El chico apenas podía sostenerse por sí mismo y nosotros luchábamos por mantenerlo de pie. Me mantuve firme mientras salíamos de ahí, hasta que él nos detuvo.
—No puedes ayudarlo.—demando.
Observe a Christopher, me pareció molesto e infantil.
—Hare lo que quiera.—conteste secamente.
—Olive.
—Lo estoy ayudando.
—Siempre haces eso, tú y tu complejo de salvadora.
Lo mire ofendida.
—A veces me arrepiento.—conteste con frialdad.
Christopher me observo como si le hubiera dicho algo tan malo y dañino que lo hirió.
—¿Qué harás Christopher? ¿me harás lo mismo que al chico solo por enfrentarme a ti?—pregunté con ironía.
—Yo no… nunca haría eso.
—Entonces si no harás nada, no me detengas más.
—Olive.
—Christopher.
—Bien, vete.—apretó la mandíbula y su voz se ensombreció.
No espere más y me fui detrás de Zachary y Nina para ayudarlos de nuevo. No volteé hacia atrás, no quería ver ese rostro, esos ojos, no quería volver a verlo.
Todos nos observaban, no se si era por el estado del chico o por que la noticia se había extendido mas rápido que nuestros pasos.
—El diablo a tres metros detrás de nosotros—dijo Zachary con temor— Aun podemos retirarnos Oly, no es nuestro asunto.
—¡Zachary!—le reprendí.
No íbamos abandonar al chico, no en este estado, no soy una cobarde y el chico me necesita, nadie más que yo puede ayudarlo, Nina siguió ayudándonos sin rechistar o quejarse.
—¡Olive, detente!
Escuche su voz detrás de nosotros como el rugido de un león persiguiendo a su presa, y si que lo era de una manera retorcida, aumente la velocidad de mis pasos, me sentía perseguida, ni cuando corría del vagabundo me sentía tan perseguida como ahora, lo sentía bastante cerca, los estudiantes se habrían paso y no era por nosotros, era por él.
Observe para atrás, solo por una fracción de segundos y lo vi, furioso, ¿Cómo podía cambiar tan rápido de opinión? Y como es que no fuimos más rápidos que eso para sacar al chico de aquí. Llegamos a la salida y me adelante para llamar al chófer, tal vez ya en público Chris, no corrección, Christopher no hiciera nada, pero siguió ahí detrás de nosotros.
El chófer llegó con rapidez sorprendido por la escena pero sin hacer ninguna pregunta, Zachary y Nina se subieron junto al chico y le dije que los llevara con el medico de la familia, seguramente teníamos uno sino Zachary lo solucionaría, yo tenia que quedarme y detener al monstruo que se acercaba a mi a horcajadas, de pronto me sentí pequeña e insignificante ante su presencia.
—No recordaba que cambiaras tan rápido de opinión.—le dije ya cuando estaba frente a mi.
—Se me había olvidado que te creías la mujer maravilla—contraataco con rapidez.
Entrecerré los ojos y solté un bufido desestimando su comentario.
—Dime sus pecados.—exigí refiriéndome al chico.
Christopher rodeo los ojos y cruzo los brazos.
—No es tu asunto.—contestó con desdén.
Levante las cejas.
—Lo acabo de hacer mi asunto.
—Se burlo de mi—volvió a contestar con desdén, como si fuera su tono habitual.
—Se burlo de ti.—repetí sus palabras fingiendo comprensión— Desagradable chico, ¿como se atreve?—dije sarcástica.
—No estoy jugando Olive.
—Yo tampoco.
Negué con la cabeza repetidas veces.
—¿A dónde lo llevan?—preguntó impaciente.
—A muy muy lejano.
—Olive.
—Obviamente no te voy a decir Chris…Christopher.
Alzó una ceja con sorpresa.
—Sigo siendo Chris.
—No, ya no.—conteste con decepción y tristeza.
—Ni siquiera te has dado la oportunidad de averiguarlo.
—Los hechos hablan más que las palabras y está no es la bienvenida que esperaba de ti.
Se quedo mirándome, con esa misma expresión que no podía descifrar.
—No todo se trata de ti.—escupió con desdén y volvió a su frívola expresión.
Rodee los ojos.
—¿Te lo dices a ti mismo o que?
—Tengo asuntos que resolver y solo estas siendo un estorbo—contestó con impaciencia.
—Prefiero llamarme humana o Olive pero cada quien.
—No todos necesitan ser salvados humana.—se burlo con sarcasmo y frialdad.
—Eso lo decido yo.—conteste con determinación— Y se que tu no me detendrás.
—¿Según quien?
—Según tu mismo, de haber querido tratarme igual que los demás ya lo habrías hecho.
—Ni siquiera me conoces.
—Tengo fe que el Chris de antes aún está ahí.—clave mi dedo en su pecho— El Chris que nunca lastimaría a alguien.
Quito mi mano de su pecho y la tomo entre la suya, fue un gesto confuso que me hizo perder por un segundo mi actitud defensiva.
—No deberías meter tus narices donde no te importa.
Soltó mi mano con brusquedad y se fue, me quedé ahí confundida. ¡Maldito Christopher bipolar! Me quede haciéndole señas por detrás.
He llegado a la conclusión de que es el mismo Christopher intentando hacerse el duro por algo malo que le sucedió.
Saque me teléfono y llame a Zachary para que me dijera donde estaban, habían ido al medico familiar, ahora solo debía descubrir donde se ubicaba y como iba a ir.
Entre de nuevo al instituto, había dejado mis cosas en mi casillero y también mi dinero si es que tenia en efectivo, de pronto ya no me importaban las miradas que ahora estaba recibiendo, lo único que quería era salir de este lugar.
Llegue a mi casillero y tome mis cosas.
—¿Crees que puedes remendar lo que Chris ha hecho?
Cerré la puerta del casillero al escuchar, era el otro chico rubio que parecía una pulga de Christopher.
—¿De qué hablas?
—Solo digo, ¿Enserió crees que Christopher va a cambiar por ti?
—Yo en ningún mome…—me interrumpe.
—Te fuiste y lo dejaste, ha pasado por bastante y alguien que lo abandono no puede remendar el daño que también hizo.
Me quede callada sin saber que responder, se fue dejándome ahí con la boca abierta sin poder articular ninguna palabra.
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Editado: 05.11.2024