Elizabeth
No podía creer lo que Lucas me había mostrado en su teléfono. Esas fotos, la prueba que Herb me estaba engañando y me era infiel, la prueba de que nuestra relación se había partido en dos, de que no había amor de su parte, de que todo había sido una mentira. No podía dejar de ver las fotos que ahora yo tenía en mi celular. Tratando de imaginar que era una broma y que no era verdad, pero, que clase de hombre hace una broma de ese tipo. Estaba segura de que era cierto y de que Herbert se había buscado otra mujer…
¿Por que? ¿Qué hice mal? Reconozco que mi mal carácter le ha afectado porque el mismo me ha dicho que mis reclamos lo hacen sentir mal. Hasta nuestra relación ya se siente dañada porque ha dejado de ser cariñoso y atento como era antes, al menos conmigo porque con nuestras hijas sigue siendo un padre amoroso, tierno y protector. Pero eso no justifica que se busque otra.. Cobarde, pudo haberme dicho que ya no me quería y después hacer lo que quisiera. Hubiera sido más soportable que saberlo de esta manera.
No importa la excusa que me dé, estaba segura de que su engaño era cierto y estaba convencida de que no lo podría perdonar, por mi ni por mis hijas… Saldríamos adelante solas.
– Lucas, hablé con Herbert esta tarde – le dije por teléfono a mi amigo protector, sin él tal vez nunca habría sabido lo que Herb nos hacía.
– Hola Eli, y qué pasó. Te confeso? ¿Te dijo todo ese cobarde? ¿Te vas a divorciar de él? – me dijo sin dilación con un tono desesperado por saber las respuestas a esas preguntas…
Me desconcertaron un poco sus preguntas, muy directas, era muy pronto para hablar de cosas que ni siquiera había pensado. Un divorcio? No quería imaginarme como una mujer fracasada en su matrimonio, divorciada… Solo escuchar la palabra en mi mente me erizaba la piel.
– Al principio lo nego y dijo que no sabia de que hablaba.-- hizo un sonido de enojo.
– No lo puede negar, tiene que aceptar que te engaña.. Si no lo hace lo obligaré yo mismo a confesar.. – dijo en tono de ofensiva automática.
– Tranquilo Lucas, al final lo aceptó todo y me pidió perdón. Aunque no le creí del todo. Se miraba confundido. – le dije aunque parecía que lo estaba protegiendo en vez de defenderme.
– No me digas que lo perdonaste y le diste otra oportunidad.. Eso no sería lo justo para ti. El te traiciono. No lo merece. Merece pudrirse solo…–
– Yo… – bueno la verdad es que por un instante pensé en darle la oportunidad para que se reivindicara, pero decidí mantenerme firme en mi postura de no perdonar nunca una traicion. – le dije que se marchara, que no quería volver a verlo…
– Eso es lo que esperaba oir. – dijo con una sonrisa audible – digo, de una mujer fuerte y valiente como tu.
– Pero ahora estoy sola con mis hijas, y tengo mucho miedo de lo que vaya a pasar. Ellas tambien lo estan sintiendo muy duro y no merecen cargar con eso. Aunque son muy inteligentes para comprender y analizar las cosas – me referia especialmente a Luna que tiene un sentido muy agudo de las cosas y es bastante madura para analizar detalles
– Como lo tomaron.. Dales tiempo ya se les pasara y quien sabe, tal vez lo olviden mas pronto de lo que piensas
– Las dos no entienden que su padre haya sido capaz de eso, pero me dan su apoyo para continuar las tres juntas. – le dije y hago una pausa antes de continuar con una duda de Luna – aunque Luna preguntó sobre las fotos… de donde salie…
– Lo importante es que estén tranquilas y unidas. — me interrumpe rápidamente, – yo te voy a apoyar en todo Eli, sabes que puedes contar conmigo siempre, y te voy a demostrar que te quiero… las quiero. – dijo y colgo la llamada.
Desde ese dia no he podido dormir bien, aunque Herb no regresaba a casa algunas noches por su trabajo, no estaba acostumbrada a estar sin su compañia por varias noches.. Me hacia mucha falta y lo admito, lo extrañaba. Pero mi razon obligaba a mi corazon a ser fuerte y no acariciar la idea de aceptarlo de regreso..
Sin embargo, desde ese día que se fue, en verdad desapareció. No hemos sabido nada de Herb. no ha llamado ni ha preguntado en la escuela por Dani y no llama al telefono de Luna para saber como están… Seguramente si era un cobarde. Si eso es. Mejor si no llama. Será más fácil olvidarlo.
Rrriiinnnggg!!! Suena mi teléfono… Es el !! .. es Herbert!! Pero no tengo la fuerza de levantar el teléfono y contestar así que la llamada se pierde y empiezo a temblar tanto que se escucha como truenan mis rodillas cuando chocan entre sí…
De nuevo el teléfono suena….
– Que quieres…. – pregunto con un tono de dureza como la del hierro triturando piedra.
– Lizi, dejame hablarte por fav…
– No, no tienes derecho ni de llamarme. Ya no hay nada de que hablar entre tu y yo, entiéndelo…
– Pero necesito saber como estan mis hijas y…
– Dirás mis hijas. Tu decidiste abandonarlas, olvida que tienes hijas y que tuviste una familia.. Eso se acabo…
– Lizi por favor… Dame una oportunidad, por favor!.. No puedo vivir sin ustedes. Hazlo por el amor que aun me tienes.. Yo se que aun me amas aunque sea un poquito. Además , sin mis hijas seria imposible vivir. Es todo lo que tengo en la vida..
– Lo hubieras pensado muy bien antes de cambiarnos por una intrusa… y Herbert… Es mejor que termine todo de una vez.
– Que dices… no entiendo…
– Por favor no llames nunca y no preguntes por tus hijas… solas sabremos salir adelante. Solamente así podremos olvidarte más pronto…
Escucho como se pone a llorar desconsolado al otro lado del teléfono. Tal vez fui demasiado dura, tal vez fui muy insensible, tal vez mi corazón se endureció demasiado que ya no era fácil de derretir… después de varios segundos sin hablar finalmente pregunta…
– Elizabeth, ¿estás insinuando que nos divorciemos? –
Pregunta pero apenas puede pronunciar las palabras, las dice casi por sílabas porque entre suspiros y llanto no puede hablar. Y aunque siento lástima por él, respondo con firmeza.