Aullido del Destino

✨Capítulo 11

Lo Que Habita en Mí

Sirelle

La niebla aún no había levantado cuando partí hacia el bosque del este.
El aire estaba húmedo, cargado de presagios. Las hojas crujían bajo mis pasos como si advirtieran mi llegada.
No sabía si buscaba respuestas… o una excusa para huir de los dos nombres que me atormentaban.

Rowan. Aiden.
Sus rostros cruzaban mi mente como relámpagos, alternándose, opuestos y, sin embargo, ligados en algo que no alcanzaba a comprender.

Pero yo era el nexo.
Yo… o lo que fuera que vive en mí.

Mirah vivía apartada del mundo desde antes de que yo naciera.
Nadie se atrevía a desafiar su sabiduría, pero tampoco su oscuridad.
Decían que hablaba con los espíritus de los antiguos, que conocía los lenguajes que ya nadie recordaba, y que podía ver las marcas del alma como otros veían cicatrices en la piel.

La encontré junto al fuego. Como si supiera que vendría.

Mirah
—Sirelle —dijo sin alzar la vista—. Has tardado más de lo que pensaba.

Sirelle
Me detuve en seco.
—No sabía si debía venir.

Mirah
Asintió lentamente, removiendo el contenido de su cuenco con dedos huesudos.
—La que duda, es porque ya sabe la respuesta.

Sirelle
Tomé aire. No sabía por dónde empezar.
—Dentro de mí… hay algo —dije al fin—. Algo que no entiendo.
Cuando estoy con Rowan, siento como si la sangre me cantara. Como si algo más, algo que no soy yo, respondiera a él.
Y con Aiden, es distinto. Es paz, es elección. Es… silencio.

Mirah
Alzó la vista por primera vez. Sus ojos eran de un gris antiguo, como si guardaran siglos de tormentas.
—No es tu alma la que se agita, Sirelle. Es lo que llevas dentro.
Lo que fuiste. Lo que estás destinada a despertar.

Sirelle
—¿Qué soy?

Mirah
Cerró los ojos. El cuenco comenzó a humear, un olor a salvia, ceniza y tierra húmeda llenó la cabaña.
—Eres un nexo. Una marca viva. El alma de una línea olvidada.
Tu destino no es amar a uno u otro.
Tu destino es decidir qué poder vive… y cuál se extingue.

Sirelle
—¿Y Rowan? ¿Y Aiden?

Mirah
—Rowan representa lo que fuiste en otra vida.
Un lazo ancestral. Sangre atada por ritual, por fuego y luna.
Es por eso que lo sientes en la piel. Por eso que arde.

Sirelle
—¿Y Aiden?

Mirah
—Aiden es el otro camino. La posibilidad. La alternativa que los dioses pusieron frente a ti… por temor a lo que puedas desatar si eliges lo que arde demasiado.

Sirelle
Mis labios temblaron.
—¿Y si ya es tarde? ¿Y si ya estoy marcada?

Mirah
—Aún no lo estás —sus ojos se clavaron en los míos—. Pero él se acerca.
No para pedirte permiso.
Para tomarte.

Sirelle
Un escalofrío me recorrió.
—¿Y si no quiero ser marcada?

Mirah
—Entonces debes huir… o resistir.
Pero te diré algo, niña del fuego:
Si Rowan llega a marcarte sin que lo aceptes, no serás tú la que despierte. Será la otra.
La que duerme bajo tu piel.
La que fue reina en la oscuridad.
La que amaba el poder más que el amor.

Un silencio cayó entre nosotras.

Sirelle
—¿Y si yo ya no sé quién soy?

Mirah
—Entonces descúbrelo antes de que lo hagan por ti.

Sirelle
Cerré los ojos.
En mi pecho, algo latía con fuerza.
No solo un corazón. Algo más.
Algo antiguo, hambriento…
Y despierto.




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