Aun Así

7| Efímera ausencia. Aun así

Los jardines colgantes de babilonia, este lugar no tenía ni un pequeño parecido, un edifico de tres pisos con paredes de cristal y pilares de piedra, asemejándose a un templo griego o algún lugar de un libro de fantasía, había plantas en todos lados, desde colgantes hasta enredaderas y rosales. Un buen intento de recrear una maravilla de lugar antiguo. Había escuchado sobre la inauguración de este lugar, me salía mucho la promoción en Instagram. Es por eso que lo supe en cuanto lo vi. De pura casualidad Chris ya tenia reservada la mesa.

Su teléfono no dejaba de timbrar y emitir vibraciones, en realidad estuvo así desde que llegamos a la galería hasta ahora.

—Deberías contestar. Tal vez sea algo importante.

Me entrometí, no lo debí hacer, pero lo hice. Chris lo pensó y contestó. Volteé hacia otro lado como si eso le diera privacidad para que hablara a gusto con quien fuera que esta al otro lado del teléfono. Intente prestarle atención al lugar mientras esperábamos a que nos asignaran también nuestra mesa, a las flores quienes se suponía me gustaban mucho pero no pude, tenía esa extraña sensación, como la llegada de un huracán a un pueblo costero que no está preparado para recibirlo y que arrasará con el sin clemencia, así me comencé a sentir, en realidad eso era lo que siempre rodeaba a Chris, el huracán Abernathy. Y solo un tonto no se daría cuenta de que quien lo llamaba era su padre, por la mandíbula tensa de Chris, su mirada furiosa pero también perdida en algún punto de la mesa, y estaba callado, ¿Quién podía tener ese poder sobre él?, solo hay una persona y esta muerta pero se ha quedado su padre, otro hombre malvado. Chris terminó la llamada y me miró intentando encontrar un forma de decirme que obviamente tenía que irse.

—Otro día podríamos venir —sugerí con una sonrisa.

—¿Estás de acuerdo con eso?

Asentí. Ni siquiera habíamos entrado al lugar así que nos regresamos a la mitad y salimos, el camino de regreso a mi casa fue rápido, condujo como si fuese una liberación de la tensión que estaba sintiendo, esto estaba tan mal. Me dejó frente a mi casa, se despidió y se fue tan rápido, me quedo observando el auto hasta que desapareció de mi vista.

Al menos mañana lo vería en la preparatoria, ese era mi consuelo, que lo vería y sabría como estaba.

Entre en mi casa y fui recibida por calcetín, el auto de papá estaba estacionado y eso obviamente me emociono y hizo que se disipara la preocupación, entre en la mansión y la voz de Elvis Presley proveniente de la cocina me recibió, era obvio que papá estaba festejando y vaya que nos hacía falta. Fui directo a la cocina y encontré a mamá y papá bailando o al menos intentándolo.

—¡He llegado por si no se han dado cuenta!

Digo eso mientras me acerco a la encimera para ver que ha cocinado mamá. Cojo algunas papas a la francesa y me acomodo para observarlos. En algún momento se darán cuenta de que he llegado. Mamá es la primera, se aleja de papá y se acerca al horno., aún si verme, ¿será esto posible o ya debo llevarlos a una revisión de la vista?.

—¿Mamá?

Levanta la mirada del horno y me mira con sorpresa. Estoy comenzando a creer que en realidad estaba festejando que yo no estaba.

—¿Por qué has vuelto tan temprano?—pregunta.

Tal vez si tengo razón.

—Chris tenía unos asuntos.

—Su familia —acertó.

—¿Has vuelto ya? —papá nos interrumpe—. Tu madre ha dicho que estabas con Chris.

—Su familia lo necesitaba —conteste mientras me comía una papa.

Sabía que no tenía que dar más explicaciones, mis padres conocían bastante bien a esa familia y sabían a que me refería. No hicieron más preguntas pero aún así yo les conté sobre los dos lugares a los que habíamos ido mientras cenábamos.

Después de la cena fui a mi habitación, me senté en el balcón y observe de nuevo la mansión, sonreí al recordar lo mal pensada que fui, y también como el tiempo pasó tan rápido, puedo asegurar que fue ayer pero no. Sostengo mi teléfono en mis manos y ahí esta el chat nunca iniciado con Chris, se me haría extraño yo romper ese silencio enviándole un mensaje para saber como esta, y no es como si quisiera ser entrometida en su vida pero realmente me preocupa, quisiera sacarlo de ese mundo, de la familia Abernathy y su crueldad pero se que Chris no saldría de ahí, ni por obligación ni por voluntad propia.

Solo me quedaré a su lado.

No se si enviarle o no el mensaje, lo he escrito, como unas cincuenta veces lo he cambiado y aún así no puedo enviarlo, no quiero verme como una entrometida y eso me esta matando porque realmente quiero saber qué esta pasando.

Pico el botón de enviar y corro hacia la cama con la adrenalina recorriendo mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Puede que no conteste ahora o que ni siquiera lea el mensaje pero lo he hecho, he enviado el mensaje.

Me quedo observando el techo, mi ansiedad espera una respuesta. Pero mi inconsciente sabe que no la habrá.

Me desperté, no se cuanto tiempo dormí pero el cielo ya tenia los matices del azul, era de madrugada y yo me quedé dormida esperando una respuesta, encendí el teléfono y Chris no respondió mi mensaje, entre al chat y había visto el mensaje pero no había respondido. ¿Por qué me duele si yo ya lo sabía? Ya sabía que Chris no contestaría mis mensajes porque él no es alguien que le guste hablar por mensajes. En la preparatoria me lo dirá. Me acomode debajo de las sábanas y volví a quedarme dormida.

Era lunes, el primer día a cero grados de muchos que venían, según alcance a escuchar en el pronóstico que escuchaba mi chófer, Zachary hoy no me acompañaba así que me sentía rara sin él y sus platicas, me sentía sola en el asiento trasero. Por suerte llegué y Nina ya me esperaba en la entrada, me saludo con entusiasmo y unos guantes raros en cuanto me vio. Entramos juntas y fuimos a nuestras clases, en el almuerzo nos encontramos a un muy atareado Zachary por los preparativos de su graduación. Durante la media hora de almuerzo Zachary se dedico a hablar y hablar sobre sus exámenes y su graduación. Y no es que no me interesara, solo que estaba demasiado concentrada en ver a Chris y saber como estaba, aunque no estaba por ningún lado, ni siquiera con sus amigos. Me levante de mi mesa y fui con ellos, debía preguntar por él y por lógica ellos debían saberlo.




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