amaneciste?
— bien — lo miro— ¿hoy trabajas?— niega y mis ojos se iluminan — me pondrias llevar a ver a mi amiga Lucía al supermercado es que le prometí hace meses atrás que la ira a visitar, por favor — pongo cara de cachorrito y él ríe.
— sí claro — me dice.
— muchas gracias — lo abrazo.
— Audrey puedes pedirme lo que tu desees — me dice y yo asiento.
— Henry — lo llamo y él me mira — últimamente te he notado muy paranoico — le digo y se remueve en su asiento — ¿te encuentras bien?.
— si estoy bien — dice algo nervioso — aunque algo cansado por tanto trabajo que he tenido estas últimas semanas — asiento no tan convencida — Audrey, por cierto haces meses me dijiste que querías estudiar para arquitectura — cambia de tema.
— si — lo miro sin comprender.
— te va alegrar un montón esta noticia — me mira con una gran sonrisa — en un par de semanas vas a entrar a la Universidad — me dice y mis pupilas se agrandan.
— en serio — digo sin creerlo.
— si Audrey, no te mentiría con eso — me dice y yo estoy apunto de llorar — y me alegra muchísimo que hayas elegido estudiar esa profesión, siento que estas siguiendo mis pasos y te enseñaré todo lo que yo se e inclusos puedes llegar a trabajar en mi empresa.
— en serio — digo nuevamente — me encantaría porque su empresa es una de las más prestigiosa de esta ciudad — digo con admiración — Henry muchas gracias — comienzo a llorar.
— no llores Audrey —me abraza.
— es que era casi imposible que yo me viera estudiando una carrera — le digo sollozando.
— ya ves que lo imposible se puede hacer posible — me amina.
— muchas gracias por todo lo que ha hecho por mí — continuó sollozando.
— Audrey se supone que la noticias debia ponerte feliz pero estas llorando — dice algo incomodo.
— lloro de la felicidad — le digo y él suelta una carcajada. Se separa de mí a una distancia prudente.
— espero que seas una excelente estudiante — me dice.
— así será Henry, no lo decepcionaré — le digo y él asiente.
— bueno… anda dile a Abby que vamos a ir al supermercado y que se aliste — me ordena y yo asiento.
Salgo de la sala y entro a la cocina.
— Abby — la llamo y se voltea a mirarme — dice Henry que te aliste que vamos a ir al supermercado.
— en unos minutos estaré con ustedes — dice Abby.
Voy hacia a la sala y Henry ya no está, salgo al garage.
— enseguida viene Abby — me monto en el auto — Henry, por cierto ¿dónde queda la Universidad?
— está a una media hora en auto — me dice.
— no está tan lejos — asiente.
Abby se sienta en la parte de atrás y Henry pone en marcha el auto.
En el camino Henry me estaba poniendo algo nerviosa porque miraba a todos lados como si buscara algo o para ver si nos estaban persiguiendo e incluso le pregunte si se encontraba bien, y me dijo que no me preocupe.
— hemos llegado señoritas — nos dice Henry.
nos bajamos del auto y entramos al supermercado.
— Lucia —la abrazo.
— creí que no ibas a venir — me dice haciendo un puchero.
— pues ya estoy aquí — le digo abrazándola con fuerza.
— ¿dónde está el señor Henry? — mira con curiosidad de un lado a otro.
— está con Abby agarrando algunas cosas para llevar — le digo y ella asiente.
— Pequeña Audrey — se asoma Stefan.
— hola Stefan — le abrazo.
— ¿como has estado? — me pregunta.
— muy bien pero los extraños demasiado — le digo haciendo un puchero.
— nosotros igual — dice Stefan. La gerente lo llama y se va.
— hay que salir un día de esto a una discoteca — me dice Lucía.
— no lo sé Lucia sabes que nunca he ido a lugar de esos, asi que tendre que pensarlo — le digo.
— tienes que ir — se cruza de brazos — no quiero que lo pienses porque se que diras que no — me dice y yo suelto una risita.
— esta bien luego organizaremos eso — le sonrió — ahora tengo que decirte algo espectacular — le digo con gran emoción — entraré a estudiar en unas semanas.
— en serio — dice sorprendida y yo asiento — me alegro por ti amiga — me abraza — seras una gran arquitecta.
— eso espero aunque estoy muy nerv….— se escucha un disparo y seguido de un grito de Abby.
— Abby — digo alarmada y comienzo a correr por un pasillo del supermercado.