Si Nicole Ramagniolly llevara un diario, definitivamente hoy Sábado 03 de Agosto del 2018 iba a resaltarlo como especial y único. Porque ahí está parada e inmóvil. Respirando aceleradamente mientras una camioneta de exploración color blanco se ha detenido hace unos segundos. Y justo delante de ella, dentro de la vagoneta mirando por la ventana está él, y ella no lo puede creer.
Ella con sus gafas de sol y el sombrero de ala ancha que lleva puesto piensa que él no la reconocerá. Si no fuera porque están frente a frente en ese remoto lugar, pensaría que es imposible.
Han pasado muchos años desde la última vez que vio a Andros Forbes.
—Algún problema compañero? —, preguntó el guía que maneja la camioneta donde viene Andros dirigiéndose al guía que acompaña al grupo de Nicole.
—La camioneta falló, no quiere arrancar. La vagoneta de apoyo llegará en media hora aproximadamente—, respondió el guía.
Terminando de decir aquello las puertas se deslizaron y uno de los chicos que acompaña a Andros se bajó.
—Nosotros vamos de regreso. Supongo van a las cabañas. ¿Podemos llevarlos?—, preguntó dirigiéndose a sus acompañantes.
—Por mí no hay problema—, dijo Andros sin dejar de mirar por la ventana observando al grupo de jóvenes que se ven desesperados.
Una de las chicas está mueve y mueve la pierna, la otra recargada en el hombro del novio, pero Andros centró su atención en la del sombrero. Se ve atractiva. Por su lado la chica atractiva, tiene los nervios a flor de piel. Sigue pensando que es irreal tenerlo a menos de dos metros frente a ella.
—Sin ningún problema—, respondió una chica de cabello muy oscuro del grupo de Andros y los demás manifestaron no tener problema tampoco.
—Lamento mucho el inconveniente—, dijo el guía mientras los mira de manera general.
—No se preocupe—, agregó Nicole pensando que una falla mecánica a cualquiera le puede pasar.
—Pésimo servicio considerando que el lugar es exclusivo. Tener este tipo de inconvenientes es inaceptable. Quedarnos tirados y encima esperando bastante tiempo en pleno sol—. Comentó Clarisse molesta.
El guía solo hizo una expresión de pena, porque lleva rato disculpándose por la situación. Después de tener que escuchar a la molesta clienta les indicó que subieran a la camioneta. Mientras lo hacen sienten lo agradable del aire acondicionado.
Nicole observó a los que vienen dentro, contando cinco personas en total. Son dos parejas, y Andros que parece venir solo. Del grupo de ella son cuatro. Su amiga July y su novio Jonh, Clarise y ella. Al ser la primera en subir los otros chicos no tardaron en empezar a hacer bromas dirigidas a Andros.
—Como eres el que viene solo te toca al lado de ellas—, dijo uno de cabello castaño y ojos café claro mientras señala a Nicole y luego agrega un tanto divertido—, al menos que vengan juntas.
Venir juntas se refiere como novia de la otra, la que se llama Clarisse. Sería buena broma decir que sí, para llevarle la corriente, pero ninguna tiene ánimo de juegos y menos entre ellas. No son amigas ni medio amigas. De hecho se caen mal. Así que sin pensarlo ambas negaron con la cabeza al mismo tiempo.
—Entonces sí te toca al lado de él. Ten cuidado que le gusta pellizcar a las chicas bonitas—, dijo el chico divertido y a ellas les dio risas. Se ve simpático.
—A mi no me importaría—, dijo enseguida Clarise con su habitual coqueteo que siempre aplica cuando alguien le gusta, y sin duda ya ha mirado a Andros.
Nicole siguió parada sin saber que hacer. Las manos le sudan horrores y el corazón se le va a salir. Afortunadamente no tuvo que elegir de que lado sentarse porque Clarise se pasó de largo, casi empujándola para sentarse al lado de Andros y ella tuvo que sentarse al lado de Clarisse.
Sin poder evitarlo, después de acomodarse lo observó con discreción aprovechando los enormes lentes y esperando que nadie se de cuenta que prácticamente se lo está comiendo con la mirada. No ha cambiado mucho. Bueno, ahora se mira más varonil. A Nicole las mejillas empezaron ha arderle y su corazón a latir con más fuerza.
Seis años han pasado desde la última vez que lo vio. Ella tenía dieciséis cuando todo sucedió y él tenía dieciocho. Mel, su hermana menor era su mejor amiga, y Andros el amor de adolescente, quien sigue teniendo un efecto abrazador en sus emociones porque el corazón le va a estallar y de su estómago saldrán mariposas. Recuerda que soñaba que él sería su novio, el del primer beso y la primera vez también. Incluso soñaba que se casarían. Pero eso fue antes que se supiera todo, porque después dejó de hablarle, hasta de mirarla. Así que cuando terminó el ciclo de ese año Nicole y su madre se mudaron a otro lugar y no lo volvió a ver hasta hoy.
La camioneta comenzó a avanzar y después de un trayecto la plática empezó entre los grupos mientras Nicole o Niky como muchos la conocen finge no prestar mucha atención a la conversación, con la intención que no reparen en ella sin ningún éxito porque Andros se dirigió a ella indirectamente, tras una conversación con Clarisse dónde él le decía que él paisaje era muy bonito, y Clarisse le respondió que bastante, diciéndolo de esa forma en que deja claro que no se refiere al paisaje sino a él. Niky está atenta a esa conversación sin hablar. Pero ahí está él mirándola intensamente esperando una respuesta a la pregunta.
—¿Y que opina tu amiga?
Los demás ahora también miran a Niky esperando que responda, pues hasta ese momento no ha pronunciado palabra alguna.
—Déjenla, es sorda y muda—, respondió Clarise no gustándole mucho que se hubiera fijado en ella, pues ahora es su nuevo candidato a conquista.
Niky suspira porque sin duda ahora será uno de esos días donde Clarisse va a querer comportarse como una perra con ella. Y como Andros no deja de mirarla esperando la respuesta ella se siente obligada a responder para no parecer sangrona.
—Es un paisaje muy bonito. El clima sin duda es agradable, pero lo que más quisiera ahora es quitarme las botas que me están matando—, respondió sonriendo porque lo último es completamente cierto. Los pies le van a estallar.
Editado: 24.03.2025