Aún Así

6| Tres Gerberas Rojas. Aún así...

Christopher se quedo casi toda la noche, tuvo que irse porque su padre lo estaba buscando su rostro se tenso y ensombreció cuando escucho la voz de su padre por la bocina del teléfono. Todos notamos esa expresión pero decidimos no preguntar. Mi familia estaba al tanto de la maldad y oscuridad que habitaba en la familia Abernathy y es por eso que siempre quisieron que Chris estuviera con nosotros el mayor tiempo posible cuando éramos niños, alejarlo de esas personas que le hacían daño, mamá fue lo primero que lamento cuando papá nos anunció que dejaríamos Toronto; dejarlo sólo, y no es como si pudiéramos secuestrar al heredero de Bernard. En ese entonces. Ahora se que las cosas no son diferentes con su padre. Quisiera que Chris dejara de pasar por eso. Pero se que nunca dejaría a su familia, por lealtad y por miedo.

Gracias a Dios me ha aclarado lo de la chica, mis nervios y esquizofrenia se lo agradecen, pero que él no tenga nada que ver no hace menos grave el asunto. Estoy segura de lo que vi y también he notado su nerviosismo al descartar el asunto, así que aquí hay gato encerrado.

Me ha dado su número de teléfono y ahora sostengo mi celular en mis manos intentando encontrar un apodo que usar, también he logrado que mamá deje a calcetín estar en mi habitación y le he apartado un lugar en una esquina, le he puesto su cama y sus juguetes y se que el es feliz estando en el mismo lugar que yo pues se ha paseado por toda la habitación olfateando muebles, tomo agua del inodoro pero ya lo he regañado y cerrado la puerta del baño y también la de mi armario por su gusto a mis zapatillas, Loubutin en especifico.

—Que te parece. Míster Maquiavélico. Le queda verdad.

Le digo y calcetín ladea su cabeza. Pero vuelve a su tarea de jugar con mis calcetines.

—Míster incomprendido.

Calcetín ladra. Si eso fue grosero, nunca nadie debe burlarse de los traumas de otros. Entonces ese apodo está descartado.

—Señor Ogro.

Calcetín vuelve a ladrar. Ni de asomo Christopher parece un ogro, más bien una obra esculpida por el artista que más ama el arte. Opino lo mismo que calcetín y señor ogro esta descartado como apodo.

—¿Qué apodo puedo usar? Dame ideas calcetín.

Aliento al Bordier para que según yo me de una idea, pero calcetín se empeña en seguir mordiendo mis calcetines, vaya ejemplo del porque su nombre.

—Obsesionado.—sacudo mi pie para que se aleje y lo hace.
Calcetín se va y sigue su hobby de morder cosas con su conejo o lo que queda del peluche.

—Jafar.—digo recordando su película favorita—. Por ahora será Jafar.

Guardo su número y me enredo en las sabanas con una sonrisa antes de apagar todas las luces.

Era sábado, yo estaba ayudando al jardinero con los rosales, le di autoridad para regañarme como si fuera una aprendiz y si que lo ha disfrutado.

—¡Olive!

Mamá me llama desde el portón con entusiasmo y moviendo algo en sus manos. Junto a Christopher, entrecierro los ojos al verlo, vestido de blanco y con gafas de sol. Le entregó la manguera al jardinero y camino hacia ellos sacudiendo mis manos en mi vestido. Cuando estoy frente a ellos veo la cosa que mamá lleva en las manos y es un ramo de una gerbera blanca.

—Para ti.

Christopher me entrega un ramo con tres gerberas rojas.

—Gracias.—agradezco no muy convencida por la situación—. ¿A que viene todo esto?

—Solo es un regalo.—dice con simpleza.

—Esta bien.—sigo sin convencerme.

—Solo acéptalo y ya.—mamá me reprende.

—¡Lo hice!—le muestro el ramo en mis manos indignada por su regaño que viene sobrando.

Los tres nos quedamos en un silencio incómodo que es interrumpido por calcetín lanzándose a mi madre en busca de cariños pero que no es correspondido porque mamá le da pavor el pobre cachorro.

—¡Madre santa! ¡Olive! ¡Que me ataca!—gimotea mientras se queda tiesa y calcetín intenta alcanzar su rostro con la cabeza y la lengua.

Ruedo los ojos mientras me acerco para quitar al Bordier. Reprimo una sonrisa junto a Chris, mamá suelta un resoplido y me dedica una mirada que quiere dar a entender que esto no se quedara así pero pronto cambia de humor dándose la vuelta y acariciando la gerbera hasta que desaparece de nuestra vista entrando en la casona.

Chris carraspea, volteo a verlo, se ha quitado las gafas y esta mirándome.

—¿Qué harás hoy?—pregunta de repente.

—Hum… no lo sé, haría jardinería pero veo que el jardinero me denunciara si me vuelvo acercar.—contestó con una mueca de arrepentimiento mientras veo al pobre hombre que tuvo que soportarme—. No, no tengo nada que hacer.

—Entonces. Claro. Si lo permites. Quiero invitarte a salir.

Lo mire a los ojos intentando encontrar alguna señal de que estaba bromeando.

—¿A dónde?—no sabía que más preguntar, me había sorprendido.

Tarda en responder. Eso me pone nerviosa.

—Es una sorpresa.—no dijo más y parecía que no diría más.

Asiento pensando en qué contestar. A diferencia de mi, Chris se ve muy relajado.

¿Debería confiar en él?

—Bien. Me cambiara la ropa y vamos. ¿Te parece?

Asintió. Entramos a la mansión y Chris se quedó en la sala esperando mientras yo iba a cambiarme. Entre en mi habitación y me detuve para observar el ramo en mis manos, ¿Gerberas? ¿Por qué? Talvez tengan algún significado, por lo que se algunas flores tienen su significado. Tome mi teléfono y comencé a investigar, todos eran resúmenes bonitos sobre si te hacían una gerbera de regalo, hasta que llegue al significado que le daba una película japonesa, y tres gerberas significan: Te amo. Tal vez Chris ni siquiera este al tanto de que una flor tiene un significado en particular pero esa interpretación ha hecho que mi corazón se altere.

Sacudo la cabeza y alejo todos esos pensamientos. El es mi mejor amigo lo mejor es dejar de sentirme así y solo es una película, solo son sentimientos reavivados por el reencuentro. Solo eso. No hay otros sentimientos más haya de la nostalgia y el cariño. Es por eso que Chris me ha regalado flores y a mamá también, esa es una señal de que el no siente más que cariño.
Salgo de mis pensamientos y observo la postura rara que tome mientras me disociaba sin sentido, me reincorporó y mejor voy a mi armario, me cambio el vestido por un vestido blanco con estampado de flores moradas y unas zapatillas lila. Tomó mi bolso y salgo de mi habitación, todo lo hice tan rápido porque no quiero hacerlo esperar de más. Bajo las escaleras casi corriendo y veo a Chris hablando con mamá. Me acerco a ellos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.