Aún Estoy Vivo

CAPITULO 15 Renacer

Lucas

Hace dos semanas que no le he escrito a Eli ni le he llamado. Ya no aguanto más, necesito verla, saber cómo está, y por supuesto consolarla. Yo se que necesita tiempo para recuperarse de lo que le hizo ese tipo. Pero yo no puedo esperar tanto. No me importa, hoy por la mañana iré a visitarla y le ofreceré más apoyo económico, eso la mantendrá tranquila y se dará cuenta que conmigo tiene un futuro asegurado. Seguro que al final será ella quien me pida estar conmigo.

Tuve que soportar a Herbert fingiendo ser su amigo por tantos años, tan solo porque no podía alejarme de Eli. Pero ahora ya nada impide que ella y yo estemos juntos. Tendremos nuestra propia familia.. Y sus hijas? Bueno a ellas las quiero como unas sobrinas pero la verdad tienen mucho de su padre que no puedo tolerar. Será muy difícil lidiar con eso.. Algo se me ocurrirá después. Lo primero es asegurar el amor de Eli, el que dejé ir por estupido, pero que al fin voy a tener.

– Hola Eli como estas. Estaba muy preocupado por ti. No me has escrito y vine a visitarte.

– Lucas… eee sí pasa. Perdona por no escribirte ni responder tus mensajes. Lo he pasado mal y no me siento con animos de nada.

– Pero yo no me considero un extraño o alguien ajeno a la familia, ni mucho menos. Hasta me siento parte de la familia . Así que puedes contar conmigo. Por cierto, ¿Cómo están mis sobrinas?

– Pues, en la escuela ahora. La han pasado mal, También les ha costado mucho.

– Eli, dime que necesitas. Ya sabes que yo estoy aquí para ti. ¿Vamos por un helado?

– No creo que pueda ahora Lucas, perdona pero…

– ¿Por qué no? yo vine porque me interesas mucho Eli, es decir … me preocupo por ti.

– Te agradezco tu interes Lucas, nos has ayudado y apoyado bastante y

– Y puedo hacer mucho más. Si tú me permites acercarme.

– No es necesario. – inmediatamente noto el cambio en el tono de su voz y reacciono que he sido algo insistente y por el momento no es lo mejor.

– Está bien, respeto tu decisión. Pero no entiendo por qué te está costando mucho recuperarte. No era lo que querías?

– Cómo crees. No creo que nadie en su pleno juicio espera que la traicionen y la abandonen.

– Tu no pediste que te traicionara, es cierto. Pero si le pediste que se fuera y estoy de acuerdo que hiciste lo correcto, se lo merecía. Ya no le correspondía continuar a tu lado.

– Por qué te expresas así. ¿no sientes en el fondo algo de simpatía o lástima por tu amigo? No sé, tal vez también lo esté pasando mal. Tal vez aprendió su lección.

– Cómo dices eso – no puedo evitar demostrar mi molestia por lo que dice Elizabeth – No me digas que de repente cambiaste de opinión y lo perdonaste.

– Bueno, yo… Tal vez fui muy dura. Me siento muy sola y honestamente pienso que lo mejor hubiera sido perdonarlo y continuar la vida juntos

– ¿Qué?... Después de todo lo que me costó y ahora me sales con eso? Ni lo pienses. Sea donde esté, él se merece estar allí.

– Qué quieres decir con eso. Lucas tu…

– Lo siento no debí hablar en ese tono, perdoname. De todas maneras ya no hay vuelta atrás. El divorcio está consumado y no hay manera que puedan volver.

– Por favor marchate Lucas. Ya no puedo continuar con la charla “animadora” y francamente no quiero que me animes. No así.

Nunca me había visto fijamente de esa manera. Su mirada golpeaba como si fueran flechas bien dirigidas, y me sentí despreciado por primera vez de su parte. Eso me dolió mucho y me enfureció. No dije nada más y busqué la puerta de salida. Solo pude murmurar levemente

– Hablaremos de nuevo Eli. No me rendiré

Roberto

Todo ha sido muy repentino y aunque he tenido algunos días para prepararme no me ha dado alcanzado el tiempo para poner completamente al día todo lo que tengo pendiente. Quise contarle todo a Herbert desde el principio pero de no estar seguro que sí era Alexander de nada servía ponerlo en contexto con la situación familiar y de la empresa. De modo que ahora debo agilizar todo y estar listo para el siguiente paso

– Abuelo, apenas llevo un mes siendo un Robles. No se si me siento capacitado para lo que me estas pidiendo. No se si podré. Ni siquiera me acostumbro a decir “Abuelo” y a tratarte de “tu”.

– No te preocupes hijo. Tu llevas en el pecho la esencia de lo que significa nuestro apellido. No me refiero a grandeza y poder sino lo contrario, Humildad, bondad, valor, determinación y jamás nos damos por vencidos. – le digo colocando mi mano sobre su hombro para transmitirle seguridad y confianza.

– Solo te pido que me tengas paciencia por favor. Te prometo que me esforzaré por no fallarte

– Confío en tí Alexander o Herbert… Dios, no se como llamarte – digo y él sonríe muy graciosamente – Sin embargo, es cierto que tienes que tomar unos estudios que te son necesarios pero recuerda, yo siempre estaré contigo para guiarte en lo que sea necesario y haga falta.

– Haré lo que sea por ti y por la abuela. No puedo menos que demostrarles que soy digno de ustedes y su amor.

– Hijo, me siento muy orgulloso de haberte conocido tal como eres y tan feliz que hayas vuelto a tu familia, Dios así lo permitió. Pero si te sientes muy presionado solo dimelo. No quiero cargarte con algo que sea muy pesado para ti, y quiero respetar tu tiempo y tu vida personal.

– No te preocupes, no me siento abrumado. es solo que a veces no puedo contener mi tristeza que aun me inunda y siento casi ahogarme, pero… estoy seguro que enfocarme en mis abuelos y en la empresa me ayudara a recuperarme.

– Haremos como creas mejor para ti hijo, será a tu ritmo. Por lo pronto ya te he informado todo sobre nuestra familia, y quien fue tu padre. Los problemas que suscitaron la pérdida de mi parte de la empresa en manos de los hijos de Héctor, mi hermano, y por supuesto, ahora vamos a recuperar lo que nos pertenece, te pertenece, y al fin podré descansar tranquilo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.