¿aún estamos al principio?

CAPÍTULO 9 | ATAQUE NOCTURNO II

Apenas ha pasado una semana desde lo sucedido pero todo parece estar volviendo a la normalidad. Hoy es jueves pero dado que mañana no hay clase Clara y Stephan volverán.

Mi abuela, Ángel y yo hemos estado muy pendientes de Jack. Se sigue culpando por lo de Lucía pero parece que no volverá a recaer. No estamos bien del todo en nuestra relación pero seguimos tirando para adelante. Esperamos que las cosas mejoren.

Volvemos a estar en la estación, esta vez los tres. Quedan unos pocos minutos para que el tren llegue.

-Am... Katy, ¿puedo hacerte una pregunta? –me dice Ángel.

-Ya me la has hecho –río- pero vega, te dejo otra –él sonríe, luce visiblemente nervioso.

-¿Qué cosas le gustan a Clara?

-¿Cómo que qué cosas? ¿A qué te refieres exactamente? Objetos, mascotas, plantas, gustos, CHICOS... –sonrío.

-¿Ch-chicos?

Ángel no es un chico que se ponga nervioso con frecuencia y que lo haga por Clara me causa mucha gracia. Parece un corderito amedrentado tratando de descifras si su dueño lo va a cocinar o lo dejará crecer.

-Pues le gustan naturales y espontáneos, que no sean muy cursis y acaramelados pero que le demuestren que la quieren. ¿Te sirve o quiere más detalles? –río y noto como Jack también lo hace más discretamente.

Seguimos hablando y haciéndole bromas a Ángel sobre Clara hasta que escuchamos esas voces tan familiares. Enseguida me levanto y corro a abrazarlos. Primo a Stephan, quien me levanta en el aire y da una vuelta conmigo recibiendo una mala mirada de Jack. Luego a Clarissa, quien me estruja y yo aprovecho el momento para susurrarle que le gusta a Ángel pero que no le diga nada y mucho menos me nombre.

Vamos a mi casa a tomar algo antes de hacer cualquier otra cosa.

-¿Y cómo lo lleváis por aquí? ¿No ha habido más posesiones? –ríe Stephan y Clara y Jack lo miran con mala cara.

Dejo escapar una sonrisa y le reprocho- no hace gracia, todos lo pasamos mal aquel día, incluido tú.

-Sí, ya lo sé, pero no me gusta tomarme mal las cosas así que más te vale no quitar esa sonrisa de tu cara mientras esté aquí, o de lo contrario te haré tantas cosquillas que cada vez que me veas sonreirás –dijo riendo.

-Ya sonrío cada vez que te veo estúpido –le doy un pequeño empujón en el hombro. Ahora soy yo la que recibe una mueca nada aprobadora de Clara y me pongo seria. Estoy harta de tanto numerito- quiero que dejéis las malas miradas, las malas muecas o todo lo que tenga que ver con reproches. Vale, Jack es mi novio, pero Stephan es mi amigo y puedo bromear con él tanto como quiera y sobre lo que quiera. A ver si nos empezamos a portar con normalidad.

-A mí me da igual lo que hagas con él, eres MÍ novia, no la suya –contesta Jack impasible.

Stephan no dice nada, pero sé que eso le ha dolido. Esto se está saliendo de control. Rivalidad, celos, discusiones. Me levanto del sofá y me dirijo a la salida.

-¿A dónde vas? –pregunta el mismo celoso al que tengo por novio.

-A algún lugar en el que dejéis de ser niños pequeños y de regodearos de lo que tenéis porque yo no soy un objeto que sirva para joder a la gente y no se te ocurra mirarme de ninguna manera ni hacerme ninguna mueca Clara. Me encanta poder estar con todos vosotros, pero veo que tiene que ser por separado –y me largo de la casa poniendo rumbo al parque.

No me siguen. Suelto un suspiro de alivio. Me estoy esforzando todo lo que puedo para que Black Dark no gane, para que mi relación con Jack siga en pie, para poder seguir viendo a mis dos amigos que viven en la ciudad y seguir con la rutina a la que llamo vida fuera de todo eso. Intento que mi amigos del instituto no sospechen por no pasar tiempo con ellos, intento que mis notas sigan siendo más o menos las mismas. Hago de todo y nada parece ser suficiente. Es frustrante y hace que tenga unas ganas de llorar enormes, pero no quiero hacerlo. Eso no arreglará nada y lamentarme solo lo empeorará y me hará perder tiempo.

[...]

Tres horas más tarde.

-¡Kate! –grita mi alocada amiga- oh Kate al fin te encontramos, llevamos buscándote toda la tarde. ¡¿Dónde te habías metido?!

-Pues... es obvio que aquí, ¿no crees? –se sientan todos conmigo en las mesa del Magic Blood's.

-Estábamos preocupados –admite Ángel.

-Lo siento..., pero es que a veces me sacáis de quicio.

-Hemos hablado y ya lo hemos arreglado todo, ¿por qué no pillamos unos helados y vamos al parque? Está anocheciendo y hay una parte en la que nunca hay nadie que es perfecta para ver las estrellas –propone Jack.

-Está bien –le sonrío- vamos.

Compramos los helados y nos encaminamos hacia el lugar. Sé perfectamente a cuál se refiere porque yo siempre voy allí ya que a la gente, de noche, esa zona le da miedo. Al llegar nos tumbamos en la suave hierba boca arriba. Ya empiezan a verse alguna estrella. Jack coge mi mano y entrelaza nuestros dedos dando un pequeño apretón de confianza.

-Lo siento –me susurra en el oído para que únicamente yo pueda escucharlo.

-Lo sé, estás perdonado –me inclino y lo beso- ahora miremos cómo le va a Ángel con Clara, sé que a ella también le gusta –sonrío encantada con la idea.



#18144 en Fantasía
#3826 en Magia
#39067 en Novela romántica
#6348 en Chick lit

En el texto hay: apocalipsis, magia amor guerra y amistad

Editado: 24.01.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.